El calendario de Samsung hace tiempo que tenía marcado en rojo este miércoles 29 de marzo.
[contextly_sidebar id=”Cv4cawlI286BCM2wdv1VLogin5HxeDHT”]Y es que es el día del lanzamiento del Galaxy S8, en un gran evento simultáneo en Londres y Nueva York, una prueba de fuego para la compañía surcoreana y su última gran apuesta.
Las expectativas son altas y las circunstancias no son las más favorables.
Por un lado, la empresa se ha visto envuelta en el escándalo de corrupción política de Corea del Sur. Su heredero y jefe de facto Lee Jae-yong fue arrestado y está siendo juzgado por sobornar al gobierno (aunque él mantiene que es inocente).
Por otro lado, la nueva apuesta del gigante tecnológico se ve ensombrecida por el escándalo de la explosión de las baterías de los Note 7, que quisieron competir directamente con Apple pero terminaron en fracaso.
“Con este lanzamiento, Samsung tiene la oportunidad de compensar el fiasco del Galaxy Note 7… pero tal vez es demasiado temprano para decir que dejó sus problemas atrás”, le dice a la BBC Kiranjeet Kaur, de la consultora tecnológica británica IDC.
Los modelos Galaxy S son línea emblemática de la compañía y son vistos como el único competidor serio de los iPhone de Apple.
En cambio, los Note son teléfonos-tableta de grandes pantallas y un mercado mucho más pequeño.
Un smartphonede alta gama como el S8 debe destacar, fundamentalmente, en tres elementos: la cámara, la pantalla y la batería.
Jake Saunders, vicepresidente de la empresa de investigación ABI, le dijo a la BBC que pocos dudan que Samsung le haya puesto las pilas a sus ingenieros para garantizar que el nuevo teléfono es absolutamente infalible. Pero siempre quedan dudas.
“Samsung seguramente espera un lanzamiento fluido y sin fallos para recuperar la confianza de los consumidores en la marca, pero puede que se encuentren con un verano muy, muy caluroso”.
La distribución internacional comenzará el 21 de abril.
Durante los últimos años, Samsung ha competido tanto con los modelos de Apple como los smartphones más baratos de fabricantes chinos.
El iPhone 7 continúa generando muchas ventas para Apple. Además, ahora la compañía de Cupertino ofrece opciones más económicas, como los “viejos” iPhone 6S y el iPhone SE, que no son tan caros.
Tal vez por eso Apple superó a Samsung en el número de envíos de teléfonos inteligentes durante el último trimestre de 2016.
En cuanto a la competencia por parte de China, Huawei, Oppo y Xiaomi continúan ofreciendo teléfonos Android que obtienen muy buenas críticas y cuestan menos que los Samsung.
Durante mucho tiempo, las ofertas de Samsung en su gama media han podido beneficiarse de la reputación de la buena calidad de teléfonos que ofrecía la compañía, frente a los de la competencia china.
Y por eso su imagen de marca es fundamental.
Samsung Galaxy S8 tiene que demostrar que es un teléfono seguro y que vale lo que cuesta.
De lo contrario, es posible que sus rivales le ganen la carrera.
Huawei, Oppo y Vivo -otra marca china- son el tercer, cuarto y quinto fabricante que más teléfonos venden en el mundo, respectivamente. Cada una de ellas registró un 100% de crecimiento en 2016 (aunque partían desde una base baja).
Pero a Samsung no le va tan mal como muchos podrían pensar, pese a lo delicado de su situación.
Un estudio reciente de Reuters e IPOS encontró que muchos de sus clientes siguen siendo fieles a la marca. De hecho, incluso hubo que se negaron a devolver sus dispositivos cuando ésta lo requirió, a pesar del riesgo de explosión.
“Tu experiencia personal se sobrepone a lo que lees o lo que la gente te cuenta,” dijo Jan Dawson, de la firma de investigación tecnológica Jackdaw Research.
Las cuentas de Samsung revelan que Note 7 le costó más de US$5.000 millones.
Sin embargo, la compañía sigue ganando dinero.
Samsung Electronics vio crecer sus ingresos un 50% en los últimos tres meses de 2016 y el precio de las acciones de la firma subió constantemente en los últimos 12 meses.
Entonces ¿por qué es tan importante este lanzamiento para la empresa asiática?
El secreto detrás del poder de recuperación de Samsung reside en que Galaxy S7 -el precursor del S8- fue un éxito total.
La gran pregunta es: ¿logrará el S8 estar a la altura?