[contextly_sidebar id=”FGAamuiUsPCmkGPdtudlTTft1ywxLdjm”]El balón no rodará en España a partir del próximo 16 de mayo. Es una amenaza real que surge de la lucha de poder por la distribución del dinero que se genera con la venta de los derechos de televisión de los partidos.
En una esquina del cuadrilátero coinciden la Real Federación Española de Futbol (RFEF) y el sindicato de futbolistas (AFE), que han anunciado la suspensión de todas las competiciones y convocado a una huelga indefinida a partir de la próxima semana.
En la otra esquina se posicionan el gobierno, a través del Consejo Superior de Deportes (CSD), y la Liga de Fútbol Profesional (LFP), que defiende los intereses de la patronal del futbol, los clubes.
La suspensión, que afectará a más de 600.000 jugadores y 30.000 partidos, dejará sin efecto la dos últimas jornadas de la actual temporada, lo que deja la incertidumbre de qué pasará con el título, las clasificaciones a competiciones europeas y los ascensos y descensos en todas las categorías.
El detonante
El gobierno español aprobó un decretó la semana pasada que regula el reparto de los derechos televisivos, que pondrá fin al actual sistema en el que los dos grandes clubes del futbol español, Real Madrid y Barcelona, negocian individualmente sus contratos dejando relegados al resto de los equipos.
Con este modelo, para que tengan una idea, el campeón de la pasada temporada, el Atlético de Madrid, recibió menos dinero que el último de la clasificación en la Liga Premier inglesa, el Cardiff.
Madrid y Barcelona, en cambio, ocupan los dos primeros puestos de la lista de clubes más ricos del planeta que publicó esta semana la revista Forbes.
El nuevo decreto obliga a los clubes a negociar un acuerdo colectivo a partir de la temporada 2016-2017, algo similar al lucrativo modelo que se usa en Inglaterra.
La diferencia surge en los detalles de la nueva regulación, que establece que un 90% de los ingresos son para los 20 clubes de la Liga, dejando sólo un 10% para los 22 de la segunda división.
El resto de las categorías no recibirían ningún beneficio.
Todos contra todos
La suspensión anunciada por la RFEF, y que después fue secundada por el sindicato de futbolistas, es en sí una lucha de poder para ver quién dirige el futbol español.
La federación, liderada por Ángel María Villar y con la protección de la FIFA, denunció que no había sido tomada en cuenta para la redacción del nuevo decreto.
Según la RFEF, algunos de los términos del nuevo acuerdo socavan su autoridad y amenazó conque si no es tomada en cuenta para la redacción de un nuevo decreto no permitirá que se reanude el futbol en todos los torneos bajo su competencia.
El presidente de la Liga, Javier Tebas, y el presidente del CSD, Miguel Cardenal, rechazaron tajantemente la postura de Villa y la RFEF, asegurando que “no vamos a someternos al chantaje de la Federación”.
Tebas considera que el futbol español ha sido manejado de manera negligente durante los 27 años que Villar a presidio la RFEF y que es momento de modernizar los estatutos de las ligas profesionales para obtener mayores beneficios.
Si tiene que haber huelga que la haya y si quieren suspender la competición más tarde se irán de vacaciones, pero no vamos a someternos al chantaje de la Federación.
La posición de los futbolistas es diferente a la de la RFEF, pero coincide en su rechazo al acuerdo alcanzado entre la LFP y el gobierno.
El sindicato, que cuenta con el respaldo de los jugadores más influyentes del país, como Xavi Hernández y Gerard Piqué, del Barcelona, e Iker Casillas y Sergio Ramos, del Real Madrid, habían aprobado la huelga de futbolistas por la drástica diferencia entre lo que recibirán los clubes de la primera división y el resto de las categorías.
Teniendo en cuenta los continuos problemas financieros de la mayoría de los clubes de segunda y categorías inferiores, los futbolistas consideran que ellos deben recibir un porcentaje de los derechos televisivos de manera directa, entre un 1% y 1,5%.
“En la reunión de capitanes que mantuvimos el otro día se acordó que ese dinero que reclamamos es para planes de pensiones de los jugadores más modestos”, explicó Luis Rubiales, presidente de la AFE.
“O se deroga el decreto con otro que incluya las demandas que exigimos o la huelga se mantendrá”, advirtió el sindicato.
¿Cuán seria es esta postura?
Es real y es posible que el campeonato termine después de la jornada de este fin de semana, quedando en vilo la disputa de la final de la Copa del Rey, prevista para el 30 de mayo.
Los futbolistas está de acuerdo con la venta centralizada que genere mayores ingresos para los clubes, pero creen que no se les está respetando los derechos a quienes son los principales protagonistas de toda la industria que se mueve alrededor del balón.
La RFEF, por su parte, cuenta con la protección de la FIFA, el organismo que regula el futbol en el mundo y quien establece claramente que no puede haber interferencia gubernamental en las federaciones de futbol nacionales.
Su líder, Ángel María Villar, también es vicepresidente de la FIFA y aliado de Sepp Blatter, por lo que no es descabellada la idea de que la federación internacional decida suspender a España de todas las competiciones internacionales, algo que podría afectar la clasificación de la selección a la próxima Eurocopa de Francia en 2016, torneo que ganó en sus dos últimas ediciones (2008 y 2012).
Todas las partes consideran que tiene suficientes argumentos a su favor, pero de mantener sus posturas será difícil encontrar una solución al problema.
La LFP convocó a los clubes a una reunión de emergencia el próximo lunes, a la que todavía no ha sido invitada ni la RFEF ni la AFE.
Para la prensa especializada en España es probable que haya un acercamiento entre los clubes y los futbolistas, pero hay dudas si se producirá uno con la federación, teniendo en cuenta la guerra dialéctica y pública entre Tebas y Villar.
¿No habrá campeón?
No hay nada establecido en el reglamento sobre lo qué pasará si la huelga toma forma y el derecho laboral de la ley en España establece que un día en huelga es un día que no se puede recuperar.
Sin embargo, parece impensable que la temporada termine sin un campeón o sin definirse los diferentes puestos de la clasificación, en especial los que dan acceso a las competiciones europeas y los que determinan el ascenso y descenso de categorías.
En el último antecedente, en la huelga de 2011 que afectó el primer partido de la temporada, se pudo recuperar la fecha, algo que sería posible si el paro sólo afecta una jornada.
Si la huelga se extiende es posible que no haya tiempo para jugar los partidos afectados, teniendo en cuenta que la temporada de clubes termina el próximo 6 de junio con la disputa de la final de la Liga de Campeones, sólo cinco días antes de la inauguración de la Copa América en Chile.
Con este escenario, es posible que se tome la clasificación al final de la jornada 36 (este fin de semana) como la definitiva, algo que seguramente tendrá mucha repercusión entre los equipos que salgan perjudicados, en espacial aquellos que se vean obligados a perder su lugar en primera división o los que hayan quedado a las puertas del ascenso.
Por ahora el único sector que todavía no ha levantado la voz y que parece ha sido olvidado es el de la afición.
Aquellos hinchas que cada fin de semana llenan las gradas o se sientan frente a un televisor a ver el equipo de sus amores pese al maltrato que reciben por el excesivo precio de las entradas, las limitaciones de los partidos transmitidos por cable y la locura de los horarios, establecidos para satisfacer mercados a miles de kilómetros de distancia.