La celebración del Día de la bicicleta cada 19 de abril no es lo que parece.
Aunque el nombre de esta festividad hace referencia a ese omnipresente y ecológico modo de transporte, la fecha conmemora en realidad el aniversario de un particular “viaje” histórico en dos ruedas: el primero que realizó el químico suizo Albert Hofmann bajo los efectos del LSD, en 1943.
Tres días antes, mientras experimentaba en la búsqueda de nuevos medicamentos, Hoffman descubrió accidentalmente la dietilamida de ácido lisérgico, más conocida como LSD.
74 años después esta droga psicodélica semisintética se conoce más popularmente como ácido, es ilegal y se utiliza principalmente con fines recreativos.
Pero todo empezó con un incierto viaje en bicicleta por Basilea, en Suiza.
Mientras trabajaba para la compañía farmacéutica Sandoz, Hofmann estaba tratando de estabilizar el ácido lisérgico, un derivado de la ergotamina, un componente químico que se obtiene a partir de un hongo que crece en el centeno y que se utilizaba en una medicina para tratar la migraña.
Desde 1938 el químico empezó a mezclar el ácido lisérgico con otras moléculas orgánicas y ese mismo año acabó sintetizando por primera vez el componente dietilamida de ácido lisérgico -25 (LSD).
Pero no fue hasta cinco años después, cuando accidentalmente Hofmann se expuso a él en el laboratorio.
Se sintió mareado y tuvo alucinaciones. En sus propias palabras, sintió “una remarcable inquietud combinada con un ligero mareo”, según un video explicativo producido por la American Chemical Society.
Vio “imágenes fantásticas, formas extraordinarias con intensos juegos de color caleidoscópico“, describió el químico.
Así que tres días después, el 19 de abril de 1943, decidió probar intencionadamente los efectos de la sustancia.
Según las notas del químico, a las 16:20 tomó una dosis de LSD y 40 minutos después registró que empezaba a experimentar “un mareo incipiente, ansiedad, distorsiones visuales, síntomas de parálisis y deseo de reír”.
Esa fue su última entrada del día.
Como se empezó a sentir raro Hofmann decidió volver antes a casa, pero debido a las restricciones de la segunda guerra mundial para la movilidad en coche Hofmann tuvo que hacerlo en bicicleta, no sin antes pedirle a su asistente de laboratorio que lo acompañara, probablemente ante la incertidumbre de lo que podría pasar.
Ese memorable viaje de regreso, literal y figurado, es el que se recuerda cada 19 de abril con el Día de la bicicleta.
A raíz de esa poderosa experiencia Hofmann continuó sus experimentos químicos con el LSD en el laboratorio.
Durante la década del 50 atrajo la atención de algunos investigadores por su interés potencial para tratar enfermedades mentales como la esquizofrenia, la depresión o la adicción.
Hofmann insistió durante años en ese potencial médico, pero en los 60 el LSD se convirtió en una popular droga urbana.
Según el video de la American Chemical Society, con el tiempo se empezó a correr la voz fuera del laboratorio sobre el extraordinario poder del LSD para alterar la mente.
Las estrellas de rock y la contra cultura de esa década adoptaron el LSD como una droga habitual, pero pronto empezaron a emerger historias de usuarios que desarrollaron daños psicológicos permanentes a raíz de su abuso.
“Aunque la cultura de esta era quedó definida por su sensación de libertad y expresión, el uso no regulado y a menudo irresponsable del LSD condujo a una percepción negativa de la droga“, dice el video de la serie Reactions de la sociedad química estadounidense.
En efecto, muchos países prohibieron esta y otras drogas psicodélicas durante los años 70 y en general los laboratorios químicos dejaron de investigar con ellas.
Hoy en día, el LSD es una droga catalogada como de las más duras, asociada a una gran probabilidad de adicción y sin uso médico alguno comprobado.
Pero hay investigaciones más recientes que indican que Hofmann quizás estaba siguiendo una pista útil en su búsqueda para producir una medicina, según el video de la American Chemical Society.
Hofman dijo sentirse personalmente decepcionado de que el abuso casual del LSD eclipsara el potencial científico de la droga.
El químico murió de un ataque al corazón el 29 de abril de 2008 en su casa de Basilea, en Suiza, a los 102 años.