Hay un nuevo platillo en México: los tacos Donald Trump. Y si quiere prepararlos, éstos son los ingredientes:
En una tortilla hecha de maíz coloque varias rebanadas de lengua de res ya cocinada.
Añada unos gramos de sesos, cilantro, cebolla y tomate. Y para terminar el toque especial: un trozo de trompa (hocico) de cerdo.
El platillo se prepara en un restaurante de Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua, en el norte de México.
Forma parte de las creativas respuestas de los mexicanos a los polémicos discursos del empresario estadounidense.
Algunos llaman a este movimiento “Trumpear”, una especie de verbo a partir del nombre del eventual candidato presidencial del Partido Republicano.
En eso se inspiró también el autor del taco, Humberto Erives Montaño, conocido como El Tío Beto.
“Vi su comportamiento y se me ocurrió hacerlo como es, un político con mucha lengua, pocos sesos y como habla muy feo la agrego la trompa del cerdo”, dice a BBC Mundo.
“Es exactamente como el señor, no le estoy levantando falsos ni contando mentiras, es un invento apegado a la realidad”.
El Taco Donald Trump es muy solicitado en el restaurante.
Pero el Tío Beto cree que los clientes lo piden más por curiosidad –y a veces por un poco de venganza- que por su sabor.
Los tacos son una muestra de la variedad de expresiones como en México se responde a Trump.
Es parte de la cultura del país, explica Dámaso Morales Ramírez, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Los mexicanos suelen responder de forma peculiar, a veces divertida, a eventos políticos o trágicos.
Y cuando aparece el discurso “xenofóbico, violento y humillante al pueblo de México, responde como es su manera de expresión natural”, dice el académico a BBC Mundo.
Así surge el concepto de “Trumpear”, parecido a trompa, una de las formas como se llama a la boca en el país.
“El verbo es dar un trompazo, eso significa pegarle a alguien en la boca, en la cara, callarlo de alguna manera”, explica Dámaso Morales.
“Trumpear” es comer el taco Donald Trump, pero también usar una máscara de látex con el rostro del millonario, o caricaturizarlo en internet.
En Semana Santa se quemaron “Judas”, muñecos de carrizo y cartón, con la imagen del republicano.
Las figuras que se incineran son los personajes más odiados del momento.
Pero el resto del año hay piñatas, disfraces y hasta un videojuego donde el precandidato aparece bailando en un teatro.
Los jugadores le arrojan objetos para impedir que baje del escenario. El juego se llama “Trumpea al político güero”.
“Es nocivo”
En la Plaza Pino Suárez, un mercado de ropa, discos “pirata” (falsificados) y teléfonos móviles en el centro de Ciudad de México, las máscaras de Trump se venden desde hace meses.
Jorge Suárez dice que la mayor demanda fue en las fiestas de disfraces por Halloween y Día de Muertos.
Pero el resto del año la gente compra pocas máscaras.
“Ha de ser porque de tan odioso nadie quiere parecérsele”, dice el vendedor a BBC Mundo.
El joven no sabía del verbo “Trumpear” pero no le importa, porque de todas formas no simpatiza con el precandidato.
“Por todas las mentiras que dice de los mexicanos la neta (verdad) sí merece una buena trompada”.
Algo que debe seguirse con cuidado, advierte el profesor Morales Ramírez.
“Ya no es solamente la burla, la comedia sino que hay un pequeño sesgo de violencia y eso lo hace diferente a las expresiones populares”.
Una reacción más frecuente entre jóvenes que personas de mayor edad, quienes son más cercanos a las viejas tradiciones.
Pero es claro el sentimiento común de rechazo que Trump provoca en el país.
Una encuesta reciente del diario El Financiero señala que el 75% de los mexicanos repudian al virtual candidato republicano.
El sondeo también muestra una simpatía creciente a la demócrata Hillary Clinton. Nada extraño, dice El Tío Beto.
“El señor con sus ideas es una persona nociva para la presidencia de Estados Unidos, puede ser hasta peligroso que gane la elección”.