Lee Jae-yong (o Jay Y. Lee, como algunos lo llaman), el heredero de Samsung -el mayor fabricante de teléfonos del mundo y uno de los principales grupos industriales de Asia- acaba de ser condenado a cinco años de cárcel.
Este viernes, la justicia de Corea del Sur lo encontró culpable de soborno en el escándalo de corrupción política que sacó del poder a la presidenta Park Geun-hye.
Lee, quien niega los cargos, se enfrentaba a una sentencia máxima de 12 años y todavía puede apelar la sentencia.
Lo que significa que el caso -que ha atizado los cuestionamientos a la forma de operar de las grandes compañías surcoreanas, conocidas como chaebols– está lejos de haber terminado.
Divorciado, de 48 años y con dos hijos, Lee Jae-yong todavía ejerce el cargo de vicepresidente de Samsung.
Y en octubre del año pasado había sido nominado por los accionistas para que se uniera al consejo de administración y asumiera el puesto de director operativo, preparando así el camino para suceder a su padre en la presidencia.
Pero ahora todo está en el aire.
El abuelo de Jae-yong, Lee Byung-chul, fundó Samsung a partir de un negocio familiar que, con el paso de los años, llegaría a convertirse en el motor económico de Corea del Sur.
Y al frente de la empresa, su padre, Lee Kun-hee, se convirtió en el hombre más rico de la nación asiática.
Kun-hee, de 74 años, sufrió sin embargo un ataque cardíaco en 2014 y desde entonces su hijo era considerado el jefe de facto del gigante tecnológico.
Según la revista Forbes -que ubicó a Lee Jae-Yong en el puesto número 40 de la lista de los más ricos del mundo de la tecnología– el joven heredero aspira a encontrar nuevos negocios de alto crecimiento para su empresa.
A su favor cuenta con más de dos décadas de experiencia: comenzó su carrera en Samsung en 1991.
Y ha mostrado un interés especial en el sector sanitario, las finanzas y los autos sin conductor, iniciativas en las que la firma ya se comenzó a involucrar.
Aunque hace tiempo que las cosas se estaban poniendo feas.
2016 fue un año especialmente complicado, teñido por una crisis empresarial que se inició con la explosión de las baterías del Galaxy Note 7 y terminó con el desplome del precio de las acciones y la llamada a que los usuarios devolvieran el producto defectuoso.
La llamada a revisión de 2,8 millones de lavadoras por unos supuestos problemas técnicos tampoco ayudó.
Y 2017 no pintaba mucho mejor.
En enero, Lee se enfrentó a un interrogatorio con la Fiscalía, que terminó emitiendo una orden de arresto contra él.
Las autoridades le consideraban sospechoso de un delito de soborno en el caso de corrupción que apartó del poder a Park y que se ha convertido en el mayor escándalo político de las últimas décadas en el país.
Acusaban a la firma de dar donaciones a dos fundaciones operadas por Choi Soon-sil, una amiga íntima de la mandataria, conocida como la “Rasputina surcoreana”.
Las donaciones fueron supuestamente efectuadas a cambio de apoyo político para una controversial fusión entre la rama electrónica de la firma tecnológica, Samsung C&T, y una empresa afiliada, Cheil Industries.
La Fiscalía observó especialmente donaciones por US$36 millones a las fundaciones operadas por Choi Soon-il.
Otros dos directivos de Samsung fueron entrevistados en enero, aunque en calidad de testigos, y no de sospechosos.
En su momento la BBC se puso en contacto con Samsung, pero la compañía no quiso hacer declaraciones al respecto.
La posición de Park sobre el asunto comenzó a quedar clara en octubre del año pasado, cuando salieron a la luz algunos detalles que revelaban que la presidenta había permitido a su vieja amiga -quien no ostenta ningún puesto en el gobierno- redactar discursos políticos.
Inmediatamente, miles de personas empezaron a reunirse cada fin de semana para pedirle que abandonara el cargo.
Park negó haber actuado mal, pero se disculpó por la manera en que había gestionado su relación con Choi.
En diciembre, sin embargo, el parlamento le abrió un juicio político.
Y en marzo de 2017 Park fue destituida, convirtiéndose así en el primer presidente democráticamente electo en ser expulsado del cargo en la historia de Corea del Sur.
Luego de ser despojada de su inmunidad presidencial, fue acusada de soborno, abuso de poder y filtración de secretos estatales. Su juicio empezará en mayo.
En cuanto al dirigente de Samsung, sus abogados han dicho que apelará la condena.
“Estamos confiados en que el fallo será anulado”, declaró el abogado Song Wu-cheol a los periodistas.
Desde que se conoció el fallo del tribunal, las acciones de Samsung han caído un 1%,