En México, invertir miles de millones en obra pública no significa tener infraestructura de mejor calidad. Ni tampoco que los ciudadanos tengan los servicios que realmente necesitan.
[contextly_sidebar id=”BrhdebuzZcDlJBm4e9pQPeXDQy0CpHoz”]Y para muestra, un dato: según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el gasto en inversión física incrementó de 658 mil millones en 2009 a más de 820 mil millones en 2014. Sin embargo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó que el valor de esa misma inversión pasó de 866 mil millones a 691 mil millones en el mismo periodo de tiempo.
Es decir, México tiene una inversión que, en vez de sumar, le resta al crecimiento económico del país.
Para la organización civil México Evalúa esto se produce por varios motivos. Por ejemplo, cuando hay una contabilidad inadecuada del gasto, o los proyectos impulsados son redundantes, malhechos o poco redituables. O cuando se financia obra pública innecesaria y a costos elevados, o se construye para satisfacer los intereses de grupos específicos.
Sin embargo, además de todos estos factores, México Evalúa subraya otro elemento clave: la corrupción.
“El sector de la construcción en México está plagado de corrupción. Y esto se traduce en mermas para todos los mexicanos, porque la corrupción genera obras públicas mal planeadas, que toman mucho más tiempo del proyectado, y que cuestan mucho más de lo presupuestado”, expone Edna Jaime, directora del think tank México Evalúa.
Ante este panorama, la organización civil propone como “antídoto” la transparencia y la rendición de cuentas, a partir de la creación de una Métrica de Transparencia de la Obra Pública (MeTrOP).
Se trata de un estudio que mide el compromiso del Estado mexicano con la transparencia en obra pública, y que busca informar a la sociedad sobre cuáles son las fortalezas y debilidades en la ejecución de la obra pública para identificar los riesgos de corrupción que pueden mitigarse con transparencia y rendición de cuentas.
Para cumplir estos objetivos, MeTrOP evaluó 64 documentos que abarcan las tres fases de la vida de una obra: la pre-contratación, la contratación y la post-contratación.
Además, MeTrOP analizó las “tres dimensiones de la transparencia” en una obra pública, que son: la disponibilidad de la información –es decir, que los documentos, licitaciones, contratos, etcétera, sean públicos-, las buenas prácticas –que los requisitos de transparencia se ajusten a las recomendaciones internacionales-, y la accesibilidad de la información –donde se mide si los documentos se presentan en formatos que faciliten su análisis-.
Tras estos análisis que México Evalúa llevó a cabo durante dos años, MeTrOP expone las siguientes claves sobre la transparencia y la corrupción de la obra pública en México.
1.-La opacidad predomina en la obra pública. Tras analizar las tres dimensiones de la transparencia (disponibilidad de documentos, las buenas prácticas y la accesibilidad), MetrOP calificó, en una escala del 0 al 10, con 3.7 puntos el nivel de transparencia de las obras en el país.
2.- La fase de la pre-contratación es la más opaca de todo el proceso de la obra.
3.- Se financian proyectos poco rentables. Dentro de la fase de pre-contratación, los diagnósticos de infraestructura no ofrecen un análisis objetivo de las necesidades de inversión física en el país, por lo que se acaban financiando proyectos poco rentables.
4.- Adjudicaciones directas discrecionales y opacas. En la fase de contratación, las adjudicaciones directas de obras tienen un mayor riesgo de ser discrecionales y, por lo tanto, preocupa que sus documentos sean menos transparentes en comparación con los procedimientos en los que sí hay una competencia abierta entre varias empresas. En este punto, México Evalúa considera que se premia el uso de la adjudicación directa al otorgarle condiciones de opacidad.
5.- 60% de los fallos de las licitaciones no son públicos. En este sentido, Mariana Campos, coordinadora del Programa de Gasto Público de México Evalúa, señaló que 60% de los fallos de las licitaciones públicas de las obras no están publicados. “Este hallazgo es muy preocupante, ya que el fallo es el principal documento de rendición de cuentas del proceso de asignación del contrato”, apuntó Campos. Es decir, sin ese documento “no es posible conocer cómo aconteció el procedimiento de asignación del contrato.
6.- Falta monitoreo de las construcciones. En la fase de post-contratación de obras públicas, la MetrOP advierte que las obras enfrentan riesgos por falta de monitoreo de las construcciones.
Para este punto, Mariana Campos llamó la atención sobre que es importante que se formen figuras de contrapeso en las obras públicas, “para evitar que se modifiquen contratos y se cambien los objetivos de las obras”.
7.- Se generan muchos documentos, pero se presta poca atención a las buenas prácticas de elaboración. En términos globales, la MetrOP concluye que los esfuerzos en materia de transparencia en obra pública han sido mayormente dirigidos a la generación de documentos, y menor medida, a la incorporación de buenas prácticas de elaboración y accesibilidad que abonen tanto a la validez, como a la utilidad de la información.
8.- La información de las tres fases de la vida de la obra pública se encuentra desvinculada entre sí. No es posible rastrear un proyecto de inversión, una obra pública, o un contrato a través de todas sus fases: pre-contratación, contratación y post-contratación.
9.- Nivel de transparencia no protege la competencia en las contrataciones. México Evalúa concluye que los niveles actuales de transparencia no protegen las condiciones de competencia en las contrataciones de obra pública.
Lee aquí el estudio: