El cansancio de 17 horas de reunión del Eurogrupo puso fin a un agotamiento mucho mayor entre Grecia y sus socios de la Unión Europea después de arrastrar meses de discusiones y desencuentros.
Finalmente, el gobierno griego acepta las condiciones de los acreedores a cambio de una nueva ayuda que ascenderá a 50.000 millones de euros (US$ 55.000 millones), repartidos en tres años, y de mantener el oxígeno que necesite la banca griega.
Pero no será gratis.
¿Es este acuerdo una claudicación de Tsipras y de Grecia?
El presidente francés, François Hollande negó este punto: “Nada habría sido peor que humillar a Grecia esta noche. Grecia no pedía limosna, pedía la solidaridad europea”.
Una visión que no está siendo compartida por algunos analistas y economistas.
Humillación o rescate, estos son los términos del acuerdo.
No habrá Grexit
El primer punto que se puede destacar es que Grecia no abandonará la unión monetaria europea.
En las últimas horas, desde Alemania se había especulado con esa posibilidad.
Pero en la mañana del lunes, Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, cerró esa posibilidad: “Estamos listos, no habrá Grexit”, dijo.
No habrá quita de deuda, pero sí reestructuración
Una de las principales peticiones del gobierno griego de Alexis Tsipras era establecer una reestructuración de la deuda y un alivio de la misma.
El documento final del acuerdo abre la puerta a reestructurar la deuda, uno de los pocos tantos que podrá anotarse Tsipras en la negociación, pero dice taxativamente que no habrá ninguna quita de la misma.
Es decir, la Unión Europea está dispuesta a alargar los periodos para que Grecia devuelva el montante de lo que debe a los acreedores, pero no quitará ni un euro más de esta cantidad.
La canciller alemana, Angela Merkel, advirtió en la mañana del lunes que eso era una línea roja que no se podía traspasar.
Importantes condiciones para Grecia
A cambio del dinero, el gobierno griego tendrá que adoptar importantes concesiones y medidas que endurecerán las condiciones de sus ciudadanos en materias de pensiones, mercado laboral o el Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA), entre otras.
Para la mayoría de ellas, los socios del euro sólo le dan a Tsipras 48 horas para que sean aprobadas en el Parlamento de Grecia.
Estas son las peticiones más importantes:
Venta de activos públicos. Europa propone crear un fondo por valor de 50.000 millones de euros (US$55.000) nutrido de activos privatizables griegos.
En un primer momento, la UE tenía pensado que se instaurara en un país extranjero, Luxemburgo, pero finalmente se quedará en Grecia bajo su supervisión.
De esos fondos, la mitad, 25.000 millones de euros (US$27.500), tendrá que ser utilizada para recapitalizar los bancos y el resto se dividirá en dos mitadesiguales (12.500 millones de euros, unos 13.500 millones de dólares) destinadas a pagar deuda y para implementar planes de inversión que reanimen la economía.
- Privatizaciones
Los socios del euro piden a Grecia más privatizaciones. Entre ellas, destaca la red eléctrica del país.
- Endurecimiento de las pensiones.
La UE pide establecer “un ambicioso programa de reformas” para compensar el impacto fiscal de las pensiones y alcanzar un déficit cero en las cuentas públicas.
No especifica en qué consistirán estas reformas, pero era una de las puntas de lanza del gobierno heleno, que consideraba que los jubilados del país ya habían sufrido bastante, amén de que las pensiones son una de las fuentes de ingresos en un país cuyos sueldos han sido disminuidos de forma importante y alcanza una tasa de casi el 27% de desempleo.
En la última propuesta, Grecia aceptó elevar la edad de jubilación hasta los 67 años y congelar el importe de las pensiones hasta 2021.
- Mercado laboral.
Las autoridades europeas demandan “revisiones rigurosas” en la negociación colectiva de los trabajadores, en los despidos colectivos y en la política industrial.
¿En qué se traducen estas medidas?
El acuerdo no las especifica, pero deja una recomendación con un dejo de advertencia: “No se debe volver a las políticas del pasado”.