[contextly_sidebar id=”97ExkDiRbvC84fjR3m0olq31xnm5tzN8″]Hace tres días, Joel López, docente de educación indígena, era de los incrédulos. Ahora, aunque sabe que la estructura administrativa del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) cambió, en la práctica, los mecanismos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) seguirán intactos, porque “en las comunidades estamos los maestros, no los funcionarios de corbata”.
Junto a decenas más, Joel permanece en el campamento en el centro de Oaxaca y no es la primera vez. También participó en el movimiento de 2006 cuando los maestros eran parte de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca que buscaba derrocar al entonces gobernador Ulises Ruiz.
Con la experiencia de un movimiento que llevó a límite al estado, Joel confía en que este intento del gobierno Federal y local de “desaparecer” a la sección 22, será en vano. “No van a poder”, dice tan seguro como si el magisterio fuese un gigante invencible.
“Si en 2006 no pudieron…”, dice como parte de sus argumentos para convencer a quien lo escucha. “Son otros tiempos, pero el movimiento es de bases. “La sección 22 somos todos”, insiste. “Aunque no estuviera Rubén (Núñez, secretario general de la CNTE), la sección seguirá”.
El hombre moreno, lleva una gorra y playera amarilla. Antes de la plática, leía el periódico y está listo para que lo releven este sábado, cuando regrese a la costa de Oaxaca, de donde es originario, pero luego volverá al centro para la mega marcha del lunes 27 de julio. “Es mejor dormir en la casa que en el campamento, pero esto es parte de la lucha por nuestro trabajo”, dice.
Para él no hay el menor titubeo cuando se le pregunta qué hará si ahora las decisiones sobre los cambios, asignación de plazas, ascensos, serán responsabilidad exclusivamente de los funcionarios del IEEPO y no del sindicato y, como dice el secretario de Educación, Emilio Chuayffet, “se acabó el marchómetro”.
Joel reconoce que para conseguir mejoras laborales, la participación en las movilizaciones es “una parte mínima y no del 50% como dicen”. Hay otros criterios que se toman en cuenta, como los años de antigüedad y el cumplimiento de funciones. Trata de convencer que la CNTE no obliga a sus agremiados a asistir a movilizaciones a cambio de conseguir beneficios en sus empleos, ni que el sindicato aplica también mecanismos de castigo. “No pasa nada si no vas a las marchas. Apoyamos el movimiento porque como decía Lucio Cabañas, estás con el pueblo o en contra del pueblo”.
Explica que la Coordinadora seguirá teniendo el poder porque “ningún cambio en las escuelas podría suceder sin el acuerdo entre la parte sindical y el IEEPO. No se puede trabajar por separado”. La autoridad de una escuela es el director, luego el supervisor y el jefe de sector y todos ellos son parte de la CNTE, por eso, aunque cambien a los mandos altos y medios del IEEPO, los maestros seguirán ahí.
Su visión coincide con la del integrante de la comisión política, Gustavo Manzano, que por la tarde de este jueves 24 de julio, encabezó un mitin en el zócalo de Oaxaca, luego de la marcha de los integrantes de la región de Valles Centrales.
Los cargos en terreno como los jefes de sector, supervisores y directores “siguen siendo ratificados por la CNTE”, por lo tanto, los maestros de grupo seguirán las órdenes solamente de los funcionarios reconocidos por la CNTE, no así de los nombrados en la nueva administración. La reestructuración del IEEPO “es una farsa. Ellos solo tienen el cascarón”, remató.
Durante el mitin, Manzano criticó las declaraciones del Secretario de Educación, Emilio Chuayffet, quien aseguró que con el decreto, Oaxaca recupera la rectoría de la Educación. “Ellos siempre han tenido la rectoría, porque ellos diseñan los planes y programas de estudio”. Insistió que los directores del IEEPO han sido los encargados de administrar el presupuesto, pero “han desviado los recursos para financiar las campañas políticas”.
Esta fue la primera marcha de la CNTE tras la reestructuración del IEEPO. Asistieron unos cuatro mil profesores y ocurrió sin incidentes. El próximo lunes habrá otra movilización a la que denominan “mega marcha”. Tendrán que demostrar que miles acuden a apoyar a la disidencia magisterial, sin importar cómo lo logren.