[contextly_sidebar id=”ddd9871a0012583183d49dbc2a3b3b14″]El muro que el gobierno de Estados Unidos construyó en su frontera con México busca impedir el paso de personas indocumentadas, pero también detiene a otra clase de migrantes: osos, pumas, reptiles y algunas especies más a las que se limitó el camino por el territorio que habitan hace miles de años.
Incluso en algunos casos, la cerca pone en riesgo la supervivencia en la zona de mamíferos como jaguares y ocelotes, advierten investigadores del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Pero no son los únicos, pues también se encuentran en riesgo osos negros y grises, serpientes, borregos cimarrones, bisontes y coyotes entre otros, le dice a BBC Mundo Gerardo Ceballos, investigador del Instituto.
“Lo que hicieron fue meter una barrera impermeable para toda la fauna terrestre, reptiles, anfibios, mamíferos. Es una zona con muchas especies con una enorme distribución en el norte del continente, y tiene muchas que son endémicas y en peligro de extinción”, explica.
“El problema de poner una barda así de impermeable es que corta el flujo genético de muchas especies”.
La supervivencia del jaguar
El muro que empezó a construirse en 1993 cruza varias zonas consideradas como reservas naturales protegidas, especialmente en las regiones semidesérticas de Sonora, Arizona, Chihuahua, Coahuila y Texas.
Una de éstas es la región conocida como Big Bend-Río Bravo, al noreste de la frontera donde existen al menos 115 especies endémicas y en peligro de extinción, tanto mamíferos como reptiles y anfibios que se concentran en once zonas protegidas.
El primer diagnóstico que se ha hecho de la situación medioambiental en la zona, llamado Evaluación de la Conservación para la Región Big Bend-Río Bravo, establece como prioritario conservar ocho especies de invertebrados, todos los anfibios, seis tipos de reptiles, 27 de aves, 17 clases de mamíferos y otros 16 grupos vegetales.
También advierte de la necesidad de proteger a todos los ambientes acuáticos concentrados en el corredor fluvial del Río Bravo, los arroyos San Carlos y San Antonio, así como los manantiales termales conocidos como Boquillas, todos ubicados en la frontera común entre México y Estados Unidos.
Pero uno de los problemas más graves es el muro, construido con vigas de acero de hasta cuatro metros de altura y al que se añadieron caminos para permitir la vigilancia con vehículos de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.
Es una cerca imposible de cruzar para especies como osos y jaguares, insiste el especialista. Al limitar su espacio, las posibilidades de sobrevivir se reducen.
“En Estados Unidos, los jaguares se mantienen solamente porque tienen suficientes individuos que se dispersan desde México, y ahora es más difícil tenerlos”, señala.
“La fuente de la población está del lado de México, al momento que se la quitas obviamente que se van a acabar extinguiendo”.
Libre paso
Hasta ahora no se conoce el impacto real del muro en la ecología de la zona fronteriza de México y Estados Unidos, aunque las advertencias sobre el riesgo para la fauna terrestre se han hecho desde hace más de una década, reconocen especialistas.
El Instituto de Ecología de la UNAM, por ejemplo, ha planteado que la movilidad de algunas especies se limita con la cerca, lo cual implica un problema no sólo de reproducción sino para conseguir alimentos.
Y es que en algunas partes, la región fronteriza ha sido sobreexplotada en sus reservas de agua y en otros sitios se esparcieron especies no endémicas que han resultado agresivas para el ecosistema.
Una de estas es el jabalí, que no es originario de la zona pero que se ha reproducido por miles en pocos años. Las manadas han consumido las reservas de alimentos de otras especies.
¿Cuál es la solución que sugieren los expertos? Garantizar el libre paso mamíferos y reptiles por la frontera, lo cual puede conseguirse mediante puertas en el muro en los lugares que coincidan con áreas protegidas.
Y también cancelar la cerca en los sitios donde no se ha construido, y en su lugar utilizar métodos más efectivos para vigilar la frontera. En otras palabras, lo que proponen es una especie de reforma migratoria para la fauna mexicana.