Faltan horas para que el boxeador multicampeón e invicto Floyd Mayweather se enfrente a Conor McGregor, el único hombre en llegar a ostentar dos títulos de divisiones distintas en artes marciales mixtas (MMA, por sus siglas en inglés).
La pelea del sábado se hará en un cuadrilátero de boxeo y bajo las reglas del pugilismo, pero eso no quita lo llamativo del combate entre dos deportistas de diferentes disciplinas que no tendrían por qué cruzar golpes.
Las razones, desde luego, van más allá de la simple curiosidad deportiva, y seguramente tienen mucho que ver los las ganancias que generará un enfrentamiento entre el boxeador más cotizado y el luchador de MMA más famoso del momento.
Tanto o más llamativo como otros “enfrentamientos deportivos” que se realizaron en la historia y que recordamos a continuación.
El ruso Garri Kasparov fue el rey indiscutible en el mundo del ajedrez entre mediados de la década del ochenta y los primeros años del nuevo siglo.
La rivalidad con su compatriota Anatoli Kárpov es recordada como una de las más grandes en la historia de ese deporte.
Sin embargo, tampoco serán olvidados sus enfrentamientos contra la Deep Blue(Azul profundo), la supercomputadora que creó IBM para sostener una serie de duelos con él.
La tantas veces especulada competencia del hombre contra la máquina se hizo la realidad en una serie de partidas que el gran maestro ruso ganó en Nueva York, en 1996 (4-2).
IBM no desistió y un año más tarde presentó a la Deeper Blue (Azul más profundo), que sí tuvo éxito y se impuso ante Kasparov (3-2).
El triunfo de la computadora no estuvo libre de polémica, pues el ruso denunció que hubo una instrucción humana en una de las partidas, algo que nunca se esclareció.
Si el combate entre Mayweather y McGregor es actualmente promocionado como la “pelea del siglo”, en aquel entonces se proclamo al enfrentamiento del campeón ruso con la computadora de IBM como “el más espectacular duelo de ajedrez de la historia“.
Pareciera que cuando una persona demuestra ser la mejor de todas en alguna cosa, nos entra la tentación de seguirlos poniendo a prueba.
Sucedió con Kasparov y la Deep Blue hace 20 años, y también pasó con Usain Bolt y ¡un autobús! en 2013.
El hombre “más veloz de todos” y dueño de récords mundiales y olímpicos participó en una carrera contra un bus del transporte público en la conocida avenida 9 de julio de Buenos Aires.
Las veloces piernas y sonrisa del jamaiquino contra más de 200 caballos de fuerza.
Por si hace falta decirlo: ganó Bolt.
En 2007, Roger Federer era el mejor jugador de tenis sobre césped, mientras que Rafael Nadal era prácticamente imbatible sobre polvo de ladrillo.
¿Cómo resolver quién era el mejor de los dos en “igualdad de condiciones“?
A un grupo de organizadores de eventos se les ocurrió una original solución: una cancha que tenga la mitad de hierba y la otra de tierra batida.
El evento fue bautizado como la “batalla de las superficies” y fue transmitido a todo el mundo con una audiencia similar a la de un encuentro oficial entre los aún vigentes gigantes del tenis mundial.
El encuentro se jugó en Mallorca, España, y fue más vistoso que aguerrido.
Finalmente, Rafael Nadal ganó el partido 7-5, 4-6 y 7-6 (12-10) y se quedó con la “batalla de las superficies”.
La imaginación no tiene límites y la misma curiosidad deportiva llevó a la humanidad a organizar una partida de ajedrez entre un hombre y una computadora, ahora nos trae la batalla entre dos combatientes de disciplinas distintas cuyo único factor común es su actitud fanfarrona y lo mucho que recaudan sus apariciones.
Los que puedan pagar la pelea en modo pago por evento, en Estados Unidos costará US$100 por televisor, verán a un boxeador caracterizado por su infranqueable defensa frente a un luchador reconocido por la fuerza y continuidad de sus ataques.
Como el combate se realizará bajo las reglas históricas del box, las apuestas reflejan el claro favoritismo que tiene Floyd Mayweather, pero si algo fantástico tienen los deportes es la capacidad de los deportistas de convertir en realidad hazañas impensables.
Después de todo, Bolt le ganó a un autobús.