[contextly_sidebar id=”HeDOauJPWaM9gzM7dhoooXxFVZMVuRnQ”]Su tiempo en la Casa Blanca fue breve, pero no puede decirse que haya sido aburrido. Sean Spicer renunció al puesto de jefe de prensa del gobierno de Donald Trump en Estados Unidos, un cargo que asumió en enero y con el que se había convertido en una personalidad mediática en el país.
Sus ruedas de prensa eran seguidas con avidez, según mostraban los índices de audiencia en televisión, y eran con frecuencia fuente de polémica.
Gracias a su estilo particular y a los errores que cometió en el cargo, el mítico programa televisivo de humor Saturday Night Live decidió parodiarle con interpretaciones de la humorista Melissa McCarthy que tuvieron bastante éxito entre los televidentes.
Según aseguran los medios estadounidenses, su dimisión se debió a su desacuerdo con el nombramiento del nuevo director de comunicaciones de la Casa Blanca, Anthony Scaramucci, un inversionista procedente de Wall Street.
La sustituta de Spicer será Sarah Huckabee Sanders, quien hasta ahora era su subordinada.
En un mensaje publicado en su cuenta de Twitter este viernes, Spicer afirmó que había sido un honor y un privilegio haber trabajado para el presidente Trumpy anunció que permanecerá en funciones hasta agosto.
Deja tras de sí una estela de episodios polémicos. BBC Mundo te cuenta seis de ellos.
En su primer día en la Casa Blanca, Spicer tuvo su primer choque con los medios cuando criticó la cobertura de los medios de la toma de posesión de Trump y aseguró que la cantidad de personas que había asistido al acto era la mayor de toda la historia.
La afirmación no era cierta, como se puede ver en la imagen de arriba, y pronto se convirtió en un asunto de disputa de la Casa Blanca y la prensa.
En abril, mientras criticaba al gobierno del presidente de Siria, Bashar al Asad, por un ataque con gas sarín en contra de la población de ese país, Spicer afirmó que “ni siquiera alguien tan despreciable como Hitler se rebajó al uso de armas químicas” contra su porpia población.
Spicer luego cayó en cuenta de lo inapropiada que era la comparación y que olvidaba que miles de judíos murieron en las cámaras de gas creadas por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que se disculpó públicamente.
En febrero, mientras intentaba defender del veto migratorio que el gobierno de Trump quería aplicar a la entrada a Estados Unidos de ciudadanos procedentes de varios países de mayoría musulmana, Spicer usó como argumento que un extranjero había realizado un ataque terrorista reciente en Atlanta.
La afirmación la hizo en tres ocasiones durante una misma semana, pero resulta que esa acción nunca ocurrió como admitió posteriormente un funcionario de la Casa Blanca que explicó que Spicer había querido referirse al ataque contra una discoteca en Orlando, ocurrido en junio de 2016.
Durante su tiempo en la Casa Blanca, Spicer vivió varios episodios embarazosos debido a sus errores pronunciando los nombres de líderes internacionales.
Así, convirtió al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, en “Joe” Trudeau; al mandatario australiano Malcolm Turnbull en Malcolm “Trumbull” y a Bashar al Asad en “Basher” al Asad.
Estos episodios dieron pie a numerosas burlas, al punto que el diario Sydney Morning Herald creó un motor de búsqueda para que sus lectores introdujeran su propio nombre para escuchar la “versión de Spicer” del mismo.
A finales de mayo, Trump publicó en su cuenta de Twitter una serie de mensajes que terminaba con un tuit que decía “Despite the constant negative press covfefe“, cometiendo lo que parece ser un error de tecleo pues la palabra “covfefe” no existe.
Trump, aparentemente, quiso decir “pese a la constante cobertura negativa de los correponsales de prensa”.
Sin embargo, al explicar el incidente, Spicer en lugar de señalar que se había tratado de un simple error al escribir en el teclado aseguró que “el presidente y un pequeño grupo de personas saben exactamente lo que él quería decir”.
El día que se anunció que Trump despidió abruptamente a James Comey como director del FBI, Spicer vivió una de sus momentos más curiosos de su paso por la Casa Blanca cuando, según informó The Washington Post,se metió junto a miembros de su equipo entre unos arbustos para evitar tener que enfrentar a la prensa.
Luego de varios minutos allí, su asistente salió y se acercó a los periodistas para decirles que Spicer respondería sus preguntas sobre el caso después de que apagaran las cámaras.
Según dijo la prensa estadounidense en ese momento, aparentemente Spicer había sido tomado por sorpresa por la decisión y quería evitar enfrentar a la prensa sin tener una respuesta preparada.