La hija del periodista Cándido Ríos, Cristina Ríos, dice estar segura de que su padre fue asesinado, el martes pasado, por ejercer el oficio de informar, mientras autoridades federales señalan que el ataque armado en que murió en realidad iba dirigido contra otra persona.
[contextly_sidebar id=”h8g0L3UljH5y81avxg0Adkoe62PuPyw0″]”A través de esa actividad periodística él desenmascaraba, acusaba a personas poderosas, a caciques del pueblo“, comentó Cristina Ríos en el velorio.
Su padre, agregó Cristina, denunciaba en su diario de forma reiterada al exalcalde de Hueyapan de Ocampo, Gaspar Gómez, por corrupción.
Jorge Morales, secretario de la Comisión para la Atención y Protección de los Periodistas de Veracruz, dijo que el periodista había interpuesto denuncias por agresiones ordenadas por el exfuncionario, desde golpes hasta detenciones arbitrarias y torturas.
“Cándido Ríos había seguido la ruta de los periodistas en riesgo: denunció formalmente y pidió protección oficial. Habría que preguntar qué fue lo que falló en la protección y qué pasó con las denuncias periodísticas que hacía contra el exalcalde y las jurídicas por las agresiones y amenazas”, dijo a AFP Balbina Flores, representante en México de Reporteros Sin Fronteras.
En su humilde casa de una planta y rodeada de sembradíos, Cándido tenía cámaras de seguridad, rejas con alambres de púas y la policía local hacía recorridos de vigilancia. Esta medidas eran parte del Mecanismo de Protección de Periodistas del gobierno federal al que se había acogido.
Pero fuera de su casa “él estaba totalmente desprotegido. Siempre (sufría amenazas) y creo que en el fondo él sabía que esto iba a pasar. Indirectamente nos preparó para esto”, agregó su hija, quien precisó que su padre hacía notas sobre Gaspar Gómez.
El periodista asesinado investigó y documentó cómo, cuando era alcalde, presuntamente Gómez daba contratos para obras públicas a sus propias empresas areneras y cementeras.
Sobre el féretro de Cándido Ríos, llamado cariñosamente “Pavuche”, fueron colocados un par de sus zapatos con las suelas desgastadas.
La familia del periodista Cándido Ríos, asesinado este martes 22 de agosto a balazos, exigió una investigación completa a la justicia de México, donde suman 10 comunicadores ultimados en 2017, mientras el gobierno presume que el crimen “estaba dirigido a otra persona”.
Ríos, de 55 años, fue baleado junto con un exjefe policiaco y su guardia de seguridad.
“Pido justicia, que se investigue bien”, dijo a la prensa Hilda Nieves Martínez, esposa de Cándido.
A menos de 24 horas del crimen, y sin que las autoridades estatales hayan concluido la investigación sobre el caso, el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), Roberto Campa, insinuó que Cándido fue asesinado por una confusión.
De acuerdo con Radio Fórmula, Campa dijo que el asesinato de Cándido “no se trata de un fracaso del Mecanismo (de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas)”, y que el ataque estaba dirigido a otra persona que murió en el lugar, junto con uno de sus escoltas.
El crimen “no tiene que ver con el análisis de riesgo del periodista, tiene que ver con otros riesgos vinculados con las personas que perdieron la vida en el evento de ayer” (martes), indicó Campa.
Más de un centenar de comunicadores han sido asesinados en México desde 2000.
Veracruz es considerado el estado más peligroso para la prensa en México, según organismos de defensoría, con al menos 20 comunicadores muertos de los más de 100 ultimados desde 2000.
Con información de Radio Fórmula y AFP.