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[contextly_sidebar id=”XhSwL1bxckZzAa3pB1xkzGitJ6IoRLr0″]Parecía una protesta estudiantil como ha habido muchas en los últimos años en Guerrero, en el sur de México. Pero en pocas horas se convirtió en tragedia.
Estudiantes de la escuela Escuela Normal Rural de Ayotzinapa Isidro Burgos, llegaron en varios autobuses a la ciudad de Iguala para hacer una colecta entre los habitantes, según dijeron.
Pero de pronto algunos de ellos se enfrentaron con policías locales que les acusaron de robar los vehículos en que se transportaban.
En pocos minutos el pleito se agravó y entonces, según estableció la fiscalía estatal de Guerrero, los policías dispararon contra los estudiantes, quienes corrieron por las calles del centro de la ciudad.
Ataques
Esto ocurrió el viernes 26 aproximadamente a las 20:00 tiempo del centro de México. Cuatro horas después un grupo de desconocidos disparó contra los estudiantes que dialogaban con periodistas.
Y casi al mismo tiempo otras personas dispararon con fusiles de asalto a un autobús en las afueras de la ciudad.
En el vehículo viajaban los integrantes del equipo de fútbol Los Avispones de Chilpancingo, que juega en la tercera división de la liga profesional.
El saldo final de los incidentes es de seis personas muertas: tres jóvenes de la Escuela Normal, dos miembros del equipo de fútbol y una mujer que viajaba en un taxi.
Otras 25 personas están lesionadas y al menos 57 estudiantes fueron reportados como desaparecidos por sus compañeros de Ayotzinapa.
Búsqueda
Dos días después del ataque aún se desconoce el destino de estos jóvenes. El gobierno de Guerrero estableció una operación para localizarlos que incluyó el sobrevuelo de helicópteros en la zona, ubicada al norte del estado.
Soldados y policías estatales, acompañados en algunos momentos por compañeros de los desaparecidos, participaron en el operativo.
La búsqueda incluyó instalaciones militares, cuarteles de la policía, hospitales y el Servicio Médico Forense, donde se encuentra la morgue local, sin resultados.
Hasta ahora lo que se sabe es que los 57 estudiantes no se presentaron a la reunión convocada por el Comité Ejecutivo de Ayotzinapa realizada el fin de semana, para hacer un conteo de quienes sobrevivieron al tiroteo y planear una estrategia de respuesta.
Tampoco se han reportado con sus familiares.
No está claro si regresaron a sus comunidades –muchos miembros de la Escuela Normal son indígenas- o se los llevó el grupo que realizó el segundo ataque y que, según el procurador (fiscal) General de Justicia del estado, Iñaky Blanco Cabrera, pueden ser parte de la delincuencia organizada.
Mientras, la fiscalía arrestó a 22 policías municipales de Iguala a quienes acusa de disparar contra los estudiantes.
Los agentes fueron enviados a las instalaciones de la Procuraduría en el balneario de Acapulco, pues sus familiares y personas desconocidos amenazaron con rescatarlos del cuartel donde se encontraban.
Historia
Guerrero es un estado con larga historia de violencia política, que en distintos momentos ha incluido a estudiantes y maestros.
En la década de los años 70 surgieron en sus montañas varios de los grupos guerrilleros más importantes de la época, algunos de los cuales aún siguen activos.
Pero también ha sido escenario de disputas entre carteles de narcotráfico, como el de Sinaloa, de los Beltrán Leyva y La Familia Michoacana, que pelean el control de las zonas productoras de amapola y marihuana de la región.
En Guerrero se ubica también una de las secciones más combativas de la disidente Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que desde el año pasado sostiene un movimiento en contra de la Reforma Educativa.
En estas protestas participan los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, quienes incluso en 2011 sostuvieron un fuerte enfrentamiento con policías estatales donde murieron dos personas.
Desde entonces las manifestaciones estudiantiles no han cesado, pero según especialistas el incidente del fin de semana es el más grave desde que iniciaron las protestas.
El alcalde
Mientras, el conflicto sigue. Estudiantes de nueve escuelas normales anunciaron un paro de labores hasta que se localice a sus compañeros.
A este movimiento se suma el Frente Estatal de Trabajadores, además que la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg), realizó una marcha en Chilpancingo, la capital del estado, para demandar la presentación de los desaparecidos.
El diputado por el Movimiento Ciudadano, Ricardo Monreal, exigió que la investigación del caso no se quede en la fiscalía de Guerrero.
“El gobierno federal debe intervenir: estamos ante un estado en el que se persigue a los dirigentes sociales. Es muy grave que hoy haya desaparecidos”, advirtió.
En las protestas también se exige la renuncia del alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez. Pero el funcionario dijo que no va a dejar el cargo.
La noche del ataque, aseguró a medios locales, ordenó que no se agrediera a los estudiantes. “Mi indicación fue no caigan en provocación, no quiero que me los vayan a golpear”, dijo.