Facundo Serrano es entrenador deportivo, tiene 44 años y es sobreviviente de los hechos del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, en los que murieron 9 personas y desaparecieron 43 estudiantes de la Escuela Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa.
[contextly_sidebar id=”59qzJrTaVJbOCn59ezBpozri05EEiXRK”]Tres años después de ese ataque, se encuentra escondido en un lugar del país, lejos de Guerrero, su tierra natal, con la esperanza de poder salir de México con su familia antes de que, ahora sí, la muerte lo alcance a él o a alguno de los suyos.
“Yo fungía como director del equipo Avispones de Chilpancingo y ese 26 de septiembre veníamos del partido de inicio de temporada en Iguala, que fue a las ocho de la noche. Un grupo de hombres armados nos atacó, nos dispararon por casi quince minutos y resulté con heridas en el hombro y parte de la espalda. Sobreviví, pero hoy estoy otra vez en peligro, tengo miedo de lo que nos pueda pasar a mí y a mi familia”.
Y cómo no sentir miedo, si la historia de horror de esa noche aún no termina. Una prueba son los 10 impactos de bala R15 y 9 mm que recibió su hijo Axel, un joven de tan sólo 21 años de edad, apenas el pasado 21 de mayo.
“Hace tres años vi cómo mataron a uno de mis jugadores, a un niño de quince años, además de cómo mataron al chofer del autobús. Vi a otros chicos heridos y yo también, y hoy me toca ver cómo casi matan a mi hijo por querernos quitar el dinero de la indemnización que supuestamente nos dieron por la noche de Ayotzinapa”.
El ataque contra su hijo tiene su origen en la visita que una comisión especial de diputados federales hizo al Congreso de Guerrero para una conferencia de prensa con las víctimas y padres de familia, el 25 de febrero de 2016.
Ante los medios de comunicación, los diputados hicieron público que todo el equipo de fútbol había sido indemnizado con 8 millones 700 mil pesos, repartidos entre 21 víctimas.
Pero el dato era falso.
“El diputado Ricardo Mejía Berdeja fue el que dijo la información de las cantidades de dinero, cosa que no era cierto, porque aún no habíamos sido la mayoría indemnizados. Hoy en día es la fecha que la mitad no ha recibido nada”.
Sin embargo, el diputado Ricardo Mejía Berdeja dijo a Animal Político que el no hizo público el monto de la indemnización que recibió el equipo. Señaló que en la versión estenográfica de la reunión de febrero de 2016 se comprueba que fue el diputado priísta Víctor Silva quien reveló la suma.
Apenas a finales del año pasado la Comisión de Atención a Víctimas aprobó por unanimidad el Plan Integral de Reparación que por ley les corresponde a 14 jugadores de “Los Avispones”, que fueron agredidos y lesionados durante los ataques en Iguala del 26 y 27 de septiembre de 2014.
“Después de que se hizo público, el día 29 de febrero de 2016 yo sufro un intento extorsión de manera física. Llegaron a mi casa, antes de bajarme del vehículo me encañonaron, me dijeron que tenía que entregar la cantidad de 300 mil pesos en dos días porque ellos sabían que yo la tenía”
Le dijeron: “Sabemos que te dieron. Queremos (el dinero) en dos días, si no voy a venir a balacear tu casa, a tus hijos y a tu esposa embarazada”.
Su esposa estaba embarazada de una bebé que hoy tiene 1 año.
Facundo y su familia tuvieron que salir de Guerrero y estuvieron refugiados 22 días en un hotel de la Ciudad de México con el apoyo de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas. Pero cuando la ayuda se terminó, debieron regresar a su estado.
Las extorsiones no pararon y las amenazas se cumplieron. El 21 de mayo de 2017, Facundo Serrano recibió una llamada en la que le informaron que su hijo Axel había sido baleado. Habían intentado secuestrarlo y, al escapar, recibió los disparos.
Facundo acudió de inmediato a su casa y su hijo fue trasladado a un hospital particular.
“Fue lesionado de las dos piernas, los dos brazos y el abdomen porque tuvo fracturas de 2 costillas, perforación de hígado, riñón, colon, e intestino delgado. Tiene una colostomía ahorita. Tuvo fractura múltiple en la pierna izquierda, en el femoral.
“Tuvo fractura en los dos cúbitos y tuvieron que hacerle injertos, colgajos, reconstrucciones de músculo, tendones, microcirugías. Ahorita lleva ya 7 cirugías de las cuales ha ido en recuperación poco a poco, pero ha sido muy difícil porque nosotros hemos costeado la mayoría de los gastos”.
Como lo hizo cuando la primera extorsión, Facundo Serrano acudió a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y a la Procuraduría General de la República para presentar la denuncia, pero las autoridades federales le respondieron que el caso no era de su competencia, sino del fuero local.
La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas le respondió textualmente que “atiende a las víctimas de delitos en asuntos del fuero federal y que se encuentra imposibilitada para designar un asesor jurídico que represente los intereses de la víctima en comento, ya que invadiríamos su esfera de su competencia, esto es así ya que los estados de la República y la Ciudad de México deben atender a las víctimas de delitos del fuero común, así ante y que le causen agravio a la víctima”.
Facundo acudió a la Fiscalía del Estado de Guerrero donde tampoco le aceptaron la denuncia y le dijeron que como se usaron armas de grueso calibre, el caso era del fuero federal.
– ¿Ahorita qué autoridad tiene el caso?
-Nadie. Nosotros no hemos podido ir a poner ninguna denuncia. De hecho allá es muy difícil que tú vayas al Ministerio Público o que vayas a la PGR porque les van a tirar los muertos a la puerta de la Fiscalía. Entonces todo mundo pues tiene miedo de investigar y todo porque saben que pueden ser agredidos.
Durante estos últimos meses, el entrenador de los Avispones y su familia han vendido su casa, su auto y pertenencias como estufa y aparatos electrónicos para poder pagar las operaciones médicas que requiere su hijo.
A esto se suma que tuvieron que huir de Guerrero, están escondidos, han pedido solicitud a organizaciones no gubernamentales y a algunos gobiernos extranjeros para poder salir del país en calidad de refugiados.
Serrano no es el único que ha sufrido extorsiones, otros familiares de los integrantes del equipo que fueron víctimas también han sido amenazados, pero prefirieron no denunciar ante el miedo a un posible ataque por parte de quienes luego de que se hicieron públicos los montos de indemnización se han dedicado a extorsionarlos.
Nota del Editor: Esta nota fue actualizada el 28 de septiembre con la postura del diputado Ricardo Mejía Berdeja.