[contextly_sidebar id=”dPptx3m70et4Etv06SNodeCEcgMewbcF”]A casi un año de haber iniciado los trabajos para su restauración integral y una inversión de 7.1 millones de pesos, hoy se develó la escultura Ecuestre de Carlos IV, conocida como “El Caballito”, de Manuel Tolsá, en la plaza que lleva nombre, ubicada en el primer cuadro de esta capital.
La secretaria de Cultura federal, María Cristina García Cépeda, y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, encabezaron la ceremonia protocolaria en el Museo Nacional de Arte, donde coincidieron en que “es un gran día para la Ciudad de México y para los mexicanos, que vemos cabalgando nuevamente nuestro caballito”.
La funcionaria recordó que Alexander von Humboldt, viajero incansable y científico ilustre, presenció el 9 de diciembre de 1803 la inauguración de la escultura Ecuestre de Carlos IV en la plaza mayor de la Ciudad de México y la comparó con la estatua de Marco Aurelio en la ciudad de Roma.
“Así comenzó la historia de la escultura, que según las crónicas fue realizado teniendo como modelo a un caballo poblano llamado Tambor. Ahora, más de 200 años después nos reúne aquí la conclusión de trabajos que restauradores, arquitectos, antropólogos, químicos y especialistas realizaron a la escultura”, expresó García Cepeda.
Fue en julio de 2016 cuando un equipo de expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) inició la valoración de la obra dañada en 2013 luego de que se utilizaran ácidos para limpiarla afectándola de manera irreversible.
La segunda etapa fue un ejemplo de labor interdisciplinaria y destaca el importante hallazgo de que la superficie de la escultura estuvo recubierta desde que fue creada con pintura verde marrón y técnica al óleo. El color verde coincide con lo que documentó Humboldt.
“Quiero reconocer el trabajo coordinado y la colaboración entre la Secretaría de Cultura del gobierno de la República, el Gobierno de la Ciudad de México y el Fideicomiso del Centro Histórico de la Ciudad de México, así como al compromiso y profesionalismo del INAH y su director Diego Prieto, a sus colaboradores y especialistas que con dedicación y responsabilidad asumieron esta tarea”, señaló García Cepeda.
Apuntó que el día de hoy es posible apreciar “El Caballito” en todo su esplendor, como emblema y orgullo de “nuestra ciudad por más de 200 años, un monumento que es parte de la vida de la Ciudad de México, que está en múltiples registros pictóricos y fotográficos que nos miran desde el amanecer del siglo XIX y ha sido testigo de la historia del país”.
“Esta restauración precisa datos importantes y nos deja claro que hay que trabajar de la mano, que hay que ir en un acompañamiento con profesionales en cada una de nuestras intervenciones”, dijo durante el evento Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno de la Ciudad de México.
Adelantó que actualmente trabajan en lo que será una nueva forma de contemplar el Templo Mayor de la Ciudad de México y en breve informarán al respecto; así como otros trabajos de restauración en esculturas ubicadas en Paseo de la Reforma.
“Esta figura ecuestre vuelve a dar realce a la historia y el rescate de nuestra historia, de lo que somos y de nuestro origen, lo que representa esta ciudad desde el punto de vista cultural”, expresó Mancera, quien añadió que ahora tienen proyectado iluminar la Plaza Tolsá, para poder admirar la escultura de día y noche.
El daño ocasionado al monumento fue causado por la intervención realizada por el Sr. Arturo Javier Marina Othón, presuntamente contratado por funcionarios del Centro Histórico de la Ciudad de México en septiembre de 2013 y ascendió a más de 1 millón 415 mil pesos, de acuerdo con la comisión de especialistas comisionada por el INAH para revisar el caso.
El ácido nítrico utilizado durante la restauración y rehabilitación del monumento disolvió en 50% la capa que protegía al bronce original. Al utilizar el ácido en concentraciones tan elevadas (60%) eliminó de forma irreversible la pátina que protegía la superficie como una cantidad de metal, poniendo en riesgo la integridad de la escultura.
César Moheno, Secretario técnico del INAH, informó que dicha intervención a la obra del escultor Manuel Tolsá, que adorna la entrada al Museo Nacional de Arte (Munal) y que fue encargada al Fideicomiso del Centro Histórico del Gobierno del Distrito Federal, fue iniciada sin la autorización del INAH en septiembre del 2013.
Por el daño a “El Caballito”, el Gobierno del Distrito Federal (GDF) anunció que inició una investigación contra la empresa Marina Restauración de Monumentos por dañar el monumento, cuando ni si quiera estaba contratada para realizar trabajos de restauración.
Con información de Notimex.