Jesica ha vivido toda su vida en un edificio en la colonia Obrera, en la Ciudad de México, pero desde sismo del 19 de septiembre tiene miedo. Las grietas en los pisos del patio, las fisuras en las paredes y la caída de recubrimientos le hacen dudar que el inmueble pueda resistir otro temblor.
[contextly_sidebar id=”wWGGCOH6e8RmGBsmrKhZ8pO22sqlzNnb”]De acuerdo con el dictamen del Director Responsable de Obra (DRO), el edificio requiere reforzamiento, pero al ser rentado, la responsabilidad recaería en los dueños, quienes no están dispuestos a hacerlo. Aunque una solución podría ser rentar vivienda en otro lado, no le alcanza para pagar otras tarifas en la zona. “Si tuviera, claro que me iría”, dice.
El caso de Jesica es una constante. De acuerdo con la encuesta “Búsqueda de vivienda tras las afectaciones del sismo 19S”, realizada por el portal inmobiliario Vivanuncios, el mayor porcentaje de viviendas afectadas por el sismo son rentadas (47%), 44% son propias y 9% tenía el estatus de prestado.
Aunque la principal razón de Jesica para no abandonar su vivienda es económico, la mitad de afectados encuestados también se niegan a dejar de vivir en colonias como la Roma, Condesa, del Valle, Narvarte y Obrera pese a ser las zonas que más daños tuvieron por el sismo del 19 de septiembre.
En el 48% de los casos, los perjudicados buscarán vivienda en la misma zona donde habitaban; mientras que 30% buscará en otro lugar; y el 22% restante todavía está indeciso.
En contraste, de las personas que buscan casa en zonas distintas a las que presentaron los peores daños durante el sismo, 64% señalaron sentirse inseguros de permanecer en sus colonias; 15% considera que sus inmuebles se devaluarán y 21% argumentó otros motivos como estar más cerca a sus centros de trabajo y el aumento en los precios de renta, mismos que son difíciles de pagar.
Ahora quien busca vivienda toma en cuenta diferentes factores como: seguridad en la zona (25%), construcciones seguras (24%), cercanía a centros de trabajo (22%), cercanía con el transporte público (11%), que sea una zona de baja sismicidad, (10%); cercanía a zonas escolares (5%) y cercanía a áreas verdes o parques públicos, (3%).
Hasta 2016, sólo 4.5% de los inmuebles en el país tenían un seguro, según cifras de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS). La principal razón es el alto costo, según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera del INEGI.
Por ejemplo, sólo para una vivienda en la Ciudad de México de 180 metros cuadrados, con valor de un millón de pesos y contenidos (bienes) por 500 mil pesos, existen seguros en el mercado que van de 2 mil 900 pesos hasta 6 mil pesos de prima anual, según datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de
Servicios Financieros (Condusef).
Sin embargo, después del sismo del pasado 19 de septiembre, hay más intención por asegurar las casas. A la pregunta ¿contratarías a partir de ahora un seguro de vivienda? 62% de los encuestados respondió que sí lo haría y 38% dijo que no.
La encuesta fue aplicada a más de mil personas que tuvieron afectaciones en su vivienda tras el sismo del 19 de septiembre, y se realizó del 30 de septiembre al 23 de octubre. El perfil de los entrevistados es, en su mayoría, empleados, con estudios universitarios y casados.
De ellos, 51% de planea adquirir otra casa con recursos propios, 22% piensa hacerlo con el apoyo de instituciones de vivienda, 12% a través de la ayuda del gobierno y 8% pedirá un préstamo personal, un crédito bancario u optar por la renta de un inmueble.