“Coronar la vuelta”, “traquetear”, “sapo”, “camellar” o “dar piso”.
Son algunas de las expresiones que se escuchan en “Narcos“, la exitosa serie de Netflix cuya segunda temporada ya está disponible.
Algunas palabras son comunes modismos colombianos, más concretamente de la ciudad de Medellín, y otras son frases acuñadas por narcotraficantes, como la tristemente célebre “plata o plomo” con la que Pablo Escobar solía advertir a políticos y policías.
“Narcos” narra la vida del jefe del Cartel de Medellín desde que arrancó en el negocio del narcotráfico, a finales de la década del 70, y cuenta cómo le declaró la guerra a todo un país durante los 80 y el inicio de los 90.
Para darle mayor realismo, la serie es interpretada en español e inglés y cuenta con modismos y frases que usaban los narcotraficantes de aquel entonces.
Por si alguno de ellos te resulta confuso, aquí te los explicamos.
“Traqueto” es el narcotraficante y “traquetear” es el acto de traficar con sustancias controladas.
Pablo Escobar comenzó “traqueteando” pasta base de cocaína en la frontera entre Ecuador y Colombia a finales de la década del 70 y llegó a convertirse en uno de los “traquetos” más poderosos de su país, nada menos que el jefe del Cartel de Medellín.
Con ese nivel, Escobar ya no era considerado un “traqueto” cualquiera, sino todo un “capo” de la droga, un “patrón“, o, como les llamaba la DEA: un “drug lord” (señor de la droga).
En “Narcos“, cuando Pablo Escobar y su primo Gustavo Gaviria concretaban uno de sus envíos de cocaína, ellos “coronaban la vuelta“.
“¡Coronamos!”, era el grito con el que celebraban que la “vuelta” fue exitosa.
En este caso, “vuelta” se puede entender como un envío de droga, pero el término también se usa para otras “misiones” como realizar un atentado contra la Policía en Bogotá.
Es el “pecado” que casi siempre se paga con la muerte en el mundo del narcotráfico.
Ser un “sapo” es ser un soplón, un delator, un traidor.
Es una palabra que no está vinculada únicamente a la jerga de los narcos, sino que es común y entendida en la mayoría de Colombia.
“Sapo” también puede ser el compañero de clase que le avisó a la profesora que copiaste en el examen.
“Por sapo“, era lo que Pablo Escobar le decía a sus delatores cuando les anunciaba que iban a morir.
Es decir, matar.
Son términos comunes que usaron y usan delincuentes para referirse al asesinato de alguien.
“Quebrar” también se utiliza en México con el mismo sentido.
En la serie también se escucha la frase “meter un pepazo“, que significa dar un balazo a alguien.
Era forma de negociación que tenía Escobar.
Enviaba notas con esa frase a políticos, militares o policías.
Las dos opciones eran entrar en su “planilla de sueldos” o recibir la descarga de la ametralladora de un sicario.
Más de una persona se negó a dejarse comprar por el dinero del narcotráfico.
Lamentablemente a no pocos les tocó sufrir la otra opción que les brindaba Escobar.
Los policías fueron un sector con el que más se ensañó el jefe del Cartel de Medellín.
Al punto que Escobar llegó a ofrecer a los sicarios de Medellín recompensas por cada “tombo” asesinado.
También es cierto que hubo miembros de la policía que eran cómplices de Escobar y lo mantenían informado de los planes para capturarlo.
Es una palabra que no está directamente asociada al mundo del narcotráfico.
Significa trabajar o realizar alguna actividad que implique sacrificio.
Es así que “camellar” puede significar trabajar en una granja tanto como también ser un obrero en una fábrica de pasta base de cocaína.
Por supuesto que una serie basada en hechos tan violentos como los sucedidosen la Colombia de hace más de tres décadas puede estar libre de frases ofensivas y agravios.
Algunos de los más repetidos en “Narcos” son “malparido”, “gonorrea”, “pirobo” y la versión local de un insulto muy común en América Latina: “hijueputa”.
No necesariamente todos estos agravios tienen una definición precisa.
“Gonorrea”, una enfermedad de transmisión sexual, en Colombia se usa como insulto, mientras que “pirobo” era un término despectivo empleado para llamar a quienes ejercían la prostitución hace varias décadas.
Ahora la palabra se usa mucho más indiscriminadamente.
Cuando se trata de insultos, en casi todos los casos, lo más importante no es el significante, sino cuanto puedan agraviar o lastimar.