¡Río 2016 ya está en marcha!
[contextly_sidebar id=”xW0Vcd51YcvewzfYjz1ui53BT222nARh”]La ceremonia inaugural de los primeros Juegos Olímpicos en América del Sur inició este viernes 5 de agosto, con toda la música, la alegría y el colorido que caracteriza a la nación anfitriona, Brasil.
Unos 11.400 atletas de 205 países participarán en las 42 competencias deportivas que se celebran desde el viernes y hasta el próximo 21 de agosto.
El mítico estadio Maracaná recibió a 80.000 asistentes y 40 jefes de Estado y cancilleres en una fiesta que se estima que alcanzó a unas 3.000 millones de personas en las transmisiones televisivas de todo el mundo.
Estos fueron los momentos más destacados
Tras el telón de los Juegos, que se abrió ayer, también hay un ambiente de enojo social porque muchos brasileños ven la Olimpiada como una carga en lugar de una fiesta.
Pero la tensión se debe a las disputas políticas por la presidencia, ya que hay dos presidentes en este momento.
Y eso se dejó sentir en los primeros momentos de la inauguración.
El corresponsal de BBC Mundo en Brasil, Gerardo Lissardy, señaló que “se presentó al presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, pero ni mencionaron a Michel Temer, presidente interino del país”.
Temer suple a Dilma Rousseff, objeto de un juicio político.
Rousseff se mostró en Twitter “triste” por no haber podido acudir a la ceremonia.
Según los medios brasileños, el propio Temer pidió que fuera así para evitar posibles abucheos que alteraran el protocolo, señaló el corresponsal de BBC Mundo.
La polémica dio paso al espectáculo de una ceremonia que repasó la rica historia de Brasil y en la que destacó de inicio la pausada versión del himno del país.
En el apartado musical no podía faltar la célebre “Chica de Ipanema”, personificada por la modelo Gisele Bündchen, una de las representantes más internacionales de Brasil.
Se cree que fue el último paseo por una pasarela de la modelo, que se retiraría así delante de una audiencia mundial.
El tono festivo y musical continúo con la variada música brasileña, pero luego se torno reflexivo cuando se recordó el peligro del calentamiento global y se lanzó un mensaje de protección del medioambiente.
Cada uno de los atletas que desfilaron sembró una semilla para un futuro bosque que servirá como legado para la ciudad de Río de Janeiro, según dijeron los organizadores.
Después llegó el tradicional desfile de atletas de las 207 delegaciones.
No son tan famosos como el tenista español Rafael Nadal o el nadador estadounidense Michael Phelps, abanderados de sus respectivos países, pero el equipo de los refugiados fue protagonista.
Salieron al estadio Maracaná en penúltimo lugar, sólo por delante del anfitrión Brasil, que cerró el desfile.
“Queridos atletas refugiados. Ustedes están enviando un mensaje de esperanza a millones de refugiados”, dijo Bach sobre los deportistas.
No faltaron al final los discursos de las autoridades.
Carlos Arthur Nuzman, presidente del comité organizador de los Juegos, afirmó que “todo el mundo es carioca” y celebró que Río es “el mejor lugar del mundo”.
Nuzman dio paso a Bach y a Michel Temer, el presidente interino de Brasil, que oficialmente dio por inaugurados los Juegos y luego recibió abucheos de parte del público del Maracaná.
No podía faltar la samba con un sección de ocho minutos que transformó el estadio en un cuadro colorido y sonoro: 12 grupos de percusionistas de las principales escuelas de samba de Río pusieron transformaron el estadio en un gran carnaval.
No fue ni el extenista Gustavo Kuerten ni Pelé, el mítico exfutbolista ausente por enfermedad. La persona encargada del último relevo de la antorcha olímpica y del encendido del pebetero fue el exatleta Vanderlei Cordeiro de Lima.
Se le recuerda por los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, cuando estaba como líder del maratón con una distancia de unos 30 segundos sobre su principal perseguidor, fue derribado por un espectador, el irlandés Cornelius “Neil” Horan, y el brasileño sólo pudo lograr el bronce.
El pebetero se elevó y unió a una enorme escultura creada por el artista Anthony Howe y que representa el sol, la fuente de energía que, según el programa de la ceremonia, es la que “deberíamos explotar”.
El fuego olímpico iluminará Río de Janeiro hasta el 21 de agosto.