[contextly_sidebar id=”CvTY2AeAs95reH2ZZQDKoOgy9YWeODOm”]El ataque en Pakistán este martes 16 de diciembre, en el que murieron al menos 135 personas, la mayoría niños, es considerado por muchos como el más letal en la historia de violencia en el país.
Los hechos ocurrieron cuando miembros armados del Talibán atacaron una escuela gestionada por el ejército en Peshawar, en el noroeste del país.
Se dijo que unos 500 alumnos y profesores se encontraban en el edificio en el momento en que seis militantes entraron a las instalaciones.
Un portavoz del Talibán le dijo a la BBC que el ataque era la respuesta a las ofensivas del ejército paquistaní contra sus militantes.
Esto en referencia a una gran operación de las Fuerzas Arnadas contra el grupo en Waziristán del Norte, y otras ofensivas que han dejado cientos de militantes muertos.
Varias horas después de que se desencadenara el asalto, las fuerzas de seguridad indicaron que tenían el edificio bajo control, e informaron que los seis supuestos militantes habían muerto.
Según informaron los medios locales, gran parte de las víctimas mortales fueron causadas por uno de los asaltantes suicidas.
“La conmoción en el país no tiene precedentes”, dice M. Ilyas Khan, corresponsal de la BBC en Islamabad.
“Durante más de una década el país ha enfrentado muchos ataques que han causado muertes cuyo número era de tres cifras, pero nunca antes los asaltantes han masacrado a tantos niños”, agrega.
Las imágenes en la televisión mostraban escenas de pánico en las inmediaciones de la escuela.
Un médico en un hospital Lady de la ciudad dijo que muchos de los estudiantes admitidos en el centro médico llegaron en “muy malas condiciones”, con heridas graves en la cabeza.
Padres de estudiantes de la escuela asaltada se dirigieron a los hospitales para comprobar que sus hijos se encontraban a salvo.
Muchos de los escolares son hijos de personal militar y tienen 16 años o menos.
El primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, condenó el ataque y lo llamó “tragedia nacional”.
Funcionarios locales señalaron que los atacantes, vestidos con uniformes de seguridad, accedieron al centro tras saltar los muros que lo rodean.
Un empleado de la escuela y un estudiante entrevistados por el canal local de televisión Geo TV explicaron que los militantes accedieron al auditorio del centro, donde se estaba llevando a cabo un entrenamiento de primeros auxilios.
“Tan pronto como comenzaron los disparos salimos corriendo de las aulas”, contó Mudassir Awan, un trabajador del centro.
“Estaban entrando a las clases y matando a los niños”.
“Desde que perdieron su santuario, los militantes quedaron dispersos y muchos de ellos se han estado movilizando hacia la región del Khyber, cercana a Peshawar“, explica el corresponsal de la BBC.
“Allí, los militantes también se han visto presionados por el ejército, que el mes pasado lanzó otra operación en esa región”.
Según el corresponsal, Peshawar, donde ocurrió el ataque, siempre ha sido un blanco fácil para los militantes porque está rodeada, en tres lados, por áreas tribales semiautónomas, donde los militantes mantienen bases.
“La Escuela del Ejércio que atacaron no sólo era un blanco fácil, sino también simbólicamente importante porque está administrada por el ejército y la mayoría de los alumnos son hijos del personal de servicio militar”, asegura M. Ilyas Khan.
La pregunta ahora es si este ataque es el regreso de un grupo militante que se sentía fuertemente amenazado.
“Lo cierto ahora es que los hechos han sacudido fuertemente a Pakistán y muchos se preguntan si este país perderá finalmente la paciencia con militajntes que han matado a miles de personas durante años”, afirma el corresponsal de la BBC.