“Un movimiento puro (el de autodefensas) lo descompusieron algunas personas por unas monedas, exactamente como lo hizo Judas. Me fueron dejando solo poco a poco, por el interés del dinero. Les ofrecieron armas, dinero, y se fueron retirando de mí. Afortunadamente, la gente más pobre y la más lastimada se quedó conmigo hasta el día que me detuvieron”.