Tres balas impactaron la camioneta de Ernesto Villanueva cuando el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) circulaba por el circuito Mario de la Cueva de Ciudad Universitaria, como lo hacía regularmente.
[contextly_sidebar id=”hX1868hrN86tvUO1JeEUgEogFwf965ZN”]De acuerdo con los peritajes, uno de los disparos se dirigía hacia el techo del vehículo, otro hacia las llantas y uno más hacia la cabeza de la víctima del ataque. Sin embargo, ninguno logró penetrar la carrocería, y Villanueva pudo acelerar y huir del lugar.
Año y medio después de los hechos, el académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) está convencido de que consiguió salvar la vida gracias a que su auto está blindado.
“Si no hubiera traído yo un vehículo de esa naturaleza, evidentemente estaría muerto, porque hubo mucha precisión. Obviamente, [se trataba] de alguien con experiencia”, dice sobre el tirador, quien utilizaba armamento de uso exclusivo del Ejército, según las investigaciones ministeriales, que todavía no concluyen.
Villanueva es uno de los capitalinos que han optado por adquirir un auto blindado para protegerse, una tendencia al alza a pesar de que la Ciudad de México no está oficialmente considerada entre las entidades más violentas del país por la presencia de grupos del crimen organizado, como los estados de Guerrero o Tamaulipas.
Esteban Hernández, vicepresidente de la Asociación Mexicana de Blindadores de Automotores (AMBA), estima que en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) se encuentran dos terceras partes de los 15 mil vehículos de este tipo que existen en el país.
El nivel de protección preferido por quienes circulan en esta parte del territorio nacional es el 3, capaz de soportar al menos cinco impactos de bala calibre 0.44 magnum y nueve milímetros en un área de 20.3 centímetros cuadrados, de acuerdo con datos de la AMBA. En el país, las normas oficiales mexicanas (NOM) contemplan cuatro niveles de blindaje, mientras las internacionales hasta 11.
Razones del auge
Hernández explica que los capitalinos argumentan tener diversas razones para adquirir un vehículo blindado nuevo o blindar uno que poseen.
Del total, 30% de los autos de este tipo que hay en la Ciudad de México pertenece a gobiernos y son empleados para proteger a funcionarios de alto nivel, pero el resto es propiedad de particulares: empresas o personas físicas que consideran estar en riesgo por sus actividades cotidianas.
Muchas de ellas suelen transportar dinero en efectivo, realizar negocios o investigar problemas de transparencia y corrupción, como el propio Villanueva.
Además, esto ocurre en un contexto en el que en la Ciudad de México incrementan algunos delitos de alto impacto. Por ejemplo, durante 2015 la cifra de homicidios dolosos fue la más alta desde 1999 y, en promedio, cada día se cometieron 10 robos de vehículo con violencia.
Y en conjunto, entre enero y febrero de este año, la ZMVM concentró casi uno de cada cuatro de todos los delitos registrados en el país, de acuerdo con cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).
Una inversión de peso
El precio de estos vehículos es elevado. Tan sólo por el blindaje, algunas empresas cobran entre 30 mil y 80 mil dólares (de 530 mil a un millón 400 mil pesos), sin considerar el monto por el automóvil. Sin embargo, también hay alternativas más accesibles.
En internet, particulares venden autos usados con blindaje nivel 3 desde 100 mil pesos, y compañías venden blindaje de serie, para autos tipo sedán, en 179 mil 900 pesos. Esta protección es de nivel 2 y, según los ofertantes, está diseñada para resistir los disparos de las armas más comúnmente usadas en un asalto con violencia.
Representantes del sector, sin embargo, piden a los interesados ser cuidadosos con el auge de ofertas.
Mauricio Garibaldi, director comercial de la empresa Blindajes Alemanes, advierte al respecto que se han creado numerosas compañías que no cumplen con las NOM y, con ello, ponen en riesgo a quienes compran sus blindajes. Por eso, agrega, se recomienda a las personas analizar detenidamente antes de hacer una inversión.
Frente a esto, capitalinos como Raúl, un comerciante, afirman que el gasto vale la pena si con él pueden realizar con tranquilidad sus actividades diarias.
“Hace un par de años decidí comprar un automóvil blindado. Me costó cerca de 400 mil pesos, no quería que se viera ostentoso. La verdad nunca me han asaltado, pero como llevo dinero en efectivo por mi negocio, prefiero anticiparme a cualquier cosa”, sostiene.
¿Buscas un auto blindado?
Para adquirir uno de estos vehículos, la AMBA tiene estas recomendaciones:
En cifras
Vehículos con doble protección
La información detallada sobre los vehículos blindados que utiliza el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, está catalogada como reservada por razones de seguridad. Lo que se sabe sobre ellos, por los datos ubicados en contratos consultados, es que el funcionario tiene asignados cuando menos tres automóviles de este tipo. En abril del año pasado, las autoridades capitalinas firmaron un contrato por hasta 500 mil pesos para dar servicio de mantenimiento a estas unidades.