Le prendieron fuego a 19 vehículos, mataron a un policía, detonaron explosivos, lanzaron cohetes y acomodaron a francotiradores en posiciones estratégicas. Así, en la madrugada del lunes, una banda de alrededor de medio centenar de asaltantes logró mantener a distancia a los efectivos de la policía y perpetrar lo que autoridades en Paraguay señalaron como el “robo del siglo”.
El asalto a la sede de Prosegur, una empresa especializada en el transporte de grandes cantidades de dinero en efectivo, sucedió en Ciudad del Este, la segunda urbe más poblada de Paraguay, a 350 kilómetros de Asunción.
Ciudad del Este es, además, una población en la que operan organizaciones de contrabandistas, narcotraficantes y tratantes de personas.
Se encuentra cerca a la triple frontera de ese país con Argentina y Brasil y es una urbe con intenso movimiento comercial.
Las investigaciones preliminares señalan que los autores del asalto pertenecen o tienen vínculos con el Primer Comando Capital (PCC), una conocida banda criminal brasileña.
La policía brasileña informó el martes de la detención de ocho sospechosos del asalto.
Todavía no se informó oficialmente el monto robado, sin embargo medios locales señalaron que puede alcanzar los 40 millones de dólares.
La policía paraguaya reportó que tres civiles quedaron heridos por el asalto.
El espectacular robo desató intensos operativos tanto en Paraguay como en Brasil, cuyas fuerzas de seguridad coordinan acciones para dar con los asaltantes.
19 autos y camiones en llamas cerrando las calles y explosivos cerca de la comandancia de la policía impidieron la inmediata reacción de las fuerzas del orden cuando comenzó el asalto.
Después de neutralizar a la policía, en medio de dos horas de fuego cruzado y explosiones, los asaltantes huyeron con el botín en al menos cuatro vehículos rumbo a la frontera de Paraguay con Brasil.
“Fueron dos horas en las que la policía no podía llegar al lugar”, declaró la fiscal de Ciudad del Este, Denise Duarte.
“Les costó muchísimo porque había francotiradores y porque incendiaron autos en la entrada de la jefatura (de la policía) para no permitir la salida de refuerzos”, relató.
La fiscal añadió que los atacantes usaban máscaras y hablaban el portugués.
Reportes policiales indican que el grupo de asaltantes después usó una lancha para adentrarse en la selva y tratar de esconderse.
Añadieron que fue un ataque “sin precedentes para Ciudad del Este“.
Imágenes de televisión de la escena del ataque mostraron como el edificio de Prosegur terminó destruido por el impacto de los cohetes que dispararon los asaltantes.
“El ruido sonó alrededor de la ciudad como bombas en una guerra”, señaló Antonio del Puerto, uno de los testigos del asalto a la agencia AFP.
El policía que falleció en el robo era el agente del Grupo Especial de Operaciones, Sabino Ramón Benítez, quien custodiaba la zona.
Los autores del robo portaban armamento de grueso calibre, chalecos antibalas y explosivos.
Las explosiones no sólo afectaron el inmueble de Prosegur, también domicilios aledañas,
El ministro del Interior paraguayo, Lorenzo Lezcano, afirmó que el robo fue producto de un “operativo bien planificado” en el que participaron entre 40 a 50 personas, presuntamente de nacionalidad brasileña.
“Fue un asalto perpetrado mediante operativo bien planificado. Contaban con potentes armas y explosivos”, concluyó Lezcano.
Una de las camionetas blindadas que poseían los asaltantes y dejaron abandonadas en la huida, según la policía, estaba equipada con un arma antiaérea.
El ministerio del Interior paraguayo informó que la mayoría de los autos que usaron los criminales tenían placas brasileñas.
No queda claro cuánto es el botín que se llevaron los criminales.
La fiscal Duarte informó que la bóveda de Prosegur “estaba llena” en el momento del robo.
La policía indicó que la bóveda podía contener hasta US$40 millones en efectivo, pero las autoridades aún no han verificado la cantidad sustraída.
El asesor de Prosegur, José Darío Frutos, no confirmó el monto de dinero robado pero aseguró que era menor a los US$40 millones estimados.
La magnitud de lo sucedido provocó la inmediata respuesta de los gobiernos de Paraguay y Brasil.
El presidente paraguayo, Horacio Cartes, ordenó que militares apoyen la tarea de la policía en el control de la zona y la búsqueda de los asaltantes.
Por su parte, su homólogo brasileño, Michel Temer, prometió apoyar a la policía paraguaya “con todos los recursos necesarios”.
“El gobierno expresa su solidaridad con las víctimas de este acto criminal y, especialmente, con los familiares del policía paraguayo muerto”, dijo el mandatario.
El ministerio del Interior de Paraguay informó en la tarde del lunes que horas después del robo se registró un nuevo enfrentamiento.
Una operación conjunta de las policías de Paraguay y Brasil logró arrestar a cuatro sospechosos y otros tres fallecieron en el fuego cruzado de la tarde del lunes, según las autoridades paraguayas.
El tiroteo sucedió en Sao Miguel do Iguazu, municipio brasileño cercano a las cataratas del Iguazú, un conocido destino turístico en el estado fronterizo brasileño de Paraná.
Las autoridades brasileñas confirmaron que hubo un choque mortal pero no darían más detalles.
“Hubo intercambio de fuego. Había muertos y heridos, pero no estamos dando más información por el momento, todavía estamos buscando gente”, señaló una fuente de la policía federal de Paraná a la agencia AFP.
Otro incidente se registró en Itaipulandia, otro municipio brasileño en la frontera con Paraguay, luego de que otro grupo de al menos doce asaltantes intentara regresar a Brasil en barco a través de la represa de Itaipú.
Los tripulantes de la embarcación consiguieron huir tras el tiroteo.
El Primer Comando Capital es una de las bandas criminales brasileñas que se hizo fuerte en Sao Paulo y Río de Janeiro.
Los fuertes golpes asestados por las fuerzas de seguridad brasileñas contra este grupo los obligó a operar en las zonas fronterizas brasileñas y países vecinos, donde el control policial es menor.
El jefe de policía de Paraguay, Luis Rojas, dijo que era “muy factible” que los atacantes tuvieran ayuda dentro de la policía.
Dijo que se había puesto en contacto con las fuerzas de seguridad en Brasil y Argentina para ayudar a atrapar a los ladrones.
“Voy a buscar los recursos y los mejores hombres para trabajar para atrapar a estas personas”, aseguró.
Aunque todavía no se estableció ningún vínculo con este caso, miembros del PCC son sospechosos de haber perpetrado otro asalto a una empresa que transporta dinero en efectivo en Bolivia.
De manera similar, los asaltantes se dispersaron y huyeron rumbo a la selva brasileña.
El gobierno boliviano sigue buscando a los asaltantes que no pudieron ser capturados.