[contextly_sidebar id=”8EEeUyJ87BLhwmvhmhIXtKxbLoC4IjrW”]Pasaron 88 años para que un presidente de los Estados Unidos volviera a visitar Cuba. En esta ocasión fue Barack Obama, quien llega a la isla en un momento de jornadas de protesta por violaciones a los derechos humanos, reacciones del gobierno cubano al bloqueo económico y hasta con un partido de béisbol al que deberá ir.
La mañana de este domingo 20 de marzo, previo a la llegada de Obama a la isla, un grupo de disidentes cubanos protestó contra el gobierno en La Habana por presuntas violaciones a derechos humanos, pues en 2015 las marchas semanales del grupo de disidentes Damas de Blanco junto con otros opositores fueron dispersadas por contramanifestantes y la policía.
“Obama, viajar a Cuba no es divertido. No + violaciones d’ derechos humanos”, son algunos de los mensajes de bienvenida para el mandatario.
El ex prisionero político Angel Moya dijo que “El mensaje para Obama es muy claro: no es el momento de que el presidente viaje a Cuba. El manifestó que sólo vendría cuando hubiera mejoras en materia de derechos humanos y en la práctica el gobierno cubano reprime más”.
Otro tema que ha generado expectativa es el bloqueo económico, pues a horas de la visita presidencial estadounidense, Cuba llamó a EU a no discriminar a las empresas estatales y permitirles acceder a su mercado nacional.
El ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, dijo en rueda de prensa que las medidas tomadas hasta ahora por el gobierno estadounidense como parte de la búsqueda de normalización de relaciones “han mantenido un cerco discriminatorio hacia empresas del sector público”, cuando son el corazón de la economía cubana.
El gobierno de Obama anunció recientemente medidas que buscan facilitar que compañías estadounidenses hagan negocios con el incipiente sector privado en Cuba.
No sólo habrá temas fuertes, pues además de sostener una reunión con el presidente de Cuba, Raúl Castro, Obama irá al partido de béisbol entre los Rays de Tampa Bay y la selección nacional cubana, un juego al que asistirán sólo organizaciones autorizadas por el gobierno como grupos estudiantiles, militantes del Partido Comunista y clubes deportivos.
Con información de AP