De acuerdo con el reporte del diario estadounidense, el gobierno mexicano no sólo no realizó licitaciones para otorgar los contratos para la compra de las televisiones –destinadas a las zonas más pobres del país–, sino que un funcionario de alto rango pidió sobornos a las empresas.
“Fue un fraude, una cadena de corrupción”, dijo a WSJ una fuente con conocimiento del caso.
Otra fuente detalló al diario que el gobierno de Peña pidió a las empresas entre 12 y 18 dólares por televisión comprada, lo cual fue negado “categóricamente” por quien fuera el jefe de finanzas de la Secretaría de Comunicaciones Rodrigo Ramírez.
El reporte indica que en las primeras etapas de la adquisición de las televisiones, el gobierno mexicano impidió que Samsung ganara el contrato de las televisiones con el argumento de que no cumplían con las especificaciones técnicas, a pesar de que esta empresa es el mayor productor de TVs en México.
La Auditoría Superior de la Federación informó que la SCT no sabía dónde estaban 398 mil 775 televisiones digitales compradas a partir de 2014 con miras al apagón analógico.
El monto equivalente por estas televisiones digitales perdidas es de 985 millones 636 mil 216 pesos de los que no se cuenta registro sobre su destino, determinó la ASF en el informe de la Cuenta Pública 2014.