[contextly_sidebar id=”3ETCH6FJk8DhH9G7oRrcB2kaV2BaubmM”]El problema de la sobrepoblación de las cárceles mexicanas y la escasa readaptación de los internos puede revertirse, pero requiere una estrategia que no se limite a construir penales, sino que se enfoque en capacitar a reos y funcionarios y en involucrar a la sociedad e iniciativa privada.
Expertos que participaron en el foro “Estándares Internacionales en el Sistema Penitenciario del Siglo XIX”, organizado por la Sociedad de Estudios Internacionales en México, propusieron un paquete de acciones que serán enviadas al gobierno federal y al Congreso para su análisis.
Estas medidas parten de un diagnóstico contundente a escala global y del que obviamente México no está exento: el 93% de todas las personas que salen de presión terminan reincidiendo.
Animal Político enumera aquí cinco de las sugerencias y estrategias que se presentaron en el foro para atacar el problema penitenciario.
1) Invertir en factor humano
Para modernizar el sistema penitenciario resulta clave la inversión en el factor humano, lo que incluye no solo a los reos sino a las autoridades de las cárceles.
“Hace falta formación a los presos y a los funcionarios, no podemos invertir todo los años solamente en hierros y cemento. Esa no es la solución. Podemos tener la mejor tecnología o leyes pero si falla el factor humano no vamos a ningún lado” dijo el Rector de la Sociedad de Estudios Internacionales Juan Antonio Soloache.
En el caso de los funcionarios es vital dignificar su labor y profesionalizarlos, además de darles prestaciones justas y con una capacitación adecuada en temas de derechos humanos, equidad de género, entre otros.
Los reos por su parte deben recibir la capacitación académica, cultural y profesional que facilite tanto su desarrollo personal como la convivencia con otros internos.
2) Crear espacios productivos
Las políticas para volver a los reos productivos son casi inexistentes en México, tanto dentro de la cárcel como fuera de ella.
John Henry Millan, fundador de la organización no gubernamental VIDAMAX, dedicada a la readaptación de personas que estuvieron en prisión, señaló que según estimaciones internacionales, una persona tarda 45 días en volver a delinquir luego de salir de prisión ya que no encuentra un sector en el cual ser productivo.
Es por ello que desde que la persona está en prisión debe involucrársele en tareas productivas específicas que desarrollen sus habilidades y los penales deben contar con espacio para ello. De igual forma deben existir programas específicos para las personas que abandonan la cárcel luego de varios años y necesitan trabajar.
“No hay ningún secreto, hay que implementar espacios productivos en las sociedades en conflicto. Donde hay producción y riqueza es difícil que florezca el delito” dijo el activista colombiano.
3) Eliminar prisión preventiva
La Sociedad de Estudios Internacionales consideró clave que se reduzca de forma inmediata la prisión preventiva así como otras medidas de privación ilegal de la libertad como el arraigo. En México, por lo menos 4 de cada 10 internos está privado de su libertad sin que se le haya aplicado una condena.
Los analistas coincidieron en que en México se ha abusado de estas figuras situación que se agrava si se toma en cuenta que el ritmo de incremento de la capacidad de los penales es insuficiente. Actualmente, el 80 por ciento de los centros penitenciarios en nuestro país tiene algún grado de hacinamiento.
Lo anterior significa que habría que construir prácticamente el doble de cárceles de las que ya existen –casi 400- para que quepan los internos de ahora sin contar con los que vendrán luego. Por ello, se concluyó que la solución pasa por que haya un menor encarcelamiento.
4) Ley homologada y moderna
La Ley de Ejecución de Sanciones Penales, en discusión actualmente en el Senado, debe organizar la operación del sistema penitenciario mediante parámetros homologados que apliquen a todas las cárceles sin importar si son de nivel federal o local. La misma paridad aplicará a las sanciones alternativas que se definan y que limiten a la prisión solo en caso excepcionales.
El Rector del capítulo México de la Sociedad de Estudios Internacionales, José Antonio Parra Molina, dijo que es importante que los legisladores escuchen e incorporen también los postulados de diversos sectores y la experiencia de otros países en este ámbito.
“La legislación no puede salir sin contemplare temas como el de la defensoría pública, los derechos del detenido, derechos humanos, mecanismos de compensación” dijo el analista.
5) Sumar a iniciativa privada
La participación de la sociedad a través de la iniciativa privada es vital para el desarrollo de las comunidades penitenciarias según los expertos. Esto se logra, por ejemplo, mediante alianzas entre compañías con las administraciones de los penales para que se pueda subcontratar a los reos.
Henry Millán explicó que por ejemplo, los internos podrían ser “empleados” para la fabricación de PVC u otros materiales que resulten útiles a grandes compañías como Motorola o Volkswagen. Es una fórmula que ya funciona en otros países y que incluso le asegura una oportunidad de empleo al interno antes de salir de prisión, lo que de termina por reducir la reinserción.
Otra alternativa que se utiliza con éxito en países como Chile es la alianza la alianza con la iniciativa privada para que colaboren en la modernización de los penales ya sea a través de equipos tecnológicos o sistemas.