[contextly_sidebar id=”PnPtwenP73O1W6aTF2IyohcBm1EiGCRR”]”Eso es lo que viene”, suelen decir en Venezuela en sus conversaciones informales sobre el desenlace que tendrá el proceso político de este país.
Lo dicen con rotunda certeza: que habrá un golpe de Estado, una intervención extranjera, una “matazón”.
Pero los venezolanos saben bien que predecir el futuro, por mucho que les guste, es tan o más difícil acá que en cualquier parte del mundo.
“Acá todo puede pasar”, de hecho, es otra de sus frases sentenciosas.
Y en medio de la ola de protestas que viven y en la que según la fiscalía 26 personas han muerto y cientos han resultado heridas, dibujar escenarios es, también, profundamente complicado.
“Acá hay más ruido que señales”, considera Luis Vicente León, un consultor y encuestador que viaja por el mundo describiendo sus escenarios de la problemática venezolana.
Pese a la dificultad –y partiendo de la certeza de muchos en que la crisis económica y social solo parece empeorar a medida que pase el tiempo–, en BBC Mundo recogemos los cuatro posibles escenarios que más consenso generan entre los expertos.
No es algo de ahora que la violencia criminal y la conflictividad social se han vuelto común en Venezuela, donde hay un promedio de 60 homicidios al día, según cifras oficiales, y 18 protestas diarias, según el Observatorio de Conflictividad Social.
Pero la violencia política de este mes puede recrudecerse o alargarse, coinciden analistas.
“El escenario más probable es que venga mayor represión y autoritarismo”, opina Nicmer Evans, politólogo y activista de izquierda que en tiempos recientes se ha alejado del oficialismo.
Evans está seguro de que en esta nueva ola de protesta algunos grupos radicales de la oposición están “armados, apertrechados, estructurados y financiados”.
“Pase lo que pase, es poco probable que los grupos radicales de ambos bandos se queden tranquilos o cedan fácilmente”, añade Luis Vicente León.
Pero la pregunta, insiste, es si ese enfrentamiento va a ser generalizado o focalizado: “La presión popular, si es masiva y organizada, se puede traducir en ingobernabilidad y cambios políticos, pero también puede dar con un escenario de guerra de guerrillas que se mantiene en el tiempo”.
Los conflictos políticos que generan violencia, se dice, solo pueden resolverse con pactos, negociación y concesiones de ambas partes.
Pero un escenario en el que no hay una solución al problema no es descartable en Venezuela.
“En Colombia, Perú o Siria la problemática se mantuvo en el tiempo sin que se generara una solución”, dice León.
La escasez de productos básicos y medicinas se han vuelto cosa común en Venezuela, hasta el punto de que muchos ya ven hacer fila por horas para comprar como parte de su rutina.
Aunque los analistas aseguran que en este escenario la violencia política se mantendría, también es probable que se focalice y se vuelva parte de la normalidad.
La oposición dice que, para sentarse a dialogar y llamar a su gente a dejar la protesta, el gobierno debe mostrar algún tipo de gesto de buena voluntad.
Esto puede ser liberar a quienes considera presos políticos o restablecerle los poderes reales a la Asamblea Nacional, así como agilizar la renovación de los poderes electoral y judicial.
El gobierno ha llamado al diálogo en busca de una solución negociada, pero la oposición duda de su credibilidad y dice necesitar hechos concretos.
Además, los anteriores casos en que la oposición apostó al diálogo fueron vistos por sus simpatizantes como fracasos que solo le dieron tiempo al gobierno.
“Es probable que en este momento haya algún nivel de negociación”, afirma Evans.
“No se puede descartar que el gobierno descomprima la tensión de la calle y le dé esperanza a la oposición llamando a elecciones presidenciales en 2018 y aliste, luego, una rearquitectura de los partidos que le permita llegar a los comicios sin oposición o con ventaja”, dice el politólogo.
Los analistas coinciden en que quizá los dos escenarios que más mencionan los venezolanos de a pie, desenlaces terminales o tajantes, son los menos probables.
Por un lado está la posibilidad de un golpe de Estado perpetrado por militares.
Es posible, señalan, que el ejército genere presión al gobierno para que evite escenarios de violencia dándole a la oposición algún tipo de espacio.
Las declaraciones de la fiscal, Luisa Ortega Díaz, que ha llamado al gobierno a respetar el orden constitucional, pueden generar una suerte de consenso entre poderes estatales que no quieren que el país adopte una senda autoritaria.
Sin embargo, en parte gracias a la alianza cívico-militar que Maduro ha afianzado poniendo decenas de militares en cargos ministeriales, los analistas creen que es poco probable que el ejército se organice para tumbar al presidente.
Maduro, por otro lado, puede renunciar.
“Claro, una posibilidad es que el gobierno, sin el apoyo de los militares y con gran acuerdo internacional, se siente a negociar su renuncia y deje todo el poder que tiene”, dice León.
Aunque León agrega, casi convencido: “No creo que vaya a pasar”.