“Me pasé todo el día tratando de buscarle el sentido a la medida”.
Quien habla es Matthew Finn, el director general de Augmentiq, una empresa consultora en temas de seguridad con sede en Londres y que asesora a gobiernos y a grandes compañías.
El experto se refiere a la decisión de prohibir a los pasajeros de ciertos vuelos llevar en la cabina aparatos electrónicos que sean más grandes que un teléfono inteligente, anunciada el lunes por Estados Unidos y a la que se uniría horas después Reino Unido.
Y no es el único experto que ha reaccionado así ante una restricción para la que hay más preguntas que respuestas.
Según hizo saber el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos por medio de un comunicado, la decisión responde a una posible “amenaza terrorista” y se tomó a partir de “información bien contrastadas”.
“La aviación comercial sigue siendo un objetivo para los terroristas”, quienes según el gobierno estadounidense continúan buscando “métodos innovadores” para llevar a cabo sus ataques, “incluido el esconder explosivos en aparatos electrónicos de consumo” masivo, señaló.
“Hemos interceptado propaganda de varios grupos terroristas que animan a llevar a cabo ataques en aviación, lo que implica (poner en práctica) tácticas para eludir la seguridad”.
“Tenemos razones para estar preocupados”, concluyó el DSN sin hacer referencia a ninguna amenaza concreta.
Aunque sí mencionó ejemplos del tipo de ataques a los que temen, como el avión derribado en Egipto en 2015, el intento de abatir otro aeroplano en Somalia en 2016 y los atentados ese mismo año en los aeropuertos de Bruselas e Estambul.
La medida solo afecta a aerolíneas extranjeras que vuelan desde ocho países de mayoría musulmana-Egipto, Turquía, Kuwait, Qatar, Marruecos, Jordania, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos- y no se aplica en los vuelos que parten de Estados Unidos, sino únicamente en los que lo tienen como destino.
Reino Unido, por su parte, también aplicará la medida en aviones de Easyjet y British Airways procedentes de esos aeropuertos.
De acuerdo a la prohibición, los pasajeros de estos vuelos no podrán subir a la cabina aparatos como computadoras portátiles, tabletas, cámaras de fotos, impresoras o lectores de libros electrónicos, aunque sí teléfonos inteligentes y determinados artefactos médicos.
El Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. no ha especificado medidas, pero Reino Unido sí: deberán ser más grandes que 16 cm x 9,3 cm.
Estos dispositivos tendrán que facturarse y viajar en la bodega del avión.
¿Pero hace realmente esta medida que los vuelos sean más seguros? ¿Por qué la distinción?
Ni Washington ni Londres han aclarado en qué forma beneficiará a ello.
Jim Termini, de la compañía especializada en seguridad aeroportuaria Redline, le explica a la BBC que las computadoras portátiles pueden modificarse para alojar en ellas pequeños explosivos, tal como el que estalló en un vuelo doméstico de Somalia el año pasado.
El avión de la compañía Daallo Airlines tuvo que realizar un aterrizaje forzoso en Mogadiscio después de que la detonación se produjera unos 15 minutos después del despegue, cuando el avión volaba a 3.350 metros de altura.
Todos los pasajeros resultaron ilesos en el incidente, pero el principal sospechoso del atentado, un hombre de 55 años identificado como Abdullahi Abdisalam Borleh, murió al caer al vacío por el agujero producido en el fuselaje después de la explosión.
“El aparato estalló antes de tiempo y el hombre que lo llevaba murió, pero aquello demostró que ocultar un explosivo en un aparato electrónico grande es una manera válida para intentar introducir una amenaza a un avión”, dice Termini.
“Pero ya que se puede activar una bomba de forma remota y automática, no es necesario que el atacante la tenga en sus manos”, le dice por su parte Matthew Finn, el director general de Augmentiq, a la BBC.
“Así que no es comprensible que se haga esa distinción entre el equipaje de cabina y el facturado”, añade.
Sin embargo, Bruce Shcneider, especialista en seguridad tecnológica y profesor invitado de la Escuela Kennedy de Gobierno de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, matiza lo dicho por Finn.
“Obligar a los pasajeros a facturar sus aparatos electrónicos hace el trabajo del atacante más difícil, ya que para detonar el explosivo, al no poder hacerlo de forma manual, tiene que diseñar un mecanismo automático”, le dice a la agencia de noticias Reuters.
Sally Leivesley, experta en gestión de riesgos de la empresa Newrisk Limited, también defiende la medida.
“Los pasajeros están más seguros si se separa al atacante de la bomba”, le asegura a la BBC.
“Si un explosivo que está en la cabina, muy cerca del fuselaje, explota, causa una enorme despresurización y la muerte segura de todos los que van a bordo”, explica.
“Así que creo que es una muy buena medida que, por otro lado, llega con algo de retraso”, afirma.
Pero Philip Baum, el editor de la revista y think tank Aviation Security International, está convencido de lo contrario.
“De hecho, creo que la restricción hará los vuelos menos seguros“, le dice a BBC Mundo.
“Ahora el personal de seguridad se dedicará a revisar computadoras y tabletas, en lugar de fijarse, por ejemplo, en las actitudes sospechosas de la gente en los aeropuertos y de tratar de adelantarse a sus intenciones”, explica el experto.
“Además, el escaneo del equipaje para facturar será más complicado, ya que dentro irán más aparatos electrónicos”, añade.
“Yo no le veo ningún beneficio en términos de seguridad, y sí muchos problemas, como la posibilidad de que aumenten los hurtos”, prosigue.
EE.UU. ha dado a las aerolíneas de plazo hasta el 7:00 GMT del sábado para empezar a implementar la medida y no ha especificado el plazo en el que será aplicada.
Sin embargo, un portavoz de la aerolínea Emirates dijo a la agencia de noticias Reuters que la restricción estará en vigor entre el 25 de marzo y el 14 de octubre de 2017.
La restricción estadounidense afecta a nueve aerolíneas -Royal Jordanian, EgyptAir, Turkish Airlines, Saudi Arabian Airlines, Kuwait Airways, Royal Air Maroc, Qatar Airways, Emirates y Etihad Airways-, que vuelan de estos 10 aeropuertos:
“No estoy segura de cómo piensan implementarla”, le dijo por su parte Angela Gittens, directora general del Consejo Internacional de Aeropuertos, a Reuters.
Y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) informó que está trabajando con la administración del presidente de EE.UU., Donald Trump, para entender mejor los nuevos requerimientos y también con las aerolíneas, para decidir cómo implementarlos.
“De todas formas, ¿quién necesita una laptop? Déjanos entretenerte”, tuiteó mientras tanto Emirates, una de las aerolíneas afectadas.