[contextly_sidebar id=”evUXc6QWHCzCYBQUfMs4lSOenlj3HJJA”]La prisión de Topo Chico, Nuevo León, donde murieron en un enfrentamiento 52 internos, tiene insuficiencia de custodios, hay sobrepoblación y hacinamiento de reos, según reportes oficiales de organismos de derechos humanos.
En una visita en 2014, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) contabilizó 4,585 reos en la cárcel de Topo Chico, siendo que tiene capacidad para alojar a 3,635 internos.
Un reporte de la Comisión estatal de Derechos Humanos de Nuevo León (CEDHNL) indicó que en 2013 la prisión de Topo Chico tenía una sobrepoblación de 55% en su área varonil, y de 56% en el área femenil.
Otras deficiencias en Topo Chico, detalló la CNDH, están en la prevención y en la atención de incidentes violentos; en las condiciones materiales, de higiene y equipamiento de las instalaciones para alojar a los internos, y en la falta de manuales de procedimientos para el ingreso y el traslado de internos, y para el uso de la fuerza.
Además la Comisión documentó la presencia de cobros por parte de los custodios y de los internos, y la existencia de “áreas de privilegios, objetos y sustancias prohibidas, e internos que ejercen violencia o control sobre el resto de la población”.
Consuelo Morales, de la organización de Nuevo León Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos (Cadhac), dijo a Animal Político que en cárceles como la de Topo Chico existen “autogobiernos” e “irregularidades cotidianas”, con presos que imponen sus propias reglas y riesgos de seguridad.
“Se han hecho algunas cosas, pero el Estado todavía no tiene el control de los penales”, dijo en entrevista. “Tenemos muchos años alertando de la situación de las cárceles”, agregó. “Son una bomba de tiempo”.
En cuanto a la cifra de custodios, la CEDHNL apuntó que Topo Chico solo tenía 75 elementos. Eso equivalía a un déficit de unos 940 custodios.
Otras carencias observadas, según la Comisión estatal, son las fallas en los sistemas de cámaras, y la inexistente separación entre procesados y sentenciados.
Topo Chico es uno de los tres penales que tiene el estado de Nuevo León, en el norte de México. En él también hay población femenil.
Según la Comisión Estatal, los espacios para alojar a los internos carecen de higiene, suficientes áreas de baños y regaderas. Las celdas, donde hay una litera de concreto sin colchones, albergan entre 5 y 10 personas y no cuentan con luz natural ni artificial ni tampoco ventilación.
Las autoridades del penal reconocieron, según el informe de la CEDHNL que varias de las instalaciones del centro eran insuficientes: Ingreso, dormitorios, protección, locutorios, talleres, aulas, visita íntima, instalaciones deportivas y patio. Además, la inexistencia de un área destinada a la visita familiar.
“Personal de este organismo pudo constatar que la separación entre internos e internas no es absoluta, ya que existen áreas compartidas por ambas poblaciones, tal como las áreas de servicios médicos, imprenta, cocina general y visita íntima”, indicó la CEDHNL.
En el penal hay 12 internos homosexuales y 7 con VIH/SIDA, que están separados del resto de la población.
Topo Chico ya había registrado diferentes episodios de violencia
En septiembre de 2015, por una riña, un reo murió y 11 más resultaron lesionados. Antes, en febrero de 2012, se reportó el asesinato de tres internos, entre ellos una mujer.
En Nuevo León se registró una tragedia previa en una cárcel, cuando el 19 de febrero en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Apodaca murieron 44 reos.