[contextly_sidebar id=”aIpzLWkr0ZujvA3uAPk3d09oET6labOe”]En México, hace veinte años había narcotráfico y poco se hablaba de crimen organizado. Pero los criminales pronto se dieron cuenta de que si ya tenían los hombres dispuestos a delinquir, armas, vehículos, casas de seguridad y complicidad de las autoridades, tenían una oportunidad en otra clase de delitos.
En esta nueva entrega, Alejandro Hope, editor de seguridad de El Daily Post y asesor de NarcoData, hace un ejercicio de apreciación que refleja cómo los cárteles evolucionan a organizaciones criminales violentas que deciden secuestrar, extorsionar y hacerse dueños de otros delitos.
El estado mexicano ha sido omiso en generar datos duros que expliquen cómo el crimen organizado pasó de integrarse por grandes grupos dedicados al trasiego internacional de drogas, a conformarse por pequeñas organizaciones dedicadas la secuestro y extorsión en lo local. Ante esa falta de información, Hope asigna a cada cartel valores que dan peso a la actividad principal de cada grupo y a su territorio de acción.
“Los magos del contrabando fueron gradualmente sustituidos por los especialistas de la violencia”, escribe Hope en esta entrega acompañada de una visualización interactiva.