[contextly_sidebar id=”kRDSCMdwwt46Ai8OkJLs5yFJPaOvEGEC”]El muro fronterizo del candidato electo de Estados Unidos, Donald Trump, en realidad ya existe en una parte de la frontera y tiene más de veinte años.
En la década de 1990, autoridades estadounidenses comenzaron a levantar una valla metálica. Los primeros trazos de esa división fronteriza se hicieron colocando verticalmente las placas de acero que el ejército utilizó en la Guerra de Vietnam para asegurar que las aeronaves aterrizaran en terreno firme.
La división física inició entre 1993 y 1994 con una valla metálica de 22 kilómetros. Para 2009, en el Congreso ya se habían discutido y votado distintas leyes que permitieron ampliar el cerco fronterizo a mil kilómetros e incluso contar con zonas de ‘doble muro’ o dos tipos de vallas para frenar el paso entre los países.
Todavía en 2012, durante la carrera presidencial en Estados Unidos, la plataforma del partido Republicano incluyó la promesa de ampliar esa valla y multiplicar las zonas con doble cerco, aunque la propuesta no prosperó.
[slider_pro id=”356″]
[animalp-quote-highlight position=”left”]Siempre cambiante, el muro adopta múltiples formas de acuerdo al territorio por el que pasa. [/animalp-quote-highlight]
La frontera México-Estados Unidos es de 3 mil 152 kilómetros y divide a cuatro estados: California, Arizona, Nuevo México y Texas; de seis entidades mexicanas: Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.
La valla que comenzó a construirse en la década de 1990, bajo la administración de Bill Clinton, sólo cubre mil de esos 3 mil kilómetros y se encuentra en los estados de California, Arizona y Nuevo México. En el resto de la frontera hay barreras naturales que hacen casi imposible el cruce ilegal.
Pese a ello, la principal promesa de Donald Trump sobre seguridad fronteriza es construir un muro de concreto a lo largo de todo el cruce fronterizo.
Ese muro se convertiría en una barrera física para los 1.4 mil millones de dólares en fuerza laboral y mercancía que cruzan la frontera diariamente, según los datos del Departamento de Estado y la Cancillería mexicana.
[slider_pro id=”357″]
[animalp-quote-highlight position=”left”]El muro representa una moneda de cambio en el discurso político, que se contradice con la cotidianidad de las comunidades divididas y paisajes interrumpidos. [/animalp-quote-highlight]
El muro metálico que divide los dos países se levantó para tener una separación física entre las ciudades de San Diego y Tijuana; y frenar la inmigración ilegal.
Autoridades estadounidenses implementaron entre 1993 y 1994 los Operativos Gatekeeper y Hold the Line en California y Texas, respectivamente, para frenar la migración ilegal y el cruce de drogas.
Al levantamiento de una valla metálica se sumó la instalación de iluminación tipo estadio, sensores de movimiento y herramientas de visión nocturna.
Según datos de la Patrulla Fronteriza estadounidense, éstos operativos redujeron los cruces ilegales en 70% y motivaron el levantamiento de otras vallas en distintos puntos de la frontera.
Tras los atentados terroristas de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas en Nueva York, el entonces presidente George W. Bush creó el Departamento de Seguridad Interna que impuso mayores controles en la frontera.
La Patrulla Fronteriza y la Agencia de Aduana y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) quedaron bajo jurisdicción de ese nuevo Departamento y los agentes fronterizos aumentaron. Durante la administración Bush se pasó de 9 mil a 21 mil agentes.
Pero los cambios también pasaron por el Congreso. En octubre de 2006 el presidente Bush firmó una ley para tener una “valla segura” (Secure Fence Act).
Gracias a esta legislación es que se construyó el cerco de 700 millas (1,100 kilómetros) que separa actualmente a México de Estados Unidos con una barrera física.
Esta legislación aumentó la tecnología usada en la frontera para la detención de migrantes. El Congreso aprobó 1.2 mil millones de dólares para la construcción de la valla.
Para abril de 2009, Estados Unidos ya había construido 985 kilómetros de valla tanto para peatones como vehículos.
El costo es incierto. Al monto inicial aprobado se sumaron millones más. El primar cálculo contempló un millón de dólares por milla de valla, pero según los reportes del Departamento de Seguridad Interna el costo final fue de 3.8 millones por milla, monto que no incluye lo que llamaron “gastos por complicaciones en el terreno”.
Una de las últimas propuestas para aumentar la barrera física entre México y Estados Unidos se presentó en el Congreso en 2008, cuando se habló de aumentar la ley ‘Secure Fence’.
El entonces secretario de Seguridad Interna, Michael Chertoff, dijo en ese año que asegurar la frontera con una valla extendida por los 3 mil kilómetros tendría un costo de 4 mil millones de dólares dependiendo del material utilizado. Habló de utilizar una valla estándar con alambre y electrificada o un muro de 12 pies de alto.
A casi diez años de distancia, el candidato electo Donald Trump calcula que su muro para toda la línea fronteriza tendrá un costo de 8 mil millones de dólares.
[slider_pro id=”358″]
El actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama, también ha aumentado la seguridad en el cerco fronterizo.
[animalp-quote-highlight position=”left”]Actores que convergen en ambos lados de la frontera coinciden en que el muro no significa necesariamente una seguridad efectiva, sino simplemente una primera línea que controla flujos de personas y vehículos.[/animalp-quote-highlight]
Un reporte al Congreso sobre seguridad fronteriza indica que durante la administración Obama se han invertido 75 millones de dólares para fortalecer la frontera con México.
Aunque la valla física no ha aumentado, el gobierno de Obama sí ha invertido en incrementar la seguridad en el paso fronterizo natural. Se han establecido al menos doce bases navales en ríos que dividen a los dos países.