Música que retumba a través de ruidosos altavoces, estrípers que bailan siguiendo el ritmo mientras el resto de asistentes acompaña la melodía silbando. Así son las procesiones fúnebres en algunos lugares de China.
A inicios de este año, el gobierno de ese país reforzó su oposición a la participación de estrípers en funerales, bodas y templos, calificándola de “obscena y vulgar”.
No es esta la primera vez que las autoridades han intentado eliminar esta práctica que ha demostrado ser persistente.
Pero, ¿por qué la gente contrata estrípers para un funeral?
De acuerdo con una teoría, estos bailarines sirven como cebo para atraer un mayor número de personas a las exequias, debido a que la existencia de una gran muchedumbre es considerada como una forma de honrar al difunto.
En algunos lugares esta práctica es vinculada al “culto a la reproducción”.
“En algunas culturas locales, el baile con elementos eróticos puede ser usada para transmitir los deseos del difunto de ser bendecido con muchos hijos”, dijo Huang Jianxing, profesor de la Universidad Fujian, al medio estatal Global Times.
Otra hipótesis apunta que la contratación de estrípers puede verse como una demostración de riqueza.
“Las familias de la zonas rurales de China son más proclives a demostrar que disponen de dinero gastando el equivalente a varias veces su ingreso anual contratando actores, cantantes, humoristas y estrípers para consolar a los deudos y entretener a los dolientes”, señaló el Global Times.
Aunque este fenómeno es propio de las zonas rurales de China, en realidad es mucho más común en Taiwán, donde tuvo sus orígenes.
“La primera vez que la práctica de contratar a estrípers para los funerales captó ampliamente la atención de la opinión pública fue en Taiwán en 1980”, dijo a la BBC el antropólogo Marc Moskowitz, de la Universidad de Carolina del Sur.
“Se ha vuelto muy común en Taiwán, mientras que en China el gobierno ha sido tan restrictivo que mucha gente nunca ha oído de esto”, apuntó.
Pero incluso en Taiwán, esta práctica no es muy frecuente en las grandes ciudades.
“Debido a que la presencia de estrípers se encuentra en una zona gris entre la legalidad y la ilegalidad…es menos común que tenga lugar en centros urbanos, aunque con frecuencia esta práctica puede verse en el extrarradio de muchas ciudades”, señaló Moskowitz.
El año pasado, hubo un funeral en Taiwán en el que participaron 50 bailarinas de “pole dancing” que hacían sus piruetas en el techo de vehículos todoterreno en la sureña ciudad de Chiayi.
Eran la exequias de un político local que, de acuerdo con su familia, “a través de un sueño” había pedido tener un funeral colorido.
La más reciente ola de persecución por parte de las autoridades chinas en contra de esta práctica es solo el intento más reciente que hacen para ponerle fin, pero llevan varios años intentándolo.
El ministerio de Cultura ha calificado esas actuaciones como “incivilizadas” y anunció que cualquiera que contrate un estríper para atraer gente a un funeral será “duramente castigado”.
“El gobierno de China se ve a si mismo como una figura paterna que necesita guiar a sus ciudadanos. Les preocupa la exhibición pública de cuerpos desnudos y la influencia que esto podría tener en la sociedad, especialmente dado que con frecuencia los niños ven estos espectáculos”, dijo Moskowitz, quien advierte que quizá no sea tan fácil librarse de esta práctica.
“El hecho de que se siga realizando, pese a estar perseguida por las leyes, demuestran la persistencia de esta práctica”, agrega.
En 2006, los líderes de cinco compañías de estrípers en la provincia oriental de Jiangsu fueron detenidos luego que centenares de personas asistieron al funeral de un hacendado en el que se realizaron estriptís.
En 2015, hubo pueblos de las provincias de Hebei y Jiangsu que alcanzaron gran notoriedad en las redes sociales cuando se descubrió que habían invitado a estrípers a realizar “actos obscenos” en funerales. El gobierno, una vez más, castigó a los organizadores y a los bailarines implicados.
La nueva campaña del ministerio de Cultura apuntará en particular a las provincias de Henan, Anhui, Jiangsu y Hebei.
Como parte de la misma, el gobierno ha puesto en operación una línea telefónica de denuncia a través de la cual espera que los ciudadanos reporten cualquier “fechoría” cometida en un funeral a cambio de una recompensa monetaria.
Es difícil saber si esta práctica alguna vez desaparecerá completamente, lo que sí está claro es que el gobierno de China no cesará de perseguirla hasta entonces.
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