[contextly_sidebar id=”oEUIvFbDMdz2KNh57fbYrYyIYj1R3ujI”]Con el objetivo de que todas las personas responsables —incluyendo, en su caso, mandos militares— sean llevados ante la justicia, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto debe investigar de manera exhaustiva e imparcial el caso Tlatlaya, donde un presunto enfrentamiento ocurrido hace un año entre militares y civiles dejó 22 muertos, señaló este martes 30 de junio Amnistía Internacional.
“Ante la muerte de estas personas, es fundamental que todos los elementos militares que tengan responsabilidad, incluso por cadena de mando, sean llevados ante la justicia y que se investigue cualquier responsabilidad en que hayan incurrido otros funcionarios públicos durante la deficiente investigación de estos hechos”, aseguró el director de Amnistía Internacional México, Perseo Quiroz.
Explicó que mantener el orden público no debe ser un pretexto para violar los derechos humanos. “El uso de la fuerza debe ser limitado a criterios de proporcionalidad, y sólo en casos de absoluta necesidad como señalan las normas internacionales de derechos humanos; obligación que en el marco de su fallida estrategia militarizada en contra de la delincuencia organizada el Estado recurrentemente ha ignorado” manifestó en un comunicado.
“Es fundamental que las víctimas del caso Tlatlaya y sus familiares, así como la sociedad en su conjunto, conozcan la verdad de los hechos a través de una investigación seria e imparcial, y que se otorgue una reparación integral que incluya medidas concretas para que este tipo de hechos no se repitan”, agregó el director de Amnistía Internacional México.
Además, Amnistía Internacional reiteró su llamado al Estado mexicano a evitar que las Fuerzas Armadas desempeñen funciones policiales —como detenciones, investigaciones e interrogatorios— debido a que, dijo, sus miembros carecen de la capacitación adecuada y no rinden cuentas por sus actos.
El 30 de junio del año pasado, 22 personas en un presunto enfrentamiento entre elementos militares y civiles. Los hechos ocurrieron al interior de una bodega en la localidad de San Pedro Limón, en el municipio de Tlatlaya, Estado de México.