Irina y Christina se quedaron sin casa hace 70 días. El departamento que ocupaban en la colonia Roma Sur fue desalojado, tras el sismo del 19 de septiembre. Dos meses después, volvieron a ser damnificadas, cuando descubrieron que sus pertenencias fueron robadas.
[contextly_sidebar id=”n5QMpnSrVElrKWQ1w7pq3L2canVrbkuW”]No fue el único caso. Al menos cuatro departamentos más del edificio, que se localiza en la esquina de las calles de Toluca y Tehuantepec, colonia Roma, recibieron la visita de los ladrones, denunciaron vecinos del lugar.
La atención policial otorgada por el 911 y las autoridades de la Ciudad de México fue deficiente, pues los peritos de la Procuraduría de justicia no acudieron a investigar el robo. Y la única patrulla que pasó por la zona fue por “revisión de rutina”, no por la petición telefónica.
Christina cuenta que, el domingo 26 de noviembre, vecinos del inmueble observaron a un hombre saltar del edificio a un terreno contiguo, que a veces funge como estacionamiento privado, y que incluso lograron ver al interior del terreno ropa tirada y electrodomésticos, pero por miedo no denunciaron en el momento al sospechoso.
El robo de sus pertenencias no es el único problema que enfrentan los vecinos del lugar. Dos meses después del sismo del 19 de septiembre las autoridades de la delegación Cuauhtémoc les notificaron que el inmueble que habitaban tendría que ser derribado, pero no les dijeron cuándo sucedería eso.
De hecho, cuenta Irina, una funcionaria de Protección Civil le dijo que eso no sucedería pronto, pues se tienen más inmuebles a los que ya se les diagnóstico la demolición y que están en peores condiciones, como el de Genova 33, por lo que siguen esperando la demolición.
Para lograr esa resolución de la autoridad, los vecinos tuvieron que peregrinar entre tres oficinas, las de la delegación, las de Protección Civil de la Ciudad de México y el Instituto para la Seguridad de las Construcciones, y aún esperan que la autoridad les entregue el dictamen en el que se basó la decisión gubernamental para poder tramitar el pago del seguro.
La falta de documentos que dictamine oficialmente como inhabitable el edificio también les ha impedido detener el cobro de las mensualidades del crédito que le dio el Fovissste, para la compra del departamento. Así, desde hace dos meses está sin hogar, pero sigue pagando por él.
Si no hay respuesta pronta de la autoridad tendrán que seguir pagando al menos hasta enero próximo, pues entre el fin de año que se avecina y el clima electoral que se ha desatado en las oficinas de gobierno, no hay “señales que las cosas vayan a avanzar pronto”, dijo Irinia.
“Esta es mi opinión personal, dice, pero Mancera antes de estar pensando en la candidatura y en la presidencia debería atender los problemas de la ciudad”.
El laberinto burocrático que las llevó en peregrinar en varias oficinas del gobierno incluye tres revisiones por parte de Directores Responsables de Obra (DRO) y peritos. Uno particular, otro más del Fovissste y un tercero enviado por la autoridad. Los dos primeros coinciden en que el lugar no es recuperable, solo el perito de Fovissste cree que se puede atender el lugar.
Pero aun cuando se atendiera pronto la demolición, aún deberán definir en conjunto todos los condóminos que harán con el terreno, volver a construir o vender. Sin embargo, reconoció Irina, difícilmente volverán a levantar un edificio como el que tenían, el uso de suelo de la zona solo permite construcciones de cuatro plantas y nos los ocho que tenían con tres departamentos cada uno.
Por lo pronto los vecinos del edificio siguen a la espera de una respuesta oficial que les de certidumbre sobre el inmueble, en tanto los ladrones, ante la ausencia policial, se encuentran al acecho de sus pertenencias.