[contextly_sidebar id=”wFx3C9alXCfw1gRg7ckKMiSu3enUHCqO”]”Un acto de violencia sin sentido y totalmente evitable que se convierte en otro ejemplo de por qué debemos asegurar nuestra frontera”, escribió el precandidato republicano y empresario Donald Trump en medio de su arremetida en contra de la inmigración mexicana.
Pero, ¿a qué acto de violencia se refería?
El hecho que ha encendido el debate sobre la inmigración de indocumentados en la costa oeste de EE.UU. fue el asesinato el pasado miércoles de 1 julio deKathryn Steinle, una mujer de 32 años en un lugar bastante concurrido de la ciudad de San Francisco.
De acuerdo al reporte de la policía, el sospechoso del crimen es Francisco Sánchez, mexicano que había ingresado a Estados Unidos sin documentos en cinco ocasiones y que ya había sido arrestado por otro tipo de delitos en el pasado.
Steinle caminaba en la tarde del miércoles por el conocido embarcadero 14 de la ciudad californiana cuando recibió un disparo a la altura del abdomen.
Aunque fue atendida de emergencia murió horas después en un hospital cercano.
Pero lo que sería otro lamentable crimen se transformó en combustible para el mensaje de Trump contra la inmigración sin papeles que ingresa por la frontera sur estadounidense, cuando se conoció que la policía de San Francisco no había reportado a Sánchez a la Oficina de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés) una vez había salido de la cárcel tres meses atrás.
“Es imposible no pensar que si la policía hubiera reportado a este hombre a la oficina de migración, mi hija estaría viva, sin duda”, le dijo a los medios estadounidenses la madre de Steinle.
En una entrevista transmitida por el canal 7 de San Francisco, Sánchez admitió su culpa en el homicidio, afirmando que se trató de un accidente.
“Yo me encontré el arma envuelta en una camiseta. Entonces la tomé y accidentalmente se disparó”, le dijo al periodista.
“Yo le disparé y maté a esa mujer, pero fue un accidente”, añadió.
Antes de este hecho, Sánchez había sido encarcelado varias veces por delitos como tráfico de drogas, asaltos menores y, como no posee documentos para residir legalmente en Estados Unidos,había sido deportado cinco veces a México.
E igual número de veces había regresado.
Pero el pequeño detalle que molesta a Trump y otros políticos del país, y que se convirtió en el centro del debate, es que hace tres meses Sánchez salió de la cárcel después de cumplir una condena por tenencia de drogas pero la policía de San Francisco no lo reportó al ICE para proceder con una nueva deportación.
Desde entonces estaba deambulando por las calles en busca de algún tipo de trabajo.
Hasta que el miércoles se encontró con Steinle y de nuevo tuvo que enfrentarse a la policía, esta vez por un cargo más grave.
En EE.UU. existen localidades que tienen una política “amigable” con los inmigrantes indocumentados, las conocidas como “ciudad santuario”.
San Francisco es una ellas y es el término sobre el que camina el debate impulsado por Trump.
“La política de la policía de San Francisco no nos obliga a obedecer ningún requerimiento de ICE“, dijo a los medios Freya Horne, la vocera de la fuerza policial de esta ciudad.
Además Horne indicó que, a pesar de que había un requerimiento de ICE sobre Sánchez, no había una orden judicial en el momento en que fue liberado el pasado 26 de marzo.
Pero, ¿cómo se define una “ciudad santuario”?
Su origen está en la década de los 80 cuando las parroquias de las iglesias en distintas ciudades de EE.UU. comenzaron a acoger a los inmigrantes sin papeles de origen hispano que llegaban a las ciudades del oeste del país huyendo de la violencia en sus países.
Poco a poco, algunas ciudades y condados establecieron ciertas normas que hacen que autoridades locales –como la policía– limiten su cooperación con las agencias federales de migración.
“Hay mucha discusión sobre las políticas de ‘ciudad santuario’ de San Francisco tras la muerte de Kathryn”, escribió el alcalde Edwin Lee en un comunicado.
“Quiero ser claro: las políticas de ciudad santuario de San Francisco protegen a los residentes sin importar su estatus migratorio y no tienen la intención de proteger a criminales violentos”, añadió.
“Queremos que las familias tengan acceso a los servicios sociales que necesitan sin temor a que sus gobiernos locales los reporten con las autoridades federales”.
Trump también aprovechó el hecho para atacar no solo al actual gobierno demócrata, sino también a otros precandidatos como el republicano de origen hispano Marco Rubio, a quien acusa de tener una posición “débil” frente al tema migratorio.
“Marco Rubio, ¿qué tiene para decirle a la familia de Kathryn Steinle después de su absurda muerte?” escribió en su cuenta de Twitter.
Pero no solo Trump aprovechó la muerte de Steinle para alzar su voz contra el sistema de las ciudades santuario.
El senador republicano Bob Goodlatte afirmó que también había que culpar a ICE de permitir el caso de Sánchez fuera manejado por la ciudad de San Francisco, conocida por su política de “ciudad santuario”.
“El gobierno federal y San Francisco están mal aquí“, dijo Goodlatte.
Por su parte la precandidata democráta y exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo que en el caso de Sánchez: “la ciudad se había equivocado”.
“Era un hombre que tenía un tema migratorio por resolver y había sido deportado en cinco ocasiones. La policía lo debió entregar a la autoridad migratoria”, dijo Clinton a la cadena de noticias CNN.