[contextly_sidebar id=”WNKn9sEaCoPnF8WsUtoFzmsLeqDhz0WM”]Mientras Tomás Yarrington se encontraba prófugo de la justicia acusado de tráfico de drogas y lavado de dinero en México y Estados Unidos, el exgobernador de Tamaulipas tenía como guardaespaldas a ocho policías y el gobierno federal estaba al tanto de ello, publica el diario The Wall Street Journal.
De acuerdo con el periódico, las órdenes de cesión, que fueron emitidas en julio de 2016, indican que las agencias federales de seguridad de México fueron notificadas de que los agentes de policía estaban actuando como guardaespaldas de Tomás Yarrington; sin embargo, un alto funcionario mexicano, citado por The Wall Street Journal, dijo que no hay evidencia de que las agencias federales recibieron tales notificaciones.
La orden para los policías estatales es que le proporcionaran seguridad a Tomás Yarrington en cualquier lugar de México entre julio y diciembre de 2016, mientras la Policía Federal lo buscaba.
El diario indica que Joel Androphy, un abogado de Houston que representa al exgobernador de Tamaulipas, dijo que no sabía que el exmandatario había sido autorizado a usar policías estatales como guardaespaldas.
De acuerdo con la investigación periodística, la orden de asignación de los guardaespaldas fue firmada por Porfirio Castillo, quien en ese entonces se desempeñaba como jefe de la Policía de Investigación durante el gobierno de Egidio Torres Cantú.
En entrevista, Castillo dijo que lo hizo por órdenes de Egidio Torres Cantú y que todas las agencias federales fueron informadas.
“Enviamos copias a todos los organismos federales -la Secretaría de Gobernación, el Ejército, la Marina, la oficina del procurador general— todos ellos”, dijo Castillo. “Las autoridades federales lo sabían todo y nunca nos dijeron nada”.
Funcionarios citados por The Wall Street Journal dijeron que el sucesor de Yarrington, Eugenio Hernández, quien fue acusado de lavado de dinero en Estados Unidos pero no enfrenta a cargos en México, también fue autorizado a usar los servicios de cuatro policías estatales como guardaespaldas.
Yarrington, quien es reclamado por México y Estados Unidos, fue capturado el 8 de abril pasado, tras salir de un restaurante en la céntrica plaza de la Signoria de Florencia.
El exgobernador de Tamaulipas, de 60 años, estaba alojado en un “Bed & Breakfast” florentino, donde aparentemente habría pasado sólo una noche tras llegar desde la localidad de Paola, en la provincia calabresa de Cosenza, de acuerdo con las investigaciones de las autoridades italianas.
Gobernador de Tamaulipas entre 1999 y 2004, Tomás Yarrington es acusado de haber recibido sobornos de los cárteles del Golfo y Los Zetas, y de lavado de dinero por medio de diversas operaciones inmobiliarias.
En Estados Unidos enfrenta 11 cargos que conllevan la cadena perpetua, mientras en México es imputado de delitos con pena máxima de 20 años.
Lee la nota completa en The Wall Street Journal.