[contextly_sidebar id=”fQhQVjvQaApOfj7DWCZ0CAkI2Of8JS0C”]Argumentando falta de pruebas, el pasado 13 de marzo, el Poder Judicial del Estado de Sinaloa dejó en libertad a Jesús Fernando Valenzuela Rodríguez, homicida confeso de Sandra Luz Hernández, activista asesinada en 2014, luego de dos años de buscar a su hijo, Edgar García, un joven raptado y desaparecido por una célula del Cártel de Sinaloa.
Sandra Luz, de 50 años, fue asesinada el 12 de mayo de 2014 en el cruce de las calles Constitución y 30 de Septiembre de la capital sinaloense, Culiacán, por un sujeto con el rostro cubierto que le disparó en 15 ocasiones con una pistola .9 milímetros, para luego darse a la fuga en una camioneta.
El asesinato ocurrió a plena luz del día, en el punto en el que Sandra Luz había sido citada por una persona desconocida que, telefónicamente, le había prometido revelar el paradero de su hijo.
Ocho días después, el 20 de mayo de 2014, la Procuraduría de Justicia de Sinaloa capturó a Jesús Fernando Valenzuela, quien en su primera declaración ministerial reconoció haber cometido el homicidio, y admitió también que el crimen fue cometido porque Sandra Luz lo “presionaba” para que revelara el destino de su hijo Edgar.
En esa misma declaración, además, el detenido indicó a las autoridades el lugar en donde había ocultado el arma con la que cometió el asesinato, así como la camisa con la que se cubrió y el vehículo con el que huyó.
Tal como informó entonces la Procuraduría de Justicia de Sinaloa, luego de recuperar estas evidencias, tanto el detenido, como la camisa y el vehículo fueron reconocidos por personas que presenciaron el homicidio, mientras que el arma que Jesús Fernando Valenzuela entregó también fue examinada, y se comprobó que era la misma pistola con la que Sandra Luz fue acribillada.
Estas evidencias, sin embargo, fueron desechadas por el juez Noveno Penal de Culiacán, Sergio Valdez Meza, y el pasado 13 de marzo ordenó liberar a Jesús Fernando Valenzuela.
–¿Qué argumentos utilizó el juez Valdez Meza, para liberar al presunto homicida? –se pregunta a Cristian, hijo de Sandra Luz y hermano de Edgar.
–El juez lo liberó por falta de pruebas, así dijo, que no se logró acreditar la responsabilidad penal del imputado, pero hay muchas pruebas en contra de esta persona: él confesó el homicidio, dijo dónde estaba el arma y luego se comprobó que esa arma era la misma pistola con la que dispararon a mi mamá, incluso hay testigos del asesinato que lo identifican, en fin, no se explica realmente la supuesta falta de pruebas en la que se basó el juez para liberarlo.
Cabe destacar que, el pasado 24 de marzo, 10 días después de la liberación, el procurador de justicia de Sinaloa, Marco Antonio Higuera, aseguró que esta sentencia absolutoria se había logrado mediante tráfico de influencias, ya que el abogado de Jesús Fernando Valenzuela es cuñado de un ministro del Tribunal Superior de Justicia del estado.
Se trata, dijo entonces, de “un abogado milagroso que tiene la característica de ser cuñado de un magistrado”, en referencia al magistrado José Manuel Sánchez Osuna.
En conferencia de prensa, el procurador estatal aseguró que no sólo en el caso del homicidio de Sandra Luz, sino en otros casos de secuestro, este abogado “ha tenido la benevolencia de los jueces”, quienes han absuelto a sus defendidos.
Sin embargo, denunció el hijo de Sandra Luz, “esta denuncia la hizo ante la prensa, pero luego ya no presentó ninguna denuncia concreta por tráfico de influencias en contra del juez, del abogado o del magistrado del que es cuñado. Todo quedó en palabras”.
La única acción concreta por parte de la Procuraduría, detalló Cristian, fue impugnar la resolución del juez, pero nada más…
El pasado 6 de abril, la Procuraduría de Justicia de Sinaloa concedió una reunión a la familia de Sandra Luz, la cual demandaba un informe no sólo sobre la estrategia que emprendería este organismo ante la liberación de Jesús Fernando Valenzuela, sino también para que les informaran sobre los avances en la búsqueda de Edgar, el hijo de Sandra Luz desaparecido desde 2012.
La reunión, explicó Cristian, se realizó fuera de Sinaloa, y se logró gracias a la intermediación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Secretaría de Gobernación federal.
Ante los representantes de estas instituciones, narra Cristian, el subprocurador estatal de Justicia, Martín Robles, “me echó todo un cuento: que si la nueva forma de impartir justicia en Sinaloa, que si los nuevos perros que están entrenando, que si el nuevo lugar que están construyendo en donde van a poder identificar osamentas, en fin, me soltó un rollote, y cuando yo le pregunté en concreto qué avances había sobre la búsqueda de mi hermano, el subprocurador ya no pudo contestar. Sólo me dijo que me iba a enviar una ficha informativa, y han pasado seis días desde entonces (esta entrevista fue realizada el domingo 12 de abril) y no me ha mandado nada.
–Sobre la liberación de Valenzuela, ¿qué te informó el subprocurador estatal?
–Cuando detuvieron a este sujeto, el procurador dijo que se trataba de una investigación plenamente fortalecida y plenamente aclarada. Pero ahí están los hechos, no era así, y dejaron libre al presunto homicida, y ante esto, el subprocurador sólo dijo que desde el día en que salió ellos empezaron a buscar la manera de volverlo a procesar, y lo que quieren ellos es volverlo a meter a la cárcel porque me aseguran que es culpable.
–A partir de lo que han investigado las autoridades, y ustedes como familiares, ¿tienes alguna hipótesis sobre la razón de que desaparecieran a tu hermano, y de que asesinaran a tu mamá?
–Sí –responde Cristian–. Todo esto empezó cuando asesinaron a un amigo de mi hermano, y él señaló a un grupo delictivo como responsable de ese homicidio, es una célula del Cártel de Sinaloa, por hacer esa denuncia desaparecieron a mi hermano… Y luego, mi mamá se puso a investigar, y ella averiguó los nombres de los responsables, y los lugares donde vivían, y todo eso se lo notificó a la Procuraduría de Justicia de Sinaloa, les dio nombres, apodos, ranchos, pero no hicieron nada, nunca los detuvieron, ni siquiera les pidieron una declaración. No los llamaron a declarar ni siquiera luego de que mi mamá fue asesinada, a pesar de que el imputado está emparentado con esas personas que mi mamá había denunciado; el asesino tiene incluso sus mismos apellidos y viene del mismo rancho, pero las autoridades estatales no han procedido contra este grupo criminal.
Por esta razón, concluyó, la familia de Sandra Luz y de Edgar solicitaron a la PGR atraer la investigación, ya que “tememos de las autoridades estatales, porque todo el tiempo han actuado protegiendo a estos tipos, jamás ha habido apoyo para con nosotros. La cosa está complicada…”