[contextly_sidebar id=”orBpC9shPFEaEplNg0N1xrAUnmHte5e9″]El caso de Juana Rivas, una madre separada, que denunció ser víctima de maltrato por parte de su excompañero italiano y que desapareció con sus hijos para evitar tener que entregárselos, conmueve a España, donde la lucha contra la violencia de género es una causa nacional.
Juana Rivas y sus hijos de 11 y 3 años ha sido tan sonado que incluso El País, el diario más leído en España, le dedicó un editorial. Mientras, una campaña de apoyo lanzada a comienzos de año en change.org ha obtenido hasta ahora más de 210.000 firmas.
Desde que esta semana rechazó en Granada (sur), entre lágrimas, la idea de dejar a sus hijos con un padre que ella asegura es violento, Rivas desapareció con los niños.
Lo hizo justo antes de que llegara el día, el pasado 26 de julio, cuando la justicia española le había pedido entregar a los niños.
“Yo a mis hijos no los entrego, voy a defenderlos hasta mi último aliento”, advirtió el martes en una rueda de prensa, al afirmar que sería “peligroso” darlos al padre.
“Hay que ponerse en el lugar de esta madre. Hay que ser consciente de lo que le ha ocurrido (…), ha sido dos veces agredida, su marido ha sido condenado por los tribunales”, terció el viernes el jefe de gobierno español, Mariano Rajoy.
“A las personas conviene comprenderlas y luego está todo lo demás”, agregó.
En Granada, han aparecido pancartas que dicen “Juana está en mi casa”, en señal de apoyo.
Judicialmente, su historia es compleja, según se desprende de documentos oficiales consultados por la AFP.
El compañero de Juana, Francesco, un italiano actualmente instalado en Cerdeña, fue condenado en 2009 por malos tratos contra la mujer.
Ella lo dejó, pero posteriormente volvió a vivir con él, hasta que en mayo de 2016 partió de vacaciones con los hijos. Había prometido volver, pero jamás lo hizo.
El padre presentó entonces una denuncia por sustracción de menores.
En España, Rivas a su vez lo denunció por malos tratos, emprendiendo una lucha para obtener el derecho a quedarse en su ciudad con sus niños.
Pero el tribunal la desoyó, alegando que la situación debe ser decidida por los juzgados italianos, porque es en ese país donde estuvo la última residencia legal de los niños.
Además, la justicia española decidió que los niños debían regresar a Italia, alegando entre otras cosas que el mayor de los niños fue evaluado por sicólogos y no mostró señales de no querer ver a su padre.
“Yo lo que quiero es volver a abrazar a mis hijos, no los he visto desde el año pasado”, dijo el padre a la agencia italiana Ansa.
Negó los malos tratos y denunció una campaña de prensa en su contra. Su abogado anunció una demanda por difamación.
Este 31 de julio, el Tribunal Constitucional de España rechazó un amparo presentado por los abogados de Juana Rivas, ante el Tribunal Constitucional (TC), que solicitaba suprimir la orden judicial que le obliga entregar a sus hijos al papá. Según la resolución del pleno del Constitucional no se admitió el recurso “por no haber concluido el proceso abierto en la vía judicial”.
En España la lucha contra la violencia de género es una causa nacional desde hace años. Cada asesinato de una mujer ocupa espacio en los medios. Y la policía y la justicia otorgan fácilmente medidas de alejamiento.
Esta semana todos los partidos políticos anunciaron que iban a suscribir a un pacto de Estado contra la violencia de género, que desembocará en una legislación para brindar mayor protección a las mujeres.
También podría dar lugar a una supervisión más estrictas de visitas a niños de padres que hayan maltratado a sus compañeras.
El tribunal a cargo del caso de Juana Rivas ha pedido a ambas partes comparecer en una audiencia el 8 de agosto, y solicitó a la policía que intente encontrar a los niños.
Con información de AFP…