Cuando los supremacistas se reúnen en protestas o marchas, todos se ven sorprendentemente similares: suelen ser hombres jóvenes, agresivos y, por supuesto, blancos.
Rara vez se ve a mujeres en las congregaciones de grupos como el Ku Klux Klan, los neonazis o la llamada Alt-right (derecha alternativa). Pero es un hecho que cada vez hay más en estas organizaciones.
Y tal como asegura una de ellas, “fueron las mujeres de la extrema derecha las que eligieron a Donald Trump”.
Ella es Lana Lokteff, la llamada “abeja reina” de las mujeres de extrema derecha en Estados Unidos, la mujer más prominente del movimiento en ese país.
Y es una de las pocas mujeres en ese país que muestran sin reservas su apoyo a las ideologías supremacistas. “No tengo miedo de hablar, ni tengo miedo de usar mi verdadero nombre y por lo tanto mucha gente se está fijando en mí“, le dice Lokteff a BBC Mundo.
Lokteff es miembro de la Alt-right, el movimiento que se opone a la inmigración y el multiculturalismo, que apoya la supremacía blanca y que cobró visibilidad al apoyar la campaña de Donald Trump a la presidencia.
“Somos el equivalente en Estados Unidos de los nacionalistas europeos, estamos tratando de recuperar nuestra identidad y nuestras raíces europeas”, expresa.
“Queremos tener países blancos para gente blanca, en los que nosotros los blancos seamos la mayoría”.
“Apoyamos los valores tradicionales y estamos en contra de la globalización, en contra de las fronteras abiertas y de los valores liberales”, agrega.
Sus críticos aseguran que es un movimiento racista y misógino.
Lokteff, de piel blanca, cabello rubio y ojos azules, es el prototipo del ideal que promueve.
Para propagar sus ideas nacionalistas presenta un programa de radio en una de las estaciones de Red Ice, un conglomerado de medios de comunicación que dirige su esposo, el sueco Henrik Palmgren.
Ciertamente Lokteff es una figura inusual: las mujeres de los movimientos nacionalistas en Estados Unidos tienden a pasar desapercibidas o son totalmente desestimadas y sus discursos ocurren principalmente en las redes sociales y de forma anónima.
“Ya sabes lo que pasa… si dices abiertamente que eres nacionalista y defiendes los valores de tu identidad automáticamente te llaman nazi, racista, del KKK, y muchas mujeres no pueden manejar estas críticas”, le dice Lokteff a BBC Mundo.
“Muchas mujeres sólo quieren tener una vida plácida y no quieren sentirse excluidas por sus puntos de vista. Yo no soy así”.
Lokteff afirma que cada vez más mujeres apoyan sus ideas, pero no son visibles porque “operan tras bambalinas”.
“No se involucran en política, no resisten las presiones, no quieren que las llamen racistas”.
“Pero están allí, son las esposas, madres, hermanas y están apoyando al movimiento. Muchas de ellas escuchan mis programas y lo sé porque recibo muchos mensajes de muchas mujeres nacionalistas en este país”.
“No olvidemos que Trump ganó la presidencia gracias al voto de las mujeres blancas nacionalistas”.
Esta “pasividad”, dice Lokteff “se debe a que la política siempre ha sido el dominio de los hombres”.
Pero hay otro problema. Igual que muchos otros movimientos de extrema derecha en Estados Unidos, el Alt right está arraigado tanto en las ideas de la superioridad blanca como de la superioridad masculina.
Y las mujeres, tanto las de raza blanca que simpatizan con la ideología como las mujeres en general, suelen ser blanco de ataques misóginos y son consideradas seres inferiores y “una amenaza al poder de los hombres”.
Richard Spencer, el supremacista que dice haber inventado el término Alt-right y quien es uno de los principales promotores del movimiento, escribió en Twitter en 2008 que “no debe permitirse a las mujeres participar en asuntos de política exterior” porque “su ansia de venganza no tiene límites”.
Y Andrew Anglin, fundador del sitio web supremacista Daily Stormer, declaró en una ocasión que los úteros de las mujeres blancas “nos pertenecen a los hombres de la sociedad”.
En un reportaje sobre las mujeres de extrema derecha en la revista Harper’s, Seyward Darby, afirma que “Lokteff es una guerrera apasionada por el Alt-right, lo más cercano que tiene el movimiento a una abeja reina”.
Según Darby, muchas mujeres se han unido al movimiento porque están en contra del feminismo.
“Sienten que la agenda progresista del feminismo no cumple sus propósitos“, afirma Darby. “Y en algunos casos sienten que (el feminismo) está activamente ignorándolas porque lo que ellas desean son las cosas más tradicionales: el hogar, la familia, etc.”.
La misma Lokteff asegura que “las mujeres modernas son muy infelices debido al feminismo y a la igualdad que han alcanzado en ciertos aspectos con los hombres”.
“Lo que ha ocurrido es que con el llamado feminismo y la llamada liberación lo que se ha logrado es que las mujeres tengan que trabajar y perseguir carreras”, afirma.
“Y llegan a los 40 años y se dan cuenta de ‘¡qué horror! no tengo una familia, no tengo hijos, no tengo un hombre y me siento muy muy sola'”.
“Lo oigo todo el tiempo de mujeres que me escriben y me dicen que se arrepienten de no haber tenido hijos y de haberse dejado llevar por la idea de que no necesitaban a un hombre y de que querían competir con los hombres en la fuerza laboral”.
“Esto no ha hecho felices a las mujeres. Porque no priorizaron sus objetivos, porque se olvidaron de la prioridad, que es tener una familia “.
“El feminismo ha considerado esta idea como si fuera diabólica y miran a las madres y amas de casa con desprecio“.
La capacidad de elección para las mujeres, cree Lokteff, no es importante. Lo principal, según su ideología, “debe ser el futuro de la sociedad blanca”.
“Y además agrega las mujeres realmente solo queremos tres cosas: ser bellas, atraer a un hombre exitoso que nos proteja y tener una familia”.
“¿Qué mujer no quiere eso? Esa es la verdad… aunque muchas mujeres lo nieguen, todas queremos ser bellas y que te proteja tu hombre”.
Estos son los valores que, según Lokteff, están atrayendo a muchas mujeres al movimiento nacionalista blanco.
Y ella, con su programa de radio y sus conferencias está propagando el mensaje “con mucho éxito” entre las mujeres blancas estadounidenses, dice.
“Las mujeres atraemos a otras mujeres y yo estoy atrayendo a muchas seguidoras”, le dice a BBC Mundo.
Por lo difuso del movimiento, es difícil saber cuántos miembros tiene el Alt-right y cuántos de ellos son mujeres.
Pero tal como señalan los expertos, es un hecho que la supremacía blanca en Estados Unidos está en aumento y las mujeres están jugando un papel clave en la organización.
Porque como afirma la periodista Sayward Darby, “son ellas las encargadas de perpetrar la raza blanca, nutrir a la familia e inculcar en esas familias sus creencias en favor de los blancos”.