El Partido Revolucionario Institucional (PRI) se llevó este 5 de junio el mayor descalabro electoral en su historia en una disputa democrática por gubernaturas.
[contextly_sidebar id=”4NdpbG99waWQaBfRrFmDlhZ8vcDVdLS6″]El partido del presidente Enrique Peña Nieto perdió 7 de las 12 gubernaturas en juego y, entre esas, entregó a la oposición cuatro estados en los que había gobernado de forma consecutiva durante 86 años: Durango, Quintana Roo, Veracruz y Tamaulipas.
El PRI dejará de gobernar esos dos últimos estados, los más importantes del Golfo de México y en donde desde hace al menos una década se reporta fuerte presencia de grupos del crimen organizado que disputan territorio y rutas de trasiego de droga.
Pero la derrota priista también se sintió en el norte del país, en donde Javier Corral recuperó Chihuahua para el Partido Acción Nacional (PAN), estado que en 1992 conoció la alternancia política por primera vez pero que desde 1998 —y hasta ahora—, estuvo en manos priistas.
En Aguascalientes, en el centro del país, el electorado también optó por no continuar con un gobierno priista; mientras que Puebla votó para quedarse con el PAN.
La derrota del PRI es la más grande en una disputa por gubernaturas durante una jornada electoral, nunca antes habían perdido tantos estados y cedido tantos gobiernos estatales a la oposición.
Al menos desde 2009, el mapa de resultados electorales no se había pintado de otro color que no fuera el del PRI con la mayoría de los estados en disputa ganados. En ese año, los priistas se quedaron con 5 de 6 gubernaturas.
Un año después, en 2010 —los mismos estados que se renovaron en este 2016—el PRI ganó 9 de 12.
El avance de los priistas en las urnas para elegir gobernador continúo con ese ritmo en los siguientes años: en 2011 ganaron 4 de 6 estados y en 2012, ese partido se quedó con tres gubernaturas de siete —incluida Chiapas en manos del Verde Ecologista de México— y logró la elección presidencial, acabando con dos sexenios de presidentes panistas.
El avance del PAN
La última vez que el Partido Acción Nacional (PAN) destacó en una jornada electoral con varias gubernaturas en disputa fue en 2010.
Hace 6 años ganaron Puebla —que conservaron este año—, Sinaloa y Oaxaca en alianza con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC).
En 2016, el PRI recuperó Sinaloa y Oaxaca pero le entregó a los panistas Aguascalientes, Veracruz, Chihuahua, Durango, Tamaulipas y Quintana Roo.
El dirigente nacional, Ricardo Anaya, celebró el avance histórico del PAN pues nunca había logrado ganar más de tres gubernaturas en una misma jornada electoral.
De las siete posibles victorias —que deberá confirmar la autoridad electoral— en cuatro hubo una alianza del PAN con un partido de izquierda: Veracruz, Quintana Roo y Durango con el PRD; y en Puebla con el Partido del Trabajo.
Los resultados de este domingo 5 de junio son, por tanto, los más favorables que ha tenido el PAN en una jornada electoral para elegir gobernadores.
Al respecto, Manlio Fabio Beltrones, dirigente nacional del PRI dijo que el partido debía “asumir el mensaje que nos ha dado el electorado, al PRI y también a sus gobierno de que hay acciones y actitudes que mejorar y cambiar para reconectarnos con la ciudadanía”.
Sin embargo, la tarde del lunes el PRI nacional informó que el primer análisis que han hecho de la elección indica que “existen elementos cualitativos y cuantitativos que legalmente permitirían impugnar entre 5 y 6 elecciones al cargo de Gobernador en Aguascalientes, Durango, Chihuahua, Veracruz, Quintana Roo, Puebla y/o Tamaulipas”.
El PRI buscará llevar a tribunales los resultados de la jornada electoral de 2016 y modificar los resultados.