[contextly_sidebar id=”pXZEbVz04EkXw6nCmmKsLkANdFPDi2Fo”]El llamamiento del candidato republicano a la presidencia de EE.UU., Donald Trump, animando a Rusia a hackear el correo electrónico de Hillary Clinton fue recibido con indignación en las filas del Partido Demócrata.
“Rusia, si estás escuchando. Espero que puedan encontrar los 30.000 correos que están faltando”, dijo Trump este miércoles. “Creo que serían altamente reconocidos por nuestra prensa”.
Trump aludía a unos correos que la ex secretaria de Estado no entregó a los encargados de una investigación sobre su correspondencia electrónica alegando que tenían detalles personales.
Los correos podrían contener algunas “bellezas”, dijo el empresario.
“Esta es la primera vez que uno de los candidatos presidenciales de los partidos grandes anima activamente a una potencia extranjera a espiar a un contrincante político”, dijo un portavoz de Clinton.
“Esto ha pasado de ser un asunto que genera curiosidad, un asunto de políticos, a ser un asunto de seguridad nacional”.
Poco después, escribió en su cuenta de Twitter que si Rusia, otro país o alguien estaba en posesión de esos correos, debería entregarlos al Buró de Investigaciones Federales (FBI, por sus siglas en inglés).
La declaración de Trump llega en el momento en que Rusia ha sido acusada de “hackear” los emails del Comité Demócrata Nacional para el beneficio de Trump.
Tanto Rusia como el empresario estadounidense han negado dicho alegato.
En un comunicado dado a conocer una hora después de los comentarios enviados por Trump, su candidato a la vicepresidencia, Mike Pence, dijo que habría“consecuencias serias” si el FBI podía probar que Rusia estaba intentando interferir con la elección en EE.UU.
Los emails fueron filtrados por la organización Wikileaks y publicados el pasado viernes.
El FBI continúa la investigación sobre este ataque cibernético, en el que se filtraron correos que muestran cómo funcionarios del Comité, quienes deberían ser neutrales, favorecían a Hillary Clinton y demeritaban a Bernie Sanders, su rival en las primarias.
El jefe de campaña de Clinton, Robby Mook, dijo que Rusia llevó a cabo el ataque para debilitar a los demócratas y ayudar al candidato republicano, Donald Trump.
En una entrevista con la cadena televisiva estadounidense NBC el pasado miércoles, el presidente Barack Obama —cuyo propio gobierno ha sido acusado de “hackear” a los de otros países— se rehusó a descartar la posibilidad de que Rusia haya sido responsable.
“Lo que sí sabemos es que los rusos ‘hackean’ nuestros sistemas. No solo los gubernamentales, sino los privados”, afirmó el mandatario.
El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo este miércoles que el presidente ruso, Vladimir Putin, “ha dicho más de una vez que Rusia nunca interferiría y no interfiere en los asuntos internos de otros países, especialmente durante el proceso electoral”.
Al ser cuestionado por la prensa sobre si condenaba que poderes extranjeros pudieran estar tratando de intervenir en la elección de EE.UU., Trump respondió:“Me tiene sin cuidado”.
“Si Rusia o China o cualquiera de esos países consigue esos correos, debo ser honesto contigo, me encantaría verlos”.
En una conferencia de prensa en el estado de Florida, Trump dijo que “no tenía nada que ver con Rusia”.
Cuando los reporteros le preguntaron si el presidente ruso podría favorecer a Trump como el próximo presidente de EE.UU., el millonario dijo que “nunca he conocido a Putin, no sé quién es Putin“.
“Rusia es una amenaza global liderada por un astuto rufián”, dijo Brendan Burck, vocero del republicano Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes.
“Putin debe mantenerse al margen de esta elección”, expresó.
Ambos asuntos han sido abordados en conjunto por Donald Trump, pero en la superficie, uno no está relacionado con el otro.
Poco después de haber sido nombrada como secretaria de Estado en 2009, Hillary Clinton configuró un servidor de correo electrónico en su casa en Nueva York.
De ahí en adelante utilizó esa dirección de email para recibir toda su correspondencia electrónica, personal y de trabajo, durante sus cuatro años de gestión como secretaria.
El candidato republicano animó a los hackers a encontrar alrededor de 30.000 correos que se intercambiaron a través de esa dirección de Clinton.
Una investigación del FBI concluyó que Clinton no debía enfrentar cargos, pero señaló que ella y sus aliados habían sido “extremadamente descuidados” en el manejo de información clasificada.
Con los demócratas y hasta el presidente Obama expresando sus sospechas de que Donald Trump sea el principal beneficiario del supuesto “hackeo” ruso al Comité Nacional Demócrata, lo último que se supone debería hacer el candidato republicano es decirle a Moscú que sigan haciendo un buen trabajo.
Y, sin embargo, eso es precisamente lo que Trump hizo cuando sugirió que los rusos serían “reconocidos” por los esfuerzos de localizar los emails “personales” que Hillary Clinton borró de su servidor privado.
Los correos electrónicos filtrados del Comité Demócrata han sido una vergüenza para los miembros del partido esta semana. Pero Trump les ha abierto el camino para el contraataque.
Los demócratas alegan que el candidato republicano podría tener lazos con los intereses rusos y que debería publicar sus declaraciones de impuestos para probar lo contrario.
El empresario se ha negado a entregarlos públicamente hasta ahora.
Esos registros podrían acabar con las sospechas o mostrar una panorámica no muy halagadora de las finanzas del millonario de Nueva York.
Trump a menudo se apega a su mensaje y sale indemne, pero esta vez los republicanos tienen motivo de preocupación.
El candidato a la vicepresidencia, Mike Pence, declaró rápidamente que habrá “consecuencias graves” si Rusia intenta incidir en las elecciones de Estados Unidos.
Luego trató de pintar a los demócratas como el partido que pone en peligro la seguridad del país, pero Trump ha garantizado que este debate se continuará dando en terrenos desfavorables para los republicanos.