[contextly_sidebar id=”kj1IsCy4AFWFZAMD6FJllL3rw3RqQvgo”]El Pentágono dio a conocer este viernes imágenes del bombardeo en la provincia oriental de Nangarhar, fronteriza con Pakistán, en el que utilizó por primera vez en combate la bomba aérea de artillería masiva (MOAB) GBU-43/B, apodada la “madre de todas las bombas”, contra posiciones del Estado Islámico.
Varios habitantes sintieron temblar el suelo “como durante un sismo”, y que muchos se desmayaron debido a la potencia de la onda expansiva.
“Los combatientes de EI son activos aquí, se adueñaron de nuestras casas”, contó un habitante de Achin, Jair Mohamed. “Nos da igual que nuestras viviendas queden destruidas, queremos que EI sea eliminado”.
El bombardeo suscitó, sin embargo, críticas como las del embajador afgano en Pakistán, Omar Zakhilwal. “Me parece reprensible y contraproducente el uso en nuestro suelo de la mayor bomba no nuclear”, declaró en Twitter. “Si las mayores bombas fueran la solución, estaríamos hoy en día en el lugar más seguro del mundo”.
Un portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, criticó en un comunicado el hecho de que Estados Unidos utilice a “Afganistán como un laboratorio experimental” y opinó que eliminar a EI era “el trabajo de los afganos”.
La provincia de Nangarhar, fronteriza con Pakistán, es la primera región de asentamiento en Afganistán del EI, que avanzó en los últimos años el país reclutando en especial a talibanes afganos o paquistaníes desencantados.
Desde agosto de 2016, las fuerzas estadounidenses han llevado a cabo varios ataques aéreos en Afganistán contra los bastiones yihadistas. Los esfuerzos conjuntos de las fuerzas afganas y estadounidenses han hecho retroceder a los combatientes del EI.