Los lunes son el peor día de la semana, se sabe. Todos tenemos miles de razones para detestar el inicio de la semana: desde jefes odiosos o un trabajo aburrido, hasta extrañar la comodidad del fin de semana. Pero no estás solo, son muchos los que aborrecen este día de la semana y no es sólo por berrinche.
La ciencia, que todo lo sabe, ha encontrado algunas razones interesantes de porque muchas personas odiamos el lunes.
Te presentamos algunas teorías de nuestro odio por los lunes. Puedes consultar la lista completa en Click Necesario.
William Shakespeare técnicamente tenía razón: estamos hechos de sueños y nos encanta soñar. O sea, dormir. Durante el fin de semana nuestros patrones de sueño cambian y tendemos a dormir más:algunos fines de semana porque #fiesta, otros porque la semana “estuvo muy pesada, mi lic.”.
Cualquiera que sea la situación, tu reloj biológico se desajusta a la rutina de lunes a viernes, así que cuando obligas a tu cuerpo a la “normalidad” godín, te responde con odio. Algunos científicos afirman que esas horas extras de sueño durante el fin de semana provocan que nuestro cuerpo esté más cansado.
No importa lo que la ciencia diga, seguro seguiremos durmiendo más los fines de semana, pues la vida es un sueño.
Podremos tener internet, pantallas en turbo HD y cientos de gadgets que nos hacen la vida “más fácil”, pero en el fondo seguimos siendo unos hombres de las cavernas. ¿Qué tiene que ver esto con los lunes? Que nuestro comportamiento tribal sigue siendo el mismo, no importa si estamos en una cueva o en las oficinas de Google.
Así que todos los lunes necesitamos volver a sentirnos parte de la tribu godín a la que pertenecemos. De acuerdo a algunos expertos, platicar sobre nuestro fin de semana con nuestros compañeros oficinistas es una gran actividad para mejorar la productividad laboral de este día.
El siguiente lunes lleguen a su trabajo con café y galletas: escuchar lauberpeda que se puso o tu jefe o como Karla se peleó otra vez con el novio podrían ayudarte a hacer más tolerable el lunes.
Un estudio realizado por Gallup señala que las personas no odiamos más los lunes que el martes, miércoles o jueves. Técnicamente se podría decir que odiamos a todos los días laborales de la semana por igual, menos al viernes. ¿Por qué no odiamos tanto los viernes? Porque ese día tenemos nuestras energías y expectativas puestas en el fin de semana.
La sensación de que los lunes son el peor día de la semana persiste porque durante este día nuestra vida sufre un cambio más radical que el resto de la semana: pasamos de la comodidad del domingo al estrés del lunes. Atrás quedó la comida familiar, la salida en bici o el sofá y Netflix, ahora todo es levantarse a tiempo, soportar el caos vial y resolver todos tus pendientes.
Así que no importa cuantas frases positivas leas en el Facebook de tu tía sobre los lunes, seguirán apestando porque están demasiado cerca del fin de semana.