[contextly_sidebar id=”GABRvlufnLbFPaEXIhVNtHQghIy5Z5xQ”]Un avión ruso de pasajeros con más de 224 personas a bordo, incluidos 17 niños, se estrelló este sábado 31 de octubre sobre una montañosa zona en la península del Sinaí, 23 minutos después de despegar de un balneario en el mar Rojo popular entre los turistas rusos.
No hubo sobrevivientes, publicó en su cuenta de Twitter la embajada de Rusia en El Cairo.
A excepción de tres pasajeros ucranianos, todos los pasajeros y tripulantes eran ciudadanos rusos, dijo Abdel Mahgub, presidente de la empresa estatal que gestiona los aeropuertos civiles egipcios.
Autoridades de Egipto informaron que entre los 217 pasajeros había 138 mujeres, 62 hombres y 17 niños y agregó que la aeronave, un Airbus 321, tenía 18 años. A bordo también iban siete miembros de la tripulación.
La mayoría de los cadáveres recuperados hasta el momento en el lugar de los hechos estaban incinerados, informaron funcionarios de seguridad y militares egipcios que hablaron bajo condición de anonimato al no estar autorizados para informar a la prensa.
Equipos de búsqueda y rescate encontraron los restos del avión en la zona de Hasana, indicó el Ministerio de Aviación Civil en un comunicado. El área se encuentra a unos 70 kilómetros al sur de el-Arish, donde fuerzas de seguridad egipcias combaten una insurgencia liderada por una milicia local afiliada al grupo extremista Estado Islámico.
El comunicado de las autoridades egipcias también señala que el vuelo había despegado poco antes de las 6 de la mañana de Sharm el-Sheij con destino a San Petersburgo, Rusia, y desapareció del radar 23 minutos después del despegue.
El primer ministro de Egipto, Seherif Ismail, hizo un breve recorrido por el lugar del accidente antes de dirigirse a Suez a donde fueron llevados los cuerpos de algunas de las víctimas antes de ser enviadas a El Cairo.
Autoridades egipcias informaron que la aeronave volaba a 36.000 pies (11.000 metros) cuando perdió contacto con los controladores del tráfico aéreo.
Antes de desaparecer del radar, el avión descendía a una velocidad de unos mil 800 metros por minuto, según un tuit del sitio web Flightradar24, que realiza el seguimiento de los viajes aéreos en tiempo real.
A una altitud de más de nueve mil metros, el capitán contactó con el aeropuerto y solicitó el aterrizaje en el aeródromo más cercano debido al mal funcionamiento de la estación radioeléctrica, lo cual fue confirmado por las fuentes del aeropuerto de El Cairo. Poco después la conexión se perdió.
Hasta ahora, los milicianos en el norte el Sinaí no han derribado aviones comerciales ni de combate. Han aparecido reiteradas noticias en los medios sobre que los insurgentes habrían adquirido misiles antiaéreos portátiles. Pero esta clase de misiles sólo resultan eficaces contra aeronaves que vuelan bajo o helicópteros. En enero de 2014, milicianos asentados en el Sinaí afirmaron haber derribado un helicóptero militar; las autoridades egipcias de entonces reconocieron que el helicóptero se había estrellado, sin aclarar los motivos.
Un equipo investigador llegó al lugar para examinar los restos y localizar los dispositivos que registran los datos del vuelo, o la “caja negra”, dijo el ministro egipcio de Aviación Civil, Hossam Kamal.
El Comité Investigador ruso, el más alto organismo investigador del país, abrió una pesquisa sobre el siniestro, según un comunicado difundido este sábado por el portavoz del organismo Sergei Markin.
Casi tres millones de turistas rusos —casi un tercio de los visitantes totales de 2014— acuden a Egipto cada año, sobre todo a los complejos turísticos del mar Rojo o en el territorio interior egipcio.
Con información de AP y Notimex.