[contextly_sidebar id=”vsb8db3usYN919YwhftJKk5IATCXW98y”]Tras la muerte de Fidel Castro, las reacciones en la población cubana se han dividido dentro y fuera de la isla. Mientras el gobierno anuncia días de duelo nacional, los exiliados celebran su partida.
El Consejo de Estado y de Ministros de Cuba anunció nueve días de duelo nacional durante los cuales cesarán las actividades y espectáculos públicos y ondeará la enseña nacional a media asta en edificios públicos y establecimientos militares. En tanto, la radio y la televisión mantendrán una programación especial.
“Es un ídolo para mí”, dijo a The Associated Press Celestino Acosta, un mecánico de 56 años, al conocer la noticia. “Gracias a él he pedido estudiar, soy lo que soy. Por donde pase Fidel hay que sacarse el sombrero… es un golpe doloroso para todos”.
“Las ideas de Fidel siguen vigentes”, dijo Edgardo Casals un artesano de 32 años. “Pero para atrás ni para coger impulso, hay que buscar nuestra forma. Hay que mirar el futuro que es de nosotros las jóvenes generaciones”.
Sin embargo, en las calles de La Pequeña Habana, emblemático barrio de los cubanos en Miami, Estados Unidos, la reacción de exiliados ha sido de festejo y alegría.
“Ya era hora de que se muriera”, dijo Joseph Valencia, arquitecto cubano que llegó a Estados Unidos en los años 70 cuando aún era un niño.
“No hay que alegrarse por la muerte de alguien, pero este hombre hizo sufrir mucho a mi familia”, le dijo a BBC Mundo.
De acuerdo con la cadena, en Miami residen 1.2 millones de cubanos, quienes empezaron a arribar desde el triunfo de la Revolución Cubana de Fidel Castro en 1959.
Agitando banderas, a los bocinazos en sus carros, caminando, y al compás de cánticos de “¡libertad, libertad!”, una multitud de exiliados inundó las calles el sábado para celebrar el deceso del expresidente de Cuba.
Hombres y mujeres de todas las edades que representaban a diferentes generaciones de cubanos se congregaron en la Calle Ocho, el corazón de esta comunidad del exilio cubano.
“Después de 57 años me siento muy alegre, pero muy triste también porque hay tantos cubanos muertos”, dijo Armando Gutiérrez, un ex combatiente de Bahía de los Cochinos de 81 años, que se acercó junto a su esposa para festejar frente al restaurante Versailles, centro de reunión del exilio cubano de Miami.
“Raúl Castro sigue ahí, y todos sus hijos”, expresó el abogado de 81 años al ser interrogado sobre la posibilidad de cambios.
El senador demócrata de origen cubano, Bob Menéndez, señaló que le muerte de Castro no termina con la lucha por los derechos humanos en Cuba y que su hermano, Raúl, tiene más sangre en las manos que Fidel.
“Hay que liberar a los prisioneros políticos, hay que tener elecciones independientes y libres”, dijo al explicar la oportunidad “histórica” para EU y la comunidad internacional en ayudar al pueblo cubano a lograr una democracia.
“Sabemos que el régimen de Castro sigue siendo una brutal dictadura totalitaria que priva al pueblo cubano de los derechos humanos básicos que tan orgullosamente proclamamos apoyar a través de todo el mundo”, aseguró el funcionario estadounidense.
Fidel Castro, quien sobrevivió al embargo comercial estadounidense y a cientos de intentos de asesinato, falleció casi 10 años después de ceder formalmente el poder a su hermano Raúl.
Con información de AP y BBC Mundo.