[contextly_sidebar id=”Y3DoXg9JknbJAqOZ3wMIa3XxxFSyd7kZ”]Como parte del Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (TERCE) realizado a alumnos de tercero y sexto de primaria de América Latina, la UNESCO realizó una serie de recomendaciones para combatir los problemas en las escuelas y mejorar la calidad de la educación en la región.
México ocupa el cuarto lugar entre los países latinoamericanos cuyos estudiantes mostraron habilidades en las tres asignaturas evaluadas: lectura, matemáticas y ciencias. Y aunque los niveles de cobertura son buenos, debe avanzar en la calidad educativa en todo el país.
El estudio provee “evidencia empírica” de la situación de los sistemas educativos tanto en la medición de los aprendizajes como de los factores que explican las diferencias del logro académico entre alumnos y escuelas de los países que participaron
De ahí que la UNESCO hizo las siguientes recomendaciones para que los gobiernos elaboren políticas educativas que hagan efectivo el derecho a una educación de calidad.
La repetición de grado es uno de los factores que tiene una relación negativa de mayor magnitud con el rendimiento porque trae consigo problemas de estigmatización, motivación y de ambiente del aula que dificulten el desempeño de los estudiantes. Es indispensable buscar fórmulas preventivas para evitar el rezago y dejar la repetición como último recurso en situaciones excepcionales.
Es indispensable priorizar la ampliación de la cobertura de este nivel educativo a la población más vulnerable, dado que este grupo tiene más dificultades de acceso a este nivel de enseñanza. Sin embargo, la evidencia internacional ha alertado que el aumento en este nivel no es suficiente si no se asegura una educación de calidad, particularmente en cuanto a los espacios, los materiales, el cuidado y las interacciones sociales que promuevan el desarrollo infantil.
Éstos deben ser evaluados “rigurosamente, de forma tal que se transformen en herramientas basada en evidencia y su eficacia sea conocida”. Las escuelas deben tener dispositivos de detección temprana de los desafíos de aprendizaje de los estudiantes, para poner en marcha una intervención de apoyo oportuna y no necesariamente a final de año.
Los resultados del TERCE muestran las disparidades de aprendizaje entre los estudiantes. Las niñas tienen mejor desempeño en lectura y menores logros en matemática y ciencias naturales. Para cerrar estas brechas se requieren políticas educativas explícitas que apunten a equiparar las oportunidades de aprendizaje. Resulta indispensable que los Estados definan abiertamente que estas disparidades son un problema de política pública que atañe al sector educacional y al trabajo de escuelas y docentes. Es necesaria una cuidadosa revisión del currículum, de los textos y materiales educativos para que explícitamente se aborde la equidad de género
Se recomienda fortalecer la educación para los pueblos originarios desde el respeto a su cultura y a sus lenguas en al menos tres ámbitos: reforzar la capacidad de los docentes para la inclusión proactiva de los niños indígenas en los procesos educativos; desarrollar métodos de enseñanza y evaluación diversos, que consideren las características culturales de la población originaria y fortalecer el diseño curricular y desarrollar materiales educativos que fomenten la interculturalidad y que estén a disposición de todas las escuelas.
Existe una fuerte asociación entre el nivel socioeconómico de los estudiantes y las escuelas con el desempeño, por ello, es necesario el desarrollo de políticas sociales intersectoriales (salud, alimentación, vivienda, trabajo) para mitigar la relación de dichas variables con el logro académico. Es indispensable que los docentes y los centros educativos tengan las herramientas y estrategias pedagógicas, así como las condiciones materiales, para promover el desarrollo de los niños. Se requieren programas de apoyo para las escuelas, con acompañamiento y evaluación rigurosa, que permitan su adaptación continua hasta conseguir los resultados deseados.