ACTUALIZACIÓN:
El candidato Pedro Pablo Kuczynski (PPK) adelanta a su rival Keiko Fujimori en la segunda ronda de las elecciones en Perú para presidente.
Con el 77.3% de actas computadas, PPK obtuvo 50.5% de los votos, mientras que Fujimori tiene 49.4% de las preferencias.
NOTA ORIGINAL:
La populista de derecha Keiko Fujimori y su rival Pedro Pablo Kuczynski se encuentran en empate técnico este domingo en Perú, según sondeos a boca de urna publicados al cierre de la votación.
[contextly_sidebar id=”iOvc8xtzwCeJwkrd4HGsTZhMJMly65Td”]El economista de centroderecha mantenía una leve ventaja frente a su adversaria, aunque dentro del margen de error de las encuestas.
Según la firma Ipsos, Kuczynski obtendría el 50.4% de los votos frente a un 49.6% de Fujimori. La encuestadora Gfk le otorga 51.2% a Kuczynski y 48.8% a Fujimori. En tanto, la firma CPI da a Fujimori 51.1%, frente a un 48.9% para Kuczynski.
Este domingo unos 23 millones de peruanos votaban el domingo en calma para elegir a su nuevo presidente. Fujimori era hasta hace poco la favorita, pero Pedro Pablo Kuczynski, la alcanzó en los sondeos de los últimos días y puede arrebatarle la victoria.
En esta segunda vuelta presidencial, el fujimorismo pugna por volver al poder 16 años después de que el padre de la candidata, Alberto Fujimori, huyera a Japón y renunciara por fax a la presidencia poniendo fin a su gobierno represor y corrupto (1990-2000).
Como es habitual en Perú, ambos candidatos empezaron la jornada con suculentos desayunos televisados, donde instaron a votar.
“Piensen en la democracia y el diálogo que es lo único que nos va a salvar de la corrupción, el narcotráfico y la zozobra”, dijo Kuczynski, que abogó por un “gobierno de unidad para el Perú”, tras desayunar en un barrio popular limeño acompañado de simpatizantes.
Fujimori eligió un restaurante campestre, en donde preparó el desayuno para sus hijas, e instó a sus compatriotas a que “acudan a votar, que lo hagamos unidos y pensando en nuestro país. Es un día de fiesta y quien debe ganar es el Perú”.
Luego, ambos contendores votaron entre los vítores de sus simpatizantes.
Corrupción y narcotráfico
La última semana ha sido aciaga para la candidata, de 41 años, en su segundo intento de ocupar la silla presidencial el 28 de julio próximo, tras perder con el presidente saliente Ollanta Humala en 2011.
Pese al esfuerzo por modernizar su partido Fuerza Popular (derecha), que el 10 de abril conquistó la mayoría absoluta en el Congreso, Keiko Fujimori sigue suscitando el frontal rechazo de la mitad de los peruanos, que la identifican con la corrupción y las violaciones de los derechos humanos del gobierno de su padre, quien purga una condena de 25 años de cárcel.
Manifestaciones anti Keiko y denuncias de lavado de dinero que salpican a algunos de sus colaboradores y las acusaciones de narcotráfico contra 11 congresistas de su partido frenaron las últimas semanas la tendencia creciente de la candidata.
A ello se suma que la mayor parte de los aspirantes que quedaron excluidos en la primera vuelta le han dado su voto a Kuczynski, incluida la popular líder de izquierda Verónika Mendoza.
“Kuczynski recoge los votos del antifujimorismo”, dice a la AFP Luis Benavente, director de la consultora Vox Populi.
Duelo de clases
Keiko Fujimori recaba sus votos entre las clases más humildes, que buscan en ella la reencarnación del gobierno de mano dura de su padre para combatir la delincuencia -la máxima preocupación del 70% de los peruanos- y la generosidad del Estado para resolver problemas básicos como la vivienda.
En cambio, Kuczynski, de 77 años, exministro de Economía y próspero hombre de negocios, recibe el apoyo de la clase media alta urbana y del antifujimorismo.
Además de la inseguridad y el crimen organizado, al próximo presidente le aguardan enormes retos como reducir las profundas desigualdades en este país de 31 millones de personas, incorporar a la formalidad el sector informal de la economía que emplea al 70% de los trabajadores, o regular la actividad minera, que representa el 10% del PIB, para satisfacer las demandas sociales de las comunidades andinas y armonizarla con el respeto del medio ambiente.