[contextly_sidebar id=”HWCaJsTc3U58ERbce9guvEYGdm22MQc6″]Las barricadas colocadas en uno de los accesos a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y diferentes quemas y destrozos reportados tras la detención de una persona, se suman a otros conflictos relacionados con el Auditorio Justo Sierra, conocido como Che Guevara, que ha estado bajo control de diferentes grupos.
Los incidentes de este jueves en Ciudad Universitaria se registraron como respuesta a la detención de Jorge Emilio Yorch Esquivel Muñoz, que según las autoridades vendía tacos afuera del auditorio Justo Sierra para encubrir su actividad de venta de drogas.
La Procuraduría General de la República (PGR) detalló que al momento de detenerlo en Avenida Universidad le encontraron 50 envoltorios de cocaína en piedra, 26 pastillas psicotrópicas “Ribotril”, y una bolsa con 300 gramos de marihuana.
Al respecto, la UNAM informó que Esquivel Muñoz es una persona ajena a la universidad, y que los disturbios tras su detención fueron obra de “provocadores”, que se refugian en el auditorio Che Guevara.
Medios y usuarios de redes sociales mostraron la mañana de este jueves imágenes de personas con el rostro cubierto, colocando barricadas en el circuito universitario por el que se accede a la Facultad de Filosofía y Letras, y al auditorio Che Guevara. También se observó que quemaron un vehículo de vigilancia UNAM, y contenedores de basura.
“Cámara prensa vendida”, dicen los encapuchados mientras se regresan al auditorio Che Guevara pic.twitter.com/qpl7pLFeXQ
— Lourdes Murguía (@lomurguia) 25 de febrero de 2016
Personal de la UNAM llegó y quitó las barricadas que mantenían los encapuchados del Che Guevara. pic.twitter.com/oGfBzePxRg
— Lourdes Murguía (@lomurguia) 25 de febrero de 2016
Desde 1999, cuando concluyó la huelga estudiantil en la UNAM y salieron los integrantes del Consejo General de Huelga, diferentes colectivos han mantenido el control del Auditorio Che Guevara, como la Coordinación de Colectivos Auditorio Che Guevara, y el grupo Okupache u Okupas.
Uno de los conflictos más recientes y con hechos de violencia, previo a las barricadas y las quemas reportadas este jueves, se dio el 3 de marzo de 2014 —en aquel entonces el rector de la UNAM era José Narro—.
Aquel día un grupo de personas con el rostro cubierto trató de expulsar a otro colectivo para tomar el control del Auditorio Che Guevara. Las personas en el interior acusaron que los habían golpeado con toletes, además de atacarlos con pistolas eléctricas y pistolas de diávolos.
Según los ocupantes del Auditorio (Okupache), pudo tratarse de una revancha, ya que en diciembre de 2013 habían desalojado a otro colectivo, con violencia, según la UNAM.
Las televisoras mostraron a jóvenes lanzando botellas, y a otros respondiendo activando extintores. La UNAM indicó entonces que “resultaron algunos lesionados” del choque violento, y que exigía la entrega inmediata “del auditorio ocupado en forma ilegal”.
Grupos de exalumnos, académicos y trabajadores hicieron pronunciamientos para sumarse a la exigencia de recuperar el espacio, e incluso se desarrollaron debates de universitarios en las propias instalaciones del Che Guevara. Sin embargo pasaron los días, y no se dio la liberación del Auditorio, aunque autoridades universitarias hayan informado sobre la presentación de denuncias ante la PGR, para responder a la ocupación.
En noviembre de 2014, se dio otro hecho violento en Ciudad Universitaria.
Un oficial secretario del Ministerio Público, un elemento de la Policía de Investigación y dos peritos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) acudieron para hacer una diligencia, por la denuncia del robo de un teléfono celular a una estudiante.
Unas 20 personas, según la PGJDF, los agredió y en el altercado un elemento de la Procuraduría detonó su arma de fuego, por lo que resultó lesionado un estudiante en la pierna.
“El elemento de la Policía de Investigación dijo haber realizado disparos al aire para evitar el ataque, resultando lesionada en el muslo izquierdo, una persona de sexo masculino que se encontraba en el sitio”, indicó la Procuraduría.
Según la UNAM, “el grupo que se encontraba en el auditorio Justo Sierra persiguió al funcionario (que disparó) y algunos de sus integrantes lo lesionaron”. Tras esos hechos, personas con el rostro cubierto prendieron fuego a un vehículo de la PGJDF, y lanzaron objetos a elementos de la policía capitalina.
“Solo hacen revueltas y generan caos, y ni siquiera son alumnos”, opina vía telefónica sobre los grupos que ocupan el Auditorio, y sobre los hechos de este jueves, el estudiante de Literatura en la Facultad de Filosofía y Letras, José Luis Canela.
Francisco Burgoa, catedrático de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la UNAM, dijo vía telefónica que ha faltado voluntad “para hacer valer la ley”, en el caso del Auditorio Che Guevara, ya que no se ha dado seguimiento puntual a las denuncias presentadas, para que en verdad tengan repercusiones.
“No se trata de inventarles algún delito. Que se aplique la legislación”, expresó.
En esto coincide el catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras, Alberto Paredes, quien considera que ningún grupo de profesores, estudiantes, o exestudiantes tiene el derecho de administrar por su propia cuenta el auditorio.
“El hecho de no recuperarlo significa sensibilidad política excesiva para no provocar problemas con esos grupos que se han apropiado de ese auditorio”, señaló el profesor.
Paredes añade que muchos profesores e investigadores de la UNAM esperan que el nuevo rector, Enrique Graue, tome medidas legales y recupere el Che Guevara.
En mayo de 2015, la UNAM indicó en un comunicado que otra preocupación constante en cuanto a su seguridad es la de que exista consumo, venta y distribución de drogas en las instalaciones universitarias. En 2014, detalló, detectó a 46 personas vinculadas con esas actividades, presentó la acusación correspondiente y se abrieron seis averiguaciones previas.