Ivanka Trump se mudó a Washington junto a su marido y sus hijos tras la victoria de su padre en las elecciones presidenciales del 8 de noviembre en Estados Unidos. A partir de ahora, estará un poco más cerca del poder que ejerce su progenitor.
[contextly_sidebar id=”vcw9ArxYDRN2eu6cPTi9HcfidI9ekyS2″]Según anunció a la prensa estadounidense su abogada, Jamie Gorelick, la hija mayor del mandatario estadounidense dispondrá de una oficina en el ala este de la Casa Blanca, contará con dispositivos de comunicaciones propiedad del gobierno y con autorización para acceder a información clasificada.
Sin embargo, no tendrá un cargo formal ni recibirá un salario.
Katty Kay, periodista de la BBC en Washington, señala que es muy inusual que la hija de un presidente tenga este tipo de estatus en la Casa Blanca.
Las leyes federales contra el nepotismo impiden que los familiares del presidente sean designados en puestos gubernamentales.
Ese fue una de los escollos que tuvo que enfrentar el nombramiento del esposo de Ivanka, Jared Kushner, como asesor del presidente Trump y que fue sorteado gracias a una excepción permitida después de que la oficina de asesoría legal del Departamento de Justicia señaló que el mandatario tiene una “autoridad especial para contrataciones”.
“Aunque no hay un precedente contemporáneo para un hijo adulto del presidente, yo seguiré voluntariamente todas las reglas éticas aplicables a los empleados del gobierno. Seguiré ofreciendo a mi padre mis sinceras recomendaciones y consejos, como he hecho toda mi vida”, dijo Ivanka Trump en una declaración enviada a la página web Politico.
Jamie Gorelick dijo a la agencia AP que consideran que el hecho de que Ivanka cumpla voluntariamente con las reglas que se le aplicarían en caso de ser empleada gubernamental, pese a no serlo, es una forma conservadora de enfrentar este asunto y es una opción que cuenta con el visto bueno de la oficina de asesoría legal arriba mencionada.
El abogado destacó que esa instancia también dejó claro que Trump podría consultar a los miembros de su familia en su condición de ciudadanos particulares y argumentó que eso es lo que hará Ivanka.
Andrew Herman, un abogado que ha dado asesoría a congresistas sobre temas éticos, consideró que la manera correcta de llevar adelante este proceso es convertir a la hija del mandatario en una “empleada especial del gobierno”, aunque admitió a la agencia AP que esa opción implicaría numerosas exigencias formales y de transparencia.
Por su parte, Richard Painter, profesor de Derecho de la Universidad de Minnesota que encabezó la oficina de ética de la Casa Blanca durante el mandato de George W. Bush, consideró que en la práctica Ivanka está trabajando como empleada del gobierno.
“Eso quiere decir que ella, al igual que su esposo, tiene que seguir las reglas. No es un gran asunto si ella se mantiene fuera de los temas que afectan sus intereses financieros”, dijo Painter a AP.
Indicó además que, desde su punto de vista, ella debe evitar inmiscuirse en cualquier cosa que tenga que ver con comercio internacional con los países en los que se fabrican sus productos, así como inhibirse en temas de bienes raíces, dados los negocios en ese campo de la familia de su esposo.
Otros analistas, sin embargo, se muestran más preocupados.
Julian Zelizer, experto en historia política de la Universidad de Princeton, indicó que a la emisora pública NPR que el papel de Ivanka en la Casa Blanca causa dudas sobre la aplicación de las normas sobre nepotismo, sobre conflictos de interés y otras reglas que se aplican a los empleados del gobierno.
“Ya hemos visto que se le ha dado acceso a reuniones de alto nivel con líderes mundiales, del sector empresarial; y ahora tienes el tema de material clasificado de inteligencia. Hay una pregunta: ¿por qué alguien de la familia que no tiene un cargo formal debe tener acceso a este tipo de información?”, se preguntó Zelizer.
Desde la elección presidencial, Ivanka renunció a su cargo directivo en la Organización Trump y acordó recibir un pago fijo, en lugar de un porcentaje de las ganancias como hasta ahora.
En cuanto a su empresa de modas, puso la gestión cotidiana en manos de la presidenta de la misma y colocó sus intereses bajo un fideicomiso administrado por sus cuñados Josh Kushner y Nicole Meyer, según informó The New York Times.
También prohibió a la empresa hacer operaciones con gobiernos extranjeros y usar en los anuncios publicitarios de su marca imágenes suyas tomadas después de la toma de posesión de su padre, ocurrida el pasado 20 de enero.
Desde entonces, Ivanka Trump ha participado junto a su padre en reuniones con líderes internacionales como el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau; y la canciller de Alemania, Ángela Merkel.
Estos encuentros han causado polémica porque, pese a no tener un cargo de responsabilidad que los justifique, Ivanka ha tenido abierto acceso a estos dirigentes.