El duelo entre el nadador estadounidense Michael Phelps y un tiburón blanco se vendió con un gran bombo publicitario, pero la realidad no terminó siendo exactamente como se esperaba.
[contextly_sidebar id=”W1T0qyRjcJmiVBYCV6h4qk4VzLtV1EoQ”]El deportista olímpico más laureado de la historia fue superado por el escualo en dos segundos en una prueba de 100 metros de aguas abiertas en Sudáfrica.
Pero su derrota fue de lo menos que se habló luego que el canal Discovery Channel transmitiera la “carrera”.
El problema es que no hubo un enfrentamiento cara a cara entre Phelps y un tiburón blanco, sino que el nadador estadounidense apareció en pantalla midiéndose contra la imagen de un tiburón generado por una computadora.
Tanto el 28 veces medallista olímpico -23 de oro- como el escualo habían nadado la distancia por separado antes de que se transmitiera la carrera el domingo lo que permitió establecer una comparativa real entre ambos, pero hubo un cierto tipo de desazón en la redes sociales al hecho que el hombre y el animal no coincidieron físicamente en el agua.
Aunque la diferencia de dos segundos puede parecer poca, lo cierto es que Phelps estuvo ayudado por una monofin (monoaleta) para propulsarse en el agua.
De lo contrario sólo hubiera podido alcanzar una velocidad máxima de 10 km/h, mucho menor a los 40 km/h que puede lograr un tiburón en rápidas aceleraciones.
Esta no fue la primera vez que un hombre se reta frente a un animal, que por lo general suelen ser más rápidos que lo seres humanos.
Sea por publicidad, dinero o simplemente para llamar la atención, lo que se suele hacer es inflar lo que en verdad son capaces los humanos en busca del espectáculo.
El problema es que el resultado nunca ha ido acorde a lo esperado.
Uno de los jugadores más rápidos de rugby decidió enfrentarse al animal terrestre más rápido del planeta en un acto promocional en beneficio de un grupo conservacionista en 2007.
Pero el sudafricano Bryan Habana no es Usain Bolt y su mejor tiempo de 10,4 segundos en los 100 metros planos está lejos de los 9,58 segundos del rayo jamaiquino.
El chita fue motivado por una pierna de cordero que tuvo que perseguir durante la prueba, mientras que Habana salió antes y le permitieron una considerable distancia de ventaja.
La diferencia sobre la línea no fue mucha, pero cuando el humano sintió su orgullo herido y pidió la revancha fue derrotado contundentemente.
El excampeón mundial de 100 metros estilo libre compitió contra dos delfines en una piscina cerca de Roma en 2011.
Dada la clara ventaja natural de los delfines, el nadador italiano tenía que recorrer la distancia de una piscina y media, mientras que los animales tenían que hacer dos piscinas y media.
Ni así pudo el hombre ganar, ya que Superpippo, como se lo conocía, fue superado claramente por sus amigables rivales.
El legendario velocista estadounidense fue la gran figura de los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 al convertirse en el hombre más rápido del mundo ante la mirada atenta de Adolf Hitler, pero ni así pudo evitar los problemas financieros que sufrió después en su país.
Necesitado de dinero, Owens aceptó competir contra caballos de carrera en eventos que atrajeron a una gran cantidad de público.
Se cree que Owen hacía que el pistoletazo de salida lo dieran cerca del caballo para dejarlo aturdido y aprovechar que el salía con mucha distancia de ventaja, una estrategia que le sirvió la mayoría de las veces para ganar, pero no siempre.
El receptor de fútbol americano superó claramente a un avestruz llamado Thelma en 2009 para un programa de televisión que se basaba en la ciencia en el deporte.
Pero en la “carrera” ambos estuvieron separados por una valla y fue evidente que el animal no dio lo mejor sí.
En la revancha, corriendo por el mismo carril, Dennis fue superado claramente y sólo pudo ver el polvo que dejaba el avestruz.