[contextly_sidebar id=”F5jPm1HTEtAAy31AweOIRfFyxtVQuaqZ”]Dos cazas de Estados Unidos bombardearon el viernes a combatientes islámicos en Irak, informó el Pentágono, haciendo efectiva la promesa del presidente Barack Obama de usar fuerza militar para detener el avance de extremistas y enfrentar la amenaza que representan para los civiles iraquíes y para los estadounidenses que están en el país.
El secretario de prensa del Pentágono, contraalmirante John Kirby, dijo que dos jets F/A-18 dejaron caer bombas de 500 libras (226 kilogramos) sobre una pieza de artillería y el camión que la remolcaba.
En un discurso televisado el jueves por la noche, Obama había amenazado con reanudar la participación militar de Estados Unidos en la añeja guerra sectaria de Irak. Dijo que aviones militares estadounidenses ya habían arrojado ayuda humanitaria a decenas de miles de iraquíes pertenecientes a minorías religiosas refugiados en lo alto de una montaña, rodeados de extremistas y desesperados por obtener agua y comida.
Los yazidíes, que siguen una religión antigua con vínculos con el zoroastrismo, huyeron de sus hogares después que el grupo Estado Islámico emitió un ultimátum para que se convirtieran al islam, pagaran una multa religiosa, huyeran de sus hogares o enfrentaran la muerte.
“Hace unos días, un iraquí en la región le gritó al mundo: ‘Nadie viene a ayudar’. Bien, hoy, Estados Unidos acude a ayudar”, dijo Obama. “También estamos consultando con otros países —y las Naciones Unidas— que han pedido acción para atender esta crisis humanitaria”.
Los anuncios reflejan la mayor participación estadounidense en Irak desde que tropas de Estados Unidos se retiraron a fines de 2011 luego de casi una década de guerra. Obama, que hizo sus declaraciones en un tono sombrío, ha apostado gran parte de su legado como presidente en poner fin a lo que ha llamado la “guerra tonta” en Irak.
Consciente de la aversión de la opinión pública a otra larga guerra, Obama reconoció que la perspectiva de una nueva ronda de acciones militares de Estados Unidos sería una causa de preocupación para muchos estadounidenses. Se comprometió una vez más a no volver a desplegar tropas de combate estadounidenses sobre el terreno en Irak y dijo que no hay una solución militar de Estados Unidos a la crisis.
“Como comandante en jefe, no voy a permitir que Estados Unidos sea arrastrado a luchar otra guerra en Irak”, aseguró Obama.
Aun así, el mandatario esbozó una justificación para los ataques aéreos si los milicianos del Estado Islámico avanzan hacia las tropas estadounidenses en la ciudad norteña de Irbil y el consulado de Estados Unidos en la región curda de Irak. Las tropas fueron enviadas a Irak a principios de este año como parte de la respuesta de la Casa Blanca ante el rápido movimiento del grupo extremista a lo largo de la frontera con Siria y en el interior de Irak.
“Cuando las vidas de ciudadanos estadounidenses están en riesgo, vamos a actuar“, dijo Obama. “Esa es mi responsabilidad como comandante en jefe”.
Dijo que también había autorizado el uso de ataques militares dirigidos si es necesario para ayudar a las fuerzas de seguridad iraquíes a proteger a los civiles.
AP